
REPORTAJE: Diseño
La crisis relega la autoría y coloca a los objetos en primer plano
Existe un consenso generalizado que asegura que cuando un diseño triunfa de verdad, termina por convertirse en anónimo. Piensen en la fregona, en el boli Bic, en la aceituna rellena o en el palillo para coger esa aceituna. ¿Recuerdan el nombre de quién los diseñó? Su autor no les añade ya nada. No añade ninguna importancia a la hora de comprarlos. Estos productos han pasado a importar mucho más que quien los ideó. O no importan por quién los hizo, sino por lo que son. Que te quieran por lo que eres no puede ser malo ni para el diseño. Pero exige estar preparado para un baño de verdad.


Debe estar conectado para enviar un comentario.