No se parece a ninguna otra ciudad de Holanda y, sin embargo, representa mejor que ninguna otra la nueva imagen del país, la de una sociedad abierta, rabiosamente contemporánea, en perpetuo cambio y un tanto ‘desestructurada’.
Javier Mazorra
La primera impresión puede resultar desconcertante. Que nadie se espere encontrar preciosas casas de ladrillo a orillas de un canal, ni iglesias barrocas, ni elegantes avenidas, ni casi nada medianamente estructurado, tal como existe en tantas otras ciudades más convencionales. En Rotterdam se rompen todos los moldes y ése es su principal encanto.
desde Europa | ocholeguas.com | Rompiendo moldes en Rotterdam.
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