
La falta de inversiones pone en peligro la conservación de edificios y canales
La frágil y vieja metrópoli ha sido edificada sobre unos palos de madera, hundidos en el fango hace más de mil años. Sobre éstos, piedras y cemento sostienen palacios y casas, plazas y puentes. La madera ha resistido. Las piedras y el cemento, no. Hace una semana se desplomaron 30 centímetros de piedra que sostenían la base de una parada del vaporetto, en el canal de la Giudecca. El agua y el paso del tiempo son fatales para Venecia, que necesita ser restaurada los 365 días del año. Pero su supervivencia se ve amenazada por la falta de 53 millones de euros: brillan por su ausencia 17 millones de euros correspondientes al presupuesto del año pasado, a los cuales se suman 28 millones programados para afrontar la conservación de 2009. Todo ello es indispensable para la restauración de cimientos, canales, puentes y edificios.
La entidad municipal Insula se encarga de retocar las heridas que el agua provoca en las 117 islas que forman Venecia. Su director, Giampaolo Sprocati lanza la alarma: «No tenemos dinero para el futuro ni tampoco hemos recibido el correspondiente al año pasado. Estamos retrasando el pago de los trabajos ya realizados y para seguir adelante hemos tenido que recurrir a préstamos bancarios. La situación es dramática. Nos hemos convertido en una especie de bomberos: somos capaces de intervenir sólo en caso de emergencia». Si las cosas no cambian, se corre el riesgo de cerrar Insula, advierte el alcalde, Massimo Cacciari. Los efectos comienzan a sentirse. Cinco puentes en mal estado han sido cerrados y no se sabe cuándo volverán a funcionar.
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