Se trata de una reconstrucción de la Jerusalén de hace 2.000 años en cuyo recinto se recrean pasajes y edificaciones conocidos del Antiguo y el Nuevo Testamento.
La isla de Mallorca se encuentra cada vez más cerca de acoger un parque temático cristiano, llamado Tierra Santa, después de que el ayuntamiento de Ses Salines haya aprobado el proyecto en un pleno municipal.
El parque está promovido por la empresa propietaria de un parque similar de Argentina y consiste en una reconstrucción de la Jerusalén de hace 2.000 años en cuyo recinto se recrean pasajes y edificaciones conocidos del Antiguo y el Nuevo Testamento.
Tierra Santa se instalaría en los terrenos de un jardín botánico existente ya en el municipio, el Botanicactus, y supondría una inversión de 20 millones de euros, así como la creación de unos doscientos empleos.
El alcalde del municipio, Bartomeu Lladonet (CxI), ha explicado que el municipio ha decidido apoyar este proyecto porque supondrá una importante inversión y un fuerte impulso económico para la localidad, que dispone de 3.400 plazas hoteleras.
El parque temático de Argentina, situado en Buenos Aires, se oferta en la web como «un lugar lleno de historia y de entretenimientos para disfrutar en familia», donde se puede pasar «una experiencia fantástica» en la que «el pasado y el presente se unen mágicamente».
www.tierrasanta-bsas.com.ar
Parque de Buenos Aires (Argentina) donde se puede visitar maquetas y reproducciones relacionados con el comienzo de la era cristiana.
Sus «copropietarios» (las iglesias ortodoxa griega, ortodoxa armenia y católica) olvidan sus enfrentamientos y dan luz verde a la rehabilitación.
LAURA L. CARO / CORRESPONSAL
A los cristianos belenitas les gusta decir que Dios «les dio el gran regalo de que su hijo naciera en Belén hace dos mil años». La Biblia narra que lo hizo en un pesebre (Lucas 2:7), sobre el que Constantino erigió una iglesia en el siglo IV, que fue aniquilada por los samaritanos, y después el Emperador Justiniano (527-565) construyó una basílica, que ha llegado hasta nuestros días en un estado lamentable. La lluvia se cuela hace décadas por las cubiertas del siglo XV, como ha documentado la Unesco, hasta hacer charcos en el interior. Hay riesgo de que un cortocircuito provoque un incendio. La humedad se come la madera. Los frescos medievales pintados en las columnas de la nave central se borran, nublados entre la mugre y el humo de las velas, y los mosaicos se deshacen. Conmueven los estragos que en este edificio han causado el tiempo y la pobreza. Pero también el egoísta control —luego consolidado por el «statu quo» de los Santos lugares de 1852—, que desde las Cruzadas han ejercido sus «copropietarios»: las iglesias ortodoxa griega, ortodoxa armenia y católica, que, enfrentadas entre sí, han impedido reparar un templo que creen suyo.
«Esta basílica, muy antigua y necesitada de restauración, se había convertido en un símbolo de nuestra incapacidad de hablar», admitía en septiembre el franciscano Pierre Battista Pizzaballa, jefe de la Custodia de Tierra Santa, coincidiendo con el anuncio de que, por fin, las tres iglesias se han puesto de acuerdo y la Natividad va a ser renovada en profundidad. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha aportado el primer millón de dólares para pagar los estudios previos. Pero harán falta de 12 a 20 más para ejecutar el plan. Está asumido que habrá que pedir «apoyo internacional» financiero y donaciones a los cristianos de todo el mundo para conseguirlos. El deterioro del santuario es inexplicable. Lo dice el profesor de Análisis Estructural y Diseño del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Ferrara (Italia) Claudio Alessandro, que coordina el equipo científico internacional que desde octubre está ya realizando el diagnóstico anterior a las obras. «El edificio entero no está en riesgo de colapso, pero su tejado, sin duda, requiere una intervención rápida para evitar derrumbes parciales», ha explicado el experto a ABC. Preocupa la podredumbre de las vigas y sus cerchas de apoyo, particularmente en la estructura principal de la techumbre, que ya está registrando hundimientos localizados. Por encima, habrá que sustituir las planchas de plomo de la cubierta exterior para evitar que siga filtrándose el agua.
