Carvajal, en una imagen de 2005. / Archivo – eldiariomontanes.es
Figura imprescindible del gremio en el siglo XX, fue responsable, entre otras cosas, del diseño del Pabellón español en la Expo de Nueva York.
Es probable que el recuerdo de Javier Carvajal tenga la alargada forma de la Torre de Valencia, la sinuosa figura del que fuera el Pabellón español en la Expo internacional de Nueva York hace casi ya medio siglo en la Gran Manzana, una construcción premiada por el Rockefeller Center. El arquitecto, uno de los más importantes del gremio, ha muerto a los 87 años en Madrid.
El que fuera el catedrático más joven de España -lo consiguió con 29 años- obtuvo en su carrera varios reconocimientos desde la universidad donde logró ser Premio Extraordinario Fin de Carrera y poco después, ya recibido, logra el título de Maestro Honoris Causa de la Academia Mondiale Degli Artisti e Profesionisti de Roma. Su prolífica carrera estuvo compatibilizada con una larga trayectoria como docente.
Javier Carvajal Ferrer (Barcelona, 1926) es arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (1953) con Premio Extraordinario de Fin de Carrera, donde en 1965 obtiene la Cátedra de Proyectos. Desde 1976 es profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra.
María G. Picatoste @pikatoust / ABC.es, Nueva Tork
View inside the Main Concourse, facing east – Wikipedia
La terminal Grand Central de Nueva York celebra sus primeros 100 años con un nutrido calendario de festejos y haciendo memoria de su excelsa historia.
En los albores del siglo XX, la ciudad de Nueva York fue testigo de un truculento accidente. A primera hora de la mañana del 8 de enero de 1902, un tren exprés procedente de White Plains embistió a otro tren que se encontraba detenido en el túnel de Park Avenue a la espera de recibir la señal de acceso a la estación central de Nueva York. El suceso, en el que fallecieron 15 personas y causó decenas de heridos, provocó que la opinión pública exigiese la reforma del túnel de la vieja vía.
El percance fue el germen de un ambicioso proyecto que acabó dando a luz a la majestuosa terminal de Grand Central, la icónica estación que ocupa el centro neurálgico de Manhattan y que hace las veces de corazón de la metrópoli, bombeando cada día a la ciudad millones de pasajeros.
Charles-Édouard Jeanneret-Gris known as Le Corbusier, circa1933 – Den moderna stadens födelse / Wikipedia
En la actualidad, nombres como Norman Foster o Jean Nouvel son asociados con rapidez a sus construcciones gracias a la mediatización de sus obras, un concepto del que Le Corbusier, a principios del siglo XX, fue un precursor, al crear «un icono» de si mismo gracias a la fotografía.
«La fotografía: que milagro«, diría Le Corbusier, reiteradamente, a lo largo de su dilatada e intensa vida de arquitecto, retratada en centenares de negativos en la exposición «Construir la Imagen. Le Corbusier y la Fotografía«, concebida por su ciudad natal, La Chaux de Fonds, para conmemorar el 125 aniversario de su nacimiento.
Hijo de un grabador y de una profesora de piano, Charles Édouard Jeanneret, Le Corbusier, (La Chaux de Fonds, Suiza, 1887 / Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 1965), demostró desde pequeño una gran vocación artística y tras estudiar en la Escuela de Arte de su municipio efectuó a los 24 años un viaje de formación a Europa del Este.
… Bien joven, construye una imagen icónica de si mismo que, como el Che Guevara o Marilyn Monroe, le permite seguir siendo reconocido casi medio siglo después de su muerte: gafas grandes y redondas, pitillo en los labios, camisa blanca, traje cruzado y pajarita.
Aunque viste así hasta su muerte -en raras ocasiones, en público, se le ve con otro atuendo- también sabe ser «camaleónico» y se muestra puntualmente con la camisa abierta mostrando el pecho junto a Pablo Picasso o con la gorra de obrero en la Unión Soviética.
«Le Corbusier creó menos de un centenar de edificios, es muy poco, pero desde el inicio hizo teoría sobre su arquitectura, publicó libros, viajó mucho, dejó una huella escrita que influyó mucho en su época y que permite seguir estudiándolo hoy en día», explicó a Efe Annouk Hellmann, jefa del proyecto Le Corbusier 2012.
«Pero sobre todo, supo cultivar su imagen, hizo una marca de si mismo», agregó.
