Organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX) y el MADC, en Costa Rica, mostrará 300 piezas entre sillas, lámparas y carteles | Efe
LA EXHIBICIÓN CERRARÁ SUS PUERTAS EL 12 DE JULIO
Costa Rica acoge ‘300% Spanish Design’ que muestra la calidad del diseño español
EFE
SAN JOSÉ (COSTA RICA).- España exporta su valor artístico en decoración. Las piezas más selectas y representativas del diseño español de los últimos 100 años se exhiben en Costa Rica cuando la muestra ‘300% Spanish Design’ abra sus puertas en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) de este país.
Se trata de un total de 300 piezas: 100 sillas, 100 lámparas y 100 carteles que han caracterizado el diseño creativo español desde 1900 hasta la fecha, y que estarán disponibles para el público hasta el próximo 12 de julio.
La exposición es organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX) y el MADC. El arquitecto y diseñador español Juli Capella, quien es el comisario de la exposición, ha explicado en rueda de prensa que la muestra incluye piezas de renombrados artistas como Picasso, Gaudí, Miró, Dalí, Tusquets, Casas, Mariscal, Moneo y Hayón, entre otros.
Con sus 2.500 metros cuadrados distribuidos en cinco pisos, el exterior del Museo Magritte evoca elementos de su pintura
Será el centro de referencia mundial del artista, cuya obra se encuentra dispersa por galerías y colecciones particulares de varios países. El Museo fue inaugurado hoy por los reyes de Bélgica, y abrirá sus puertas al público a partir del próximo el 2 de junio.
El mayor museo dedicado a René Magritte abrirá sus puertas el día 2 de junio en Bruselas, con una colección de 250 pinturas, esculturas, fotografías, carteles, películas y documentos del genio surrealista, uno de los creadores belgas más influyentes del siglo XX.
Gran parte de la obra de Magritte (1898-1967) se encuentra dispersa por galerías y colecciones particulares de todo el planeta, y la nueva pinacoteca nace con la vocación de convertirse en el centro de referencia mundial sobre el provocador artista bruselense.
El Museo, de 2.500 metros cuadrados distribuidos en cinco pisos, ha sido concebido como una «obra de arte» en sí mismo. Su estructura externa evoca elementos de la pintura de Magritte, como las ventanas de la fachada, en las que se proyectan imágenes del cielo y de nubes en movimiento.
La pinacoteca, inaugurada hoy por los Reyes de Bélgica, sigue el modelo del Museo Van Gogh de Amsterdam y se opone al de las pinacotecas clásicas, al centrarse en la vida y obra de un único artista «desde una perspectiva didáctica y poética», según dijo su director, Michel Draguet.
Tras muchos años de espera y retrasos, el 2 de junio se inaugura el gran museo monográfico que René Magritte se merece. Como no podía ser de otra forma, se encuentra ubicado en el Monte de las Artes de Bruselas, en L’Hotel Altenloh, un palacio digno de su obra, junto al núcleo central de los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, en la misma Plaza Real.
Durante los últimos meses unos cortinajes en el más puro estilo Magritte, cubrían el edificio, reproduciendo su imagen pero al mismo tiempo dejando entrever uno de sus cuadros más famosos, ‘L’Empire des Lumières’ . Ahora se ha corrido el telón pero el misterio y el enigma que tanto gustaban al pintor siguen en pie. No puede ser mayor el contraste entre la fachada señorial de este palacio neoclásico del siglo XVIII con lo que se esconde en su interior.
El realismo mágico de Magritte
NATIVIDAD PULIDO | BRUSELAS
Nada es lo que parece en su obra. Pintó una pipa y bajo ella escribió: «Esto no es una pipa». Años más tarde volvió a pintar otra con la inscripción: «Esto sigue sin ser una pipa». René Magritte creó un universo fantástico donde conviven hombres con bombín, manzanas con antifaz, aves que se transforman en hojas… Logró que fuera noche y día al mismo tiempo y dio forma de pájaros y mujeres al cielo, ese magnético cielo Magritte de un azul intenso, cubierto de nubes, que se ha convertido en su seña de identidad, pero que ayer no lucía en Bruselas.
Su original y personalísimo mundo está plagado de imágenes tan bellas y sugerentes como extrañas. A René Magritte, el hombre del bombín, le gustaban las adivinanzas que no se podían resolver, los misterios inexplicables. «No hay respuestas en mis pinturas -decía-, sólo preguntas». Tanto él como su obra son un enigma. Para tratar de resolverlo, aunque se fracase en el intento, lo mejor será visitar el nuevo Museo Magritte, que el próximo 2 de junio abre sus puertas en un rehabilitado edificio del siglo XVIII, el palacio Altenloh, en pleno corazón de Bruselas. Se ha concebido a semejanza de los museos dedicados a Van Gogh y Klee en Amsterdam y Berna, respectivamente.
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