No más alentador es el estado de salud de los yesos interiores. «Desafortunadamente —señala el experto—, están gravemente dañados y muchas partes se han caído o se están convirtiendo en polvo». Los mosaicos, o lo que queda de ellos, han sufrido la misma mala suerte. Signo del antiguo esplendor de la basílica, la mayoría de ellos del siglo XII y trabajados con un primoroso fondo dorado, hoy es casi imposible distinguir las figuras de los antepasados de Cristo que representan. Las teselas «se han desprendido, están en peligro de ruina si no se consolidan ya y, además, han perdido su brillo debido a siglos de negligencia y abandono».
El único hallazgo positivo ha sido la ausencia de patologías severas en la estructura de mampostería. «Se ha conservado bastante bien, sin grietas significativas o deformaciones visibles», confirma Alessandri. El mérito es del «buen suelo de roca sobre el que descansa y la precisa técnica constructiva utilizada». Sus artífices fueron, en parte, los sucesivos ejércitos de musulmanes y cruzados que acabaron dando a la basílica un aspecto de fortaleza para defenderla, sin saber que con ello la estaban preparando para protegerse de los estragos y el olvido posteriores.
La Basílica de la Natividad, en Belén, es uno de los templos cristianos en uso más antiguos. El edificio original fue construido por el obispo Makarios deJerusalén, por órdenes del Emperador Romano Constantino I, bajo el primer Concilio de Nicea el año 325. En el año 529, durante la rebelión de lossamaritanos, fue quemado y destruido completamente.
«Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.»(Lucas 2:7)
La actual Basílica de la Natividad fue construida por el emperador Justiniano (527-565), en el lugar de la anterior basílica de Constantino (siglo IV) que había resultado severamente dañada durante la revuelta de los samaritanos en 529. La basílica está dedicada a la Santa Madre de Dios (Theotokos). El tradicional lugar de la Natividad está conservado en la gruta ubicada debajo del coro.
Durante el período de los reinos cruzados, cuando ellos controlaban efectivamente el área de Jerusalem (1099-1187), la Basílica de la Natividad en Belén fue utilizada para las ceremonias de investidura real.
El contorno del edificio es el de una basílica clásica, con un narthex, una nave, cuatro pasillos (dos a cada lado), un coro, cruceros y un ábside. La orientación es este-oeste, con el ábside y el santuario hacia el oriente. Monumentales escaleras a ambos lados del coro conducen hasta la gruta de la Natividad.
Las puertas en el lado sur de la basílica conducen a los adyacentes monasterios armenio y griego; las puertas en el lado norte del edificio conducen a la iglesia franciscana (católica romana) de Santa Catalina de Alejandría.
a Basílica o Iglesia de la Natividad se encuentra a un costado de la plaza de la Natividad en Belén y, según cuenta la historia, marca el sitio donde José y María llegaron sin tener hospedaje para dar a luz al hijo de Dios.
Una primera iglesia sobre la cueva del pesebre se construyó durante la primera mitad del siglo IV d.c. por Santa Helena, madre del emperador Constantino.
La segunda y actual iglesia fue construida en el año 530 d.c. por orden del emperador Justiniano quien quería una edificación de carácter imponente que marcara el sitio de nacimiento de Jesucristo, pues la antigua iglesia había sido destruida por invasores extranjeros.
El aspecto exterior de la iglesia parece como si se tratara de una antigua fortaleza, precisamente construida de esa manera para protegerla de agresiones e invasores foráneos.
Sin embargo, por dentro se aprecia una sobriedad y solemnidad en su construcción muy especial pudiendo percibirse los diferentes ornamentos religiosos que se le fueron agregando a través de los años y de las distintas culturas que dominaron la zona.
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