Rio de Janeiro. A punto de cumplir 103 años, el arquitecto brasileño Óscar Niemeyer celebra más de siete décadas de carrera y decenas de imponentes edificaciones construidas por todo el mundo con un único propósito: transmitir la belleza de la arquitectura.
«En la arquitectura que yo hago no me limito a procurar la solución correcta. Yo quiero que mi trabajo sea hermoso, que aproxime a las personas a una obra de arte, porque la arquitectura es un arte«, aseguró Niemeyeren una de sus últimas apariciones públicas.
Las curvas femeninas como inspiración, caminos sinuosos para adentrarse en los edificios, palacios compactos que parecen suspendidos en el aire, todo construido a base de cemento armado, material que acabaría definiendo su obra, hacen parte de su legado.
La historia de Niemeyer parecería propia de una novela si no fuera porque su biografía y su obra arquitectónica hace años que se han ganado el respeto del público y de la crítica, tanto de admiradores como de detractores.
Nacido el 15 de diciembre de 1907 en el seno de una familia acomodada de Río de Janeiro, Óscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho es nieto de Antonio Augusto Ribeiro de Almeida, quien a finales del siglo XIX fuera ministro del Supremo Tribunal Federal (STF).
«Mi abuelo fue un hombre útil y murió pobre», declaró una vez. Tal vez ese ejemplo de honradez, en una época de incipiente corrupción política fue lo que empujó a Niemeyer a creer en el ideal de la izquierda e impregnarlo en toda su obra.
De todos es sabido su precoz militancia comunista, por la cual llegó a ceder su estudio en Río de Janeiro al Partido Comunista de Brasil para que éste lo utilizara como sede. Ese gesto idealista le valió enemistades y recelos en plena Guerra Fría cuando, en 1952, participaba junto con arquitectos de todo el mundo en la creación del edificio de la ONU en Nueva York.
A punto de cumplir 103 años, premio Pritzker de arquitectura ’87 y con un apabullante curriculum de obras de arquitectura internacionalmente reconocidas, sigue estando en activo.
Una de las líneas de su pensamiento artístico, reflejado a lo largo de su obra, se resume en esta frase :
No es el ángulo recto que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curvalibre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas es hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein. —Oscar Niemeyer
Oscar Niemeyer, en septiembre, durante la presentación del séptimo número de la revista «Nosso Caminho». Antonio Lacerda - lne.esOscar Niemeyer, Arquitecto
«Pocas veces, en mi larga trayectoria de arquitecto, constaté tanto respeto por un proyecto como en el centro cultural de Avilés» – «Me hace feliz la presentación del programa de la ONU, la educación tiene mucho que contribuir a la emancipación de los hombres»
Elisa CAMPO Oscar Niemeyer (Rio de Janeiro, 1907) es la leyenda viva del mundo de la arquitectura, el soñador que vio Brasilia, el ateo que dibujó la catedral más impresionante del último siglo, el idealista que sigue fumando habanos cuando ya superó la barrera de los cien años, el hombre que transforma en curvas de mujer las superficies duras del hormigón. Hace cinco años, este brasileño universal ligó su nombre al de Avilés cuando, en agradecimiento por el premio «Príncipe de Asturias» de las artes, decidió ceder un proyecto que los devenires políticos hicieron aterrizar junto a la ría avilesina. El arquitecto respondió un cuestionario que LA NUEVA ESPAÑA le remitió a través de su colaborador más inmediato, el arquitecto Jair Valera. La próxima semana, el día 15 (coincidiendo con su 103.º cumpleaños) parte de las instalaciones del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer se abrirán para acoger el primer acto oficial, la presentación de un acto educativo de la ONU.
Museo de Arte Contemporáneo de Niterói. Brasil, Oscar Niemeyer - Wikipedia
El Museo de Arte Contemporáneo de Niterói (Museu de Arte Contemporânea de Niterói), situado en la ciudad de Niterói, Estado de Río de Janeiro, Brasil, es una de las señales principales de la ciudad.
Diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer con la ayuda de ingeniero estructural Bruno Contarini, es una de las ultimas obras realizadas por Niemeyer a sus 100 años, El Museo de Arte Contemporáneo de Niterói tiene 16 metros de alto y su cúpula un diámetro de 50 metros con tres pisos. Los proyectos de museo en sí mismo sobre la Boa Viagem (» on el Viaje», «el Viaje Bueno «), 817 metros cuadrados que reflejan el fondo que rodea la base cilíndrica «como una flor» en las palabras de Niemeyer.
Google ha ofrecido 1.900 millones de dólares (1.400 millones de euros) por un edificio de oficinas en el barrio neoyorquino de Chelsea, lo que supone el precio más elevado por un sólo inmueble en este país durante el último año, según The Wall Street Journal.
Ese diario asegura en su web, sin identificar sus fuentes, que Google ha firmado ya el contrato de compraventa del edificio de 15 plantas. Ubicado en la Octava Avenida entre las calles 15 y 16 de Manhattan, cerca de donde también tiene sus oficinas la firma deportiva Nike, el inmueble ocupa una manzana entera y, pese a que no es muy alto, ofrece más espacio de oficinas que el propio Empire State Building.
La compra del inmueble que en su día fue sede la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey -tal y como aún se puede leer en la fachada del edificio en unas enormes letras doradas- se ha hecho mediante subasta y, aunque aún no está completamente cerrada, la empresa quería sellar la operación antes de que acabara el año, por lo que ha entregado un cuantioso depósito.
Según los datos recabados por el diario, una tercera parte del inmueble -propiedad de un grupo de entidades, entre ellas The New York State Common Retirement Fund, Jamestown y Taconic Investment Partners- está alquilada por firmas de telecomunicaciones y la propia Google ocupa 46.400 metros cuadrados del edificio, levantado en 1932.
Está valuado en US$ 2.000 millones. Es de estilo Art decó y tiene 280 mil metros cuadrados de oficinas.
El rey de los buscadores de Internet, Google, anunció la compra en Nueva York de uno de los edificios de oficinas más prestigiosos de Manhattan.
La compañía no dio a conocer el precio pagado por la propiedad ubicada en el 111 de la Octava Avenida (111 Eight Avenue), pero varios diarios de Estados Unidos calcularon su valor en 2.000 millones de dólares.
La empresa dijo que más de 2.000 empleados trabajarán en el edificio de 18 pisos, que ocupa toda una manzana y tiene unos 280.000 metros cuadrados de espacio para oficinas en el corazón del barrio de Chelsea, en el oeste de Manhattan.
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