Moneda conmemorativa donde aparece el Modulor de Le Corbusier – Swiss Commemorative Coin, 1987 / Wikipedia
Un icono que Le Corbusier -cuyo seudónimo nació de una derivación del nombre de sus bisabuelo materno, Lecorbésier- expandió, a propósito, por todo el mundo, dejando en todos los casos huellas gráficas:
Construcciones en Francia, Argelia, la URSS, y la India; encuentros con Jawaharlal Nehru o Albert Einstein; viajes a Estados Unidos y Sudamérica, que le llevarían a colaborar con el inefable y longevo arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.
El arquitecto cuida su imagen y su imagen «vende». Por lo que Le Corbusier ahonda más en esa «presencia», al exhibir fotográficamente sus obras: deja las gafas encima de una mesa o aparca su coche frente a uno de sus edificios.
Unos clichés tomados por fotógrafos profesionales (Lucien Hervé, Robert Doisneau, René Burri) contratados por él que retratan millares de veces sus construcciones, y tras una minuciosa, crítica y a veces brutal edición del propio arquitecto, son imprimidas y publicadas en revistas y libros.
Fueron más de treinta, de los cuales controlaba tanto la concepción visual como la material, eligiendo el formato, la calidad del papel o los caracteres tipográficos.
«Le Corbusier era muy exigente consigo mismo y también con los otros -explica Hellmann- y era un obsesivo del control, era parte de su personalidad»….
Poster for the Deutsche Werkbund Exhibition in Cologne, Fritz Hellmut Ehmke, 1914 – http://www.fiellblog.com
Las Naves – Centro de Creación Contemporánea de Valencia celebra el centenario de la fundación de la Deutscher Werkbund, icono del diseño y arquitectura alemana, con una exposición que recoge los esfuerzos, éxitos y postulados de una de las más importantes e influyentes instituciones del siglo XX que marcó la vida cultural de otros países europeos, a través de casi 500 objetos, entre carteles, maquetas, muebles, diseños, dibujos y fotografías.
La Deutscher Werkbundes precursora de algunos de los postulados en los que se asienta la concepción actual de la arquitectura y diseño, como la limitación de los recursos naturales o el uso de la tecnología. Desde un almohadón o una taza de té hasta un plan de urbanismo pasando por la identidad corporativa de una empresa, según ha informado este viernes la organización en un comunicado.
En 1907 doce artistas y arquitectos, junto con doce fábricas de Münich, decidieron fundar la Deutscher Werkbund que haría historia como una de las instituciones culturales más importantes del siglo XX en Alemania. La agrupación se convirtió en vanguardia europea de la arquitectura y el diseño.
Nada era ajeno a la Deutscher Werkbund (DWB), que tenía como finalidad la dignificación del trabajo artesanal y la buena forma sin ornamentos, enfocada hacia la calidad y la funcionalidad, ya se tratase del diseño de la taza de té ideal o de la arquitectura vanguardista de una fábrica, dejando su impronta en la arquitectura, el arte y el diseño de todo un siglo.
En 1907 doce artistas y arquitectos, junto con doce fábricas de Münich, decidieron fundar la Deutscher Werkbund que haría historia como una de las instituciones culturales más importantes del siglo XX en Alemania. La agrupación se convirtió en vanguardia europea de la arquitectura y el diseño.
Más de cien años después, Las Naves celebran el centenario de la Fundación de con una exposición que recoge los esfuerzos, éxitos y postulados de una de las más importantes e influyentes instituciones del siglo XX que marcó la vida cultural de otros países europeos, a través de casi 500 objetos, entre carteles, maquetas, muebles, diseños, dibujos y fotografías.
Desde un almohadón o una taza de té hasta un plan de urbanismo pasando por la identidad corporativa de una empresa.
Deutscher Werkbund, English German Association of Craftsmen, important organization of artists influential in its attempts to inspire good design and craftsmanship for mass-produced goods and architecture. The Werkbund, which was founded in Munich in 1907, was composed of artists, artisans, and architects who designed industrial, commercial, and household products as well as practicing architecture.
The group’s intellectual leaders, architects Hermann Muthesius and Henry van de Velde, were influenced by William Morris, who, as leader of the 19th-century English Arts and Crafts Movement, proposed that industrial crafts be revived as a collaborative enterprise of designers and craftsmen. Van de Velde and Muthesius expanded Morris’ ideas to include machine-made goods. They also proposed that form be determined only by function and that ornamentation be eliminated.
