Sostenibles e iberoamericanos · Reportaje: Diseño


Non smoke stove, de Pablo Montilla.
Non smoke stove, de Pablo Montilla.

Jóvenes diseñadores exponen sus visiones para el futuro en Madrid

M. JOSÉ DÍAZ DE TUESTA – Madrid

Pablo Montilla se enteró en el Instituto Europeo de Diseño (IED) de Madrid -donde estudiaba- que la Fundación Santander lanzaba un concurso online para jóvenes diseñadores iberoamericanos. La condición era que los proyectos fueran sostenibles y se centraran en cinco áreas: diseño gráfico, industrial, interiorismo y moda. Montilla, que tiene 27 años, el título de diseñador industrial, la licenciatura en Historia del Arte y un curso de escenografía, se puso manos a la obra. Presentó el mismo trabajo de fin de carrera Non smoke stove. Y ganó el primer premio, dotado con 5.000 euros.

El suyo fue elegido entre los más de 1.046 proyectos que se presentaron desde noviembre de 2008. Votaron un millón y medio de internautas, que eligieron 42 obras. De ellas, un jurado especialista eligió cinco ganadores, uno por cada área.

Non smoke stove -una cántica escolar para 800 niños- tiene la intención de mejorar las condiciones de vida infantil de Guinea-Bissau. Uno de los problemas más graves de África Occidental es que los menores de cinco años tienen una mortalidad muy alta por neumonía. Y una de las causas, según la información que aportó la ONG Plan España que colabora en el proyecto, es la inhalación de humo constante por su forma de cocinar, sobre tres piedras a fuego vivo dentro de una estancia. Montilla recurre a conceptos muy básicos, como el de una cocina antigua: «una parte de la cocina se ha hecho con planchas de chapa reciclada de bidones de gasolina o de coches y debajo está el fuego producido por leña y hojas», cuenta el autor.

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Las ciudades también quieren ser sostenibles · Reportaje: Diseño


Banco 'Neorromántico Sostenible'
Banco 'Neorromántico Sostenible'

En las urbes españolas proliferan los bancos y farolas reciclables

ANATXU ZABALBEASCOA – Madrid –

En 1995 Miguel Milá diseñó una versión del banco romántico de toda la vida. En lugar de las varillas de madera pintadas de verde puso lamas desnudas de mayor grosor y sustituyó la antigua fundición de hierro por aluminio, que se conserva mejor. Además, el nuevo banco era ergonómico, se adaptaba al cuerpo, era antivandálico y se mostraba atento a los cambios sociales: hacía hueco a los solitarios, permitía contemplar el paso de la gente en butacas individuales.

Durante años, muchas ciudades del mundo, de Buenos Aires a París y Londres, han instalado ese banco en sus calles. Pero la empresa que lo produce, la española Santa & Cole, no ha dejado de darle vueltas a cómo mejorar lo que parecía perfecto. En 2002 consiguieron el certificado FSC, que asegura que la madera empleada en la construcción de los asientos procede de bosques en los que se planta cuanto se tala.

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