Volver al dibujo a mano alzada


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ARQUITECTURA | DEBATE

Los programas de dibujo con computadora no pueden reemplazar al lápiz y al papel como instrumento para clarificar y plasmar ideas.


Ariel Cristofalo. Especial para Clarín

«El tiempo pasa y nos vamos poniendo tecnos«, cantó Luca Prodan un día de 1986. Nunca hubiera imaginado el frontman de Sumo que tantos años después, su frase podría encabezar una nota de arquitectura. Para el caso de la representación arquitectónica, la cita encaja muy bien. Más o menos para la misma época en la que Luca decía esto, mediando los años 80, aparecían las primeras versiones de los programas de diseño asistido por computadora para dibujos en 2D y 3D. Claro que, en versión DOS, no eran nada prácticos ni difundidos como los actuales. Hoy han ganado mucho terreno en el ámbito profesional y académico, pero aún así, el dibujo a mano no pasa de moda. Ni pasará.

Más allá de la comodidad y la utilidad probadas de programas como el AutoCad o el Sketch Up, por ejemplo, los especialistas y formadores aseguran que la herramienta del dibujo a mano es irremplazable. «Por empezar, considero que hay un error semántico muy común a la hora de mencionar este tipo de programas de computación como herramientas de diseño asistido», empieza a explicar el arquitecto chileno Iván Cartes, decano de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad de Bío-Bío. Y continúa: «Cuando se dice aquello, se desestima totalmente al real proceso de diseño para un proyecto arquitectónico, que por cuestiones pedagógicas e innatas, debe comenzar con un lápiz y una hoja de papel, bocetando una y otra vez.
«El boceto a mano es más rápido, no depende del consumo energético y expresa una idea inicial clara. El croquis es connotativo y selectivo: realza lo que quieres mostrar y comunicar. Y es más demostrativo, porque sitúa al observador en el plano que necesitas y recrea un ambiente que es capaz de restituirse como experiencia sensorial.

vía Volver al dibujo a mano alzada.

Particularmente sigo opinando que lo que distingue a un buen arquitecto es la calidad de su mano alzada. Que el ordenador y el CAAD no son más que herramientas para la modelación, la visualización y la comunicación de los proyectos – como cualquier otra herramienta para un fin. Y que todas las modalidades se potencian con la mano alzada que es la esencia del oficio (además de la geometría, expresarse por escrito para transmitir idea y cuantificarlas, su expresión numérica, el paradigmático ¿cuánto pesa su edificio? de B. Fuller)

Bastante escribí sobre lo que dimos en llamar «diseño híbrido» (también proyectación híbrida, buscar en TyC o CuminCAD y dejar de preocuparse tanto por el 2D y el 3D, que en la mente del arquitecto sus ideas y obras siempre son multidimensionales)

Actualización: Afiche recuperado del SIGraDi 2002 – UCV, Caracas


Proyectación Híbrida

Reflexiones en torno a Experiencias Docentes en el Pregrado de Arquitectura

Afiche en SIGraDi 2002
Afiche en SIGraDi 2002

Un arquitecto recuperado · Isidro González Velázquez


La plaza de Oriente según los planes de Isidro Velázquez
La plaza de Oriente según los planes de Isidro Velázquez

REPORTAJE
El Conde Duque muestra el trabajo de Isidro González Velázquez, autor del Obelisco del Dos de Mayo y del Senado.

RAFAEL FRAGUAS – Madrid

Isidro González Velázquez, uno de los arquitectos de más fuste en el Madrid a horcajadas entre los siglos XVIII y XIX, sale desde ayer de un olvido en el que su figura se hallaba sumergida. Permaneció arrumbado durante décadas, pese a haber sido precisamente él quien erigiera uno de los hitos más sustantivamente propios de cuantos Madrid alberga: el Obelisco a los héroes del Dos de Mayo, en la plaza de la Lealtad. También ideó el palacio del Senado o la Casita del Labrador, en Aranjuez.

Su obelisco es aún hoy canon de serena armonía que el discurrir de la historia ha convertido en emblema de un ideal patriótico civil a salvo de la erosión del tiempo y de las rapiñas ideológicas. Así, el gran hito, 150 años después de su erección, pudo integrar con plena naturalidad, en 1985, una llama votiva que tributa recuerdo perenne a todas y todos cuantos dieron su vida por una España mejor.

desde Un arquitecto recuperado · ELPAÍS.com.

El viaje al sur de Italia de Isidro González Velázquez

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