No se sabe qué produce más vértigo, si el fulgurante ascenso hasta el piso 102 del Empire State o la escalofriante idea de pensar que el gigante fue construido en poco más de once meses, ante los ojos atónitos de millones de neoyorquinos que lo vieron crecer por encima de su hermano “pequeño”, el Chrysler Building, con quien libró una carrera inaudita hacia el cielo en medio de la Gran Depresión.
Ahora, a la altura del piso 80 y con motivo de su 80 cumpleaños, el Empire State nos invita a hacer una pausa… “¡Atrévete a soñar!” da título a la exposición que nos sumerge en la construcción más trepidante en la historia del siglo XX, gracias al sudor de 3.400 trabajadores que fueron capaces de levantar hasta cuatro pisos por semana.
“Podrán construir más alto, pero difícilmente más rápido”, asegura Jean-Yves Ghazi, director del observatorio. “Durante más de cuarenta años, fue el rascacielos más alto del mundo, y por más que lo superen, no habrá otro edificio más icónico en el planeta. La conexión emocional con la ciudad sigue siendo instantánea… Nueva York es impensable sin el Empire State, y viceversa”.
Aquí tenemos las fotografías hasta ahora inéditas de la construcción, ocupando las ventanas del piso 80 como daguerrotipos en blanco y negro de otra época. Aquí vemos también los diarios de construcción, con casi 500 camiones dejando a diario su preciada carga de acero (57.000 toneladas), ladrillos (10 millones) o cables telefónicos (seis millones). También podemos apreciar el crecimiento del gigante, piso a piso, semana por semana…
El edificio Empire State (en inglés: Empire State Building) es un rascacielos situado en la intersección de la Quinta Avenida y West 34th Street, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Su nombre deriva del apodo del Estado de Nueva York. Fue el edificio más alto del mundo durante más de cuarenta años, desde su finalización en 1931 hasta 1972, año en que se completó la construcción de la torre norte del World Trade Center. Tras la destrucción del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001, el edificio Empire State se convirtió nuevamente en el edificio más alto de la ciudad de Nueva York y el estado de Nueva York.
Luis Buñuel practicando boxeo en la Residencia, hacia 1921. ABC.es
Una exposición de la primera visita del arquitecto suizo a España abre los actos que celebran el centenario de la institución.
SUSANA GAVIÑA | MADRID
«La Residencia es una acrópolis sembrada de chopos, donde el señor y la señora Jiménez han creado un centro de estudiantes, escuela de solidaridad, de espíritu de iniciativa, de sólida virtud. Es como un monasterio –sereno y largo-. ¡Menuda suerte para los estudiantes!». Con estas palabras se refiere Charles Édouard Jeanneret-Gris (1887-1965), más conocido como Le Corbusier, a una de las paradas que realizó en su primera visita a España, en mayo de 1928, y que relató en un artículo publicado en un diario de París, «L’Intrasigeant», un mes después de haber desembarcado en nuestro país, invitado por la Sociedad de Cursos y conferencias, para ofrecer dos charlas en la Residencia de Estudiantes.
Una invitación que decidió aceptar tras cumplirse una condición: «Ver las corridas de toros. La que vi –recordaba después- fue, al parecer, excepcionalmente bella. Aquí radica –como tan admirablemente muchos otros ya han apuntado- uno de los fundamentos del carácter español, tal y como lo exigimos». Ahora, ochenta y dos años después de aquella visita, uno de los mayores arquitectos del siglo XX, impulsor de la modernidad, vuelve a la Residencia en forma de exposición.
El muro estrangulaba, entre otras cosas, el crecimiento de ambas mitades de la ciudad. La frontera de Postdmaster Platz, fotografíada por Norbert Enker en 1990
Berlín es la capital trágica del siglo XX. Ese muro que cayó la noche del 9 de noviembre de 1989 pone punto final a un periodo catastrófico en el que la capital prusiana y alemana fue menos la protagonista que la víctima. Esa ciudad que creció en una llanura fluvial y lacustre ha sido la capital más cambiante de la historia contemporánea europea. Corte del reino prusiano primero y de la Alemania unida en el primer imperio después, capital democrática de la República de Weimar ya bien entrado el siglo XX, se convirtió con Hitler en urbe imperial y militarizada desde donde se controlaba un imperio totalitario en constante expansión y después en ciudad dividida, símbolo y víctima de la guerra fría hasta 1989, año de su auténtica liberación.
Los doce años de nazismo fueron un martirio para la ciudad y sus habitantes. Era la capital del III Reich, pero Hitler no tenía más que desprecio y rencor contra el símbolo del cosmopolitismo y de la vida urbana moderna y democrática. Había sido una de las grandes capitales del movimiento obrero europeo a principios de siglo, hasta culminar en la efímera revolución espartaquista de 1919 en la que por unos breves días los consejos de trabajadores y soldados tomaron el poder. Pocas ciudades en el mundo tuvieron en los años veinte la vitalidad y el dinamismo cultural, científico e industrial de Berlín. También fue, con la depresión económica, capital de la miseria y del paro, y caldo de cultivo del populismo extremista rampante, que llevaría a sangrientos enfrentamientos entre izquierdistas y nazis. De haber podido elegir, Hitler habría preferido Múnich como capital. Y aunque Berlín fue metrópoli nazi, lo fue a contrapelo: también fue ahí donde más cuajó la resistencia, donde conspiraron los conjurados con Claus von Stauffenberg, el militar aristócrata que intentó asesinar al Führer, y donde fueron sumariamente ejecutados.
Earlier this week, 1.5 million people filled the streets of Berlin, Germany to watch a several-day performance by France’s Royal de Luxe street theatre company titled “The Berlin Reunion”. Part of the celebrations of the 20th anniversary of the fall of the Berlin Wall, the Reunion show featured two massive marionettes, the Big Giant, a deep-sea diver, and his niece, the Little Giantess. The storyline of the performance has the two separated by a wall, thrown up by “land and sea monsters”. The Big Giant has just returned from a long and difficult – but successful – expedition to destroy the wall, and now the two are walking the streets of Berlin, seeking each other after many years apart. I’ll let the photos below tell the rest of the story. (35 photos total)
Charles Edouard Jeanneret-Gris, nacido en Suiza y de formación autodidacta, fue uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX.
Por Alejandro Rapetti
Para LA NACION
Charles Edouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Corbusier, nació en La Chaux-de-Fonds, Suiza, el 6 de octubre de 1887. Considerado uno de los principales exponentes del movimiento moderno en la arquitectura, hoy es reconocido como uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX. Esto se debe no sólo a la fuerza y originalidad de su producción, sino también a su permanente acción como propagandista y difusor polémico de sus principios.
Con una formación sólo autodidacta, construyó su primera casa a los 17 años. Por entonces, su padre se dedicaba a lacar cajas de relojes para la industria relojera de su ciudad natal. Su madre era pianista y profesora de música. A los 29 años se trasladó a París, donde adoptó el seudónimo Le Corbusier, variación socarrona (ya que remite a la palabra cuervo) del apellido de su abuelo materno: Lecorbésier. Allí se dedicó a la pintura y junto con su amigo el pintor Ozenfant lanzó Après le Cubisme, el manifiesto fundacional del purismo. Juntos fundan también la revista L`Esprit Nouveau.
En la Ciudad de las Luces trabajó durante más de un año en el estudio de Auguste Perret, arquitecto pionero en la técnica de construcción en hormigón armado, y después viajó a Alemania para profundizar sus estudios y trabajar en la oficina de Peter Behrens.
Guadalupe Acedo, la señora que limpia la casa que diseñó Koolhaas en Burdeos, Francia
CULTURA | Ciclo de Cine sobre Arquitectura
Javier Rubio | Sevilla
Cine y arquitectura. En este caso, el espectador no va a contemplar el vientre del arquitecto, sino las criaturas salidas de su mente. El ciclo ‘Contrastes documentales’ se propone mostrar la obra de cinco grandes nombres de la arquitectura del siglo XX a través de siete películas documentales que se proyectarán en el ex convento de Santa María de los Reyes de la calle Santiago sevillana los jueves de julio a partir de las 21.30 horas con entrada libre.
El holandés Rem Koolhaas, el brasileño Oscar Niemeyer, el francés Le Corbusier, el español Santiago Calatrava y el finés Alvar Aalto son los protagonistas de siete mediometrajes que en su conjunto se proponen acercar su obra y sus pensamientos al gran público. Al menos, con esa intención lo hace la Consejería de Vivienda de la Junta de Andalucía.
La propuesta es tan heterogénea como los propios arquitectos seleccionados. El funcionalismo a toda costa de Aalto poco tiene que ver con la magnificencia y suntuosidad esteticista que Calatrava derrocha en sus proyectos, pero la programación del ciclo cinematográfico los ha unido caprichosamente.
Ennis House - Frank Lloyd Wright - Los Angeles, 1924
Son obras maestras del siglo XX, y Hollywood las ha usado en películas como ‘Arma letal 2’
MARÍA J. DE BLAS / RUBÉN PICADO – 06/06/2009
La vida de una perla es bastante contradictoria, siempre escondida esperando el momento oportuno para que la muestren con suficiente dignidad. Cuanto más valiosa, menos ha de exponerse. Algo parecido pasa con algunas casas de California que nos enseñaban de tarde en tarde los directores del cine de Hollywood. Estamos dispuestos a desvelar su escondite para los que tengan curiosidad y quieran disfrutar de esta excelente arquitectura.
Con sus 2.500 metros cuadrados distribuidos en cinco pisos, el exterior del Museo Magritte evoca elementos de su pintura
Será el centro de referencia mundial del artista, cuya obra se encuentra dispersa por galerías y colecciones particulares de varios países. El Museo fue inaugurado hoy por los reyes de Bélgica, y abrirá sus puertas al público a partir del próximo el 2 de junio.
El mayor museo dedicado a René Magritte abrirá sus puertas el día 2 de junio en Bruselas, con una colección de 250 pinturas, esculturas, fotografías, carteles, películas y documentos del genio surrealista, uno de los creadores belgas más influyentes del siglo XX.
Gran parte de la obra de Magritte (1898-1967) se encuentra dispersa por galerías y colecciones particulares de todo el planeta, y la nueva pinacoteca nace con la vocación de convertirse en el centro de referencia mundial sobre el provocador artista bruselense.
El Museo, de 2.500 metros cuadrados distribuidos en cinco pisos, ha sido concebido como una «obra de arte» en sí mismo. Su estructura externa evoca elementos de la pintura de Magritte, como las ventanas de la fachada, en las que se proyectan imágenes del cielo y de nubes en movimiento.
La pinacoteca, inaugurada hoy por los Reyes de Bélgica, sigue el modelo del Museo Van Gogh de Amsterdam y se opone al de las pinacotecas clásicas, al centrarse en la vida y obra de un único artista «desde una perspectiva didáctica y poética», según dijo su director, Michel Draguet.
Tras muchos años de espera y retrasos, el 2 de junio se inaugura el gran museo monográfico que René Magritte se merece. Como no podía ser de otra forma, se encuentra ubicado en el Monte de las Artes de Bruselas, en L’Hotel Altenloh, un palacio digno de su obra, junto al núcleo central de los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, en la misma Plaza Real.
Durante los últimos meses unos cortinajes en el más puro estilo Magritte, cubrían el edificio, reproduciendo su imagen pero al mismo tiempo dejando entrever uno de sus cuadros más famosos, ‘L’Empire des Lumières’ . Ahora se ha corrido el telón pero el misterio y el enigma que tanto gustaban al pintor siguen en pie. No puede ser mayor el contraste entre la fachada señorial de este palacio neoclásico del siglo XVIII con lo que se esconde en su interior.
El realismo mágico de Magritte
NATIVIDAD PULIDO | BRUSELAS
Nada es lo que parece en su obra. Pintó una pipa y bajo ella escribió: «Esto no es una pipa». Años más tarde volvió a pintar otra con la inscripción: «Esto sigue sin ser una pipa». René Magritte creó un universo fantástico donde conviven hombres con bombín, manzanas con antifaz, aves que se transforman en hojas… Logró que fuera noche y día al mismo tiempo y dio forma de pájaros y mujeres al cielo, ese magnético cielo Magritte de un azul intenso, cubierto de nubes, que se ha convertido en su seña de identidad, pero que ayer no lucía en Bruselas.
Su original y personalísimo mundo está plagado de imágenes tan bellas y sugerentes como extrañas. A René Magritte, el hombre del bombín, le gustaban las adivinanzas que no se podían resolver, los misterios inexplicables. «No hay respuestas en mis pinturas -decía-, sólo preguntas». Tanto él como su obra son un enigma. Para tratar de resolverlo, aunque se fracase en el intento, lo mejor será visitar el nuevo Museo Magritte, que el próximo 2 de junio abre sus puertas en un rehabilitado edificio del siglo XVIII, el palacio Altenloh, en pleno corazón de Bruselas. Se ha concebido a semejanