ABC.es | MADRID
En la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, al pie de la sierra de Guadarrama, se encuentra Segovia una de las ciudades españolas que mejor conserva el espectacular legado que dejaron en ella los romanos.
El mayor reclamo turístico de Segovia es su acueducto construído en época romana para trasladar el agua desde el río Acebeda, aunque la leyenda asegura algo bien distinto. Según ésta una joven aguadora, cansada de arrastrar el cántaro por las empinadas y angostas calles de la ciudad, aceptó un trueque con el diablo. Éste dispondría del alma de la muchacha si, antes de que cantara el gallo, el agua llegaba hasta la puerta de su casa. El diablo trabajo a destajo. Debía construirlo en menos de 24 horas y por una piedra no lo consiguió.
Leyendas a parte, el acueducto constituye una majestuosa obra de ingeniería romana construído con sillares de granito unidos sin ningún tipo de argamasa entre ellos y colocados a hueso. Nace en La Acebeda, paraje próximo a La Granja, desde donde conduce el agua hasta la capital durante un tramo de 15 kilómetros, de los cuales aproximadamente 728 metros van al descubierto y el resto de forma subterránea. Esta compuesto por 163 arcos y alcanza su altura máxima en la Plaza del Azogue.
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Ayuntamiento de Segovia
Segovia, Patronato Provincial de Turismo
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La difícil tarea de hacer ‘levitar’ el acueducto de Segovia · Arte y Patrimonio
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