La última tentativa de dar con la Sala de Ámbar lo llevó a cabo el año pasado el cazatesoros, Heinz-Peter Haustein, en una antigua mina de cobre en Deutschneudorf (este de Alemania). Él es alcalde de ésa pequeña localidad. Pero tuvo que abandonar las excavaciones por falta de recursos. Haustein, no obstante, está convencido de que los restos del misterioso aposento yacen precisamente allí bajo el suelo, junto con otros tesoros escondidos por los nazis.
Ahora, más de un año después, la controversia está servida, el historiador berlinés Günter Wermusch sostiene que la Cámara de Ámbar, considerada la “Octava Maravilla del Mundo” podría estar en la península de Wustrow, en Mecklemburgo-Antepomerania (noreste de Alemania). Así lo asegura en declaraciones al diario Ostsee-Zeitung. Se basa en sus propios cálculos en investigaciones.
Günter Wermusch asegura que los restos de este legendario salón de los zares, expoliado por los nazis en la II Guerra Mundial, podrían estar en Alemania
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