
La fotógrafa Virginia Achaval nos muestra desde Nueva York, una maravilla de 21 hectáreas con más de 12.000 tipos de plantas procedentes de todo el mundo.
Fundado en 1910, este oasis se sitúa en el medio de una de las áreas del país más densamente pobladas. La sorpresa se renueva en cada estación, en cada uno de los jardines o rincones que conforman el Botánico.
El recorrido comienza en el nivel superior, con el renombrado «Museo de Bonsái», la colección más antigua del país de árboles enanos en macetas. El sendero de la evolución es una fascinante muestra viviente del desarrollo de la naturaleza en un período de más de 3.500 millones de años. Allí también se ubica «La casa acuática» con una muestra de plantas acuáticas tropicales que florecen todo el año en estanques de agua dulce y en contenedores.
En el nivel inferior se puede apreciar «El pabellón del desierto» (Desert Pavilion) que contiene plantas de distintos desiertos y otras zonas áridas del sudoeste americano y Méjico, así como de los desiertos y montes africanos. El «Pabellón tropical» (Tropical Pavilion) recrea una exuberante selva tropical, con una cascada, un riachuelo y plantas de la cuenca del amazonas, la selva tropical africana y la zona tropical del este de Asia. El pabellón de climas cálidos muestra plantas de China Central, el Mediterráneo, Australia, Asia, el sur de África y la zona occidental de los Estados Unidos.
desde Conocé el jardín botánico de Brooklyn – Revista Jardín, La Nación
Debe estar conectado para enviar un comentario.