La realidad siempre es mucho más extraña y divertida que la imaginación; ninguno de los viejos maestros de la ciencia ficción hubiese sido capaz de inventarse algo tan surrealista como ésto: ruinas que cantan. En las profundidades de Arizona los vecinos y los servicios de emergencia se están encontrando con un problema inesperado por la crisis inmobiliaria. Según los propietarios dejan de poder pagar las hipotecas de sus ‘McMansions‘ en los suburbios, las abandonan dejándolas en manos del banco; cosa que en los EE UU (pero no en España, por ejemplo) cancela la deuda.
Los bancos están dejando esas casas cerradas, en la práctica abandonadas y decayendo, porque si las sacan al mercado tienen que apuntar en sus libros el descenso de su precio y encajar minusvalías. Así que las casas quedan solas y cerradas bajo el sol de Arizona, hasta que el viento o el polvo ponen en marcha la alarma de incendio. Los ayuntamientos, encargados de los bomberos, carecen de dinero como para atender estas no-emergencias, sobre todo porque cortar la alarma exige desde el punto de vista legal localizar al propietario; los bomberos no pueden entrar a no ser que haya humo. Dadas las circunstancias, puede llevar días, o incluso semanas, localizar quién es el dueño y obtener su permiso. De modo que en las urbanizaciones las casas que están volviendo a la tierra por la acción de los elementos cantan, hasta que las baterías de sus alarmas se agotan. Los vecinos no tienen más remedio que aguantarse y esperar a que la física les resuelva el problema con la inexorable Segunda Ley de la Termodinámica. En el país más rico de mundo, suburbios repletos de casas abandonadas sin más sonido ambiente que un coro de alarmas que decaen: bienvenidos al futuro.
desde Perogrullo » Blog Archive » Las ruinas cantarinas de Arizona.
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