
La arquitectura vernácula del Parque Nacional Nahuel Huapi también forma parte de nuestro patrimonio. Estas construcciones, realizadas por pobladores pioneros, resultan intuitivamente bioclimáticas.
Veronica Skvarca . *A cargo del Area de Conservación del Patrimonio Arquitectónico del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Según el diccionario de la Real Academia, «vernáculo» significa doméstico, nativo, de nuestra casa o país. Por extensión, se denomina vernácula al tipo de arquitectura que ha sido realizada por los habitantes de una región o periodo histórico determinado mediante el conocimiento empírico, la experiencia de generaciones anteriores y la experimentación. Existen parámetros reconocidos para catalogar algo construido como «arquitectura vernácula»: debe tener un modo de construir emanado de la propia comunidad, un reconocible carácter local o regional ligado al territorio, coherencia de estilo, forma y apariencia, así como el uso de tipos arquitectónicos tradicionalmente establecidos, sabiduría tradicional en el diseño y en la construcción (que es trasmitida informalmente), una respuesta directa a los requerimientos funcionales, sociales y ambientales, y la aplicación de sistemas, oficios y técnicas tradicionales de construcción.
Estas construcciones, algunas muy modestas, también son patrimonio. Tal como ha enunciado la Carta de Venecia (1964) del ICOMOS, la noción de monumento se refiere no sólo a las grandes creaciones sino igualmente a las obras modestas que han adquirido, con el tiempo, un significado cultural. Más tarde, la Carta del Patrimonio Vernáculo Construido, también del ICOMOS (1999), ha establecido que lo vernáculo es la expresión de la identidad de una comunidad, de sus relaciones con el territorio y al mismo tiempo, la expresión de la diversidad cultural del mundo, constituyendo el modo natural y tradicional en que las comunidades han producido su propio hábitat.
Debido a su profunda vinculación con lo natural, la arquitectura vernácula está profundamente relacionada con el ambiente geográfico y con el clima, es decir con el hábitat humano.
Hoy, la arquitectura bioambiental estudia y trata de entender los vínculos entre el medio natural –sea este urbano o rural– y el hombre, a fin de lograr una optimización de los recursos, teniendo en cuenta parámetros como la adaptación a la temperatura, las características térmicas de los materiales, la orientación, el efecto invernadero y utilización de ventilación cruzada.
desde Lecciones del pasado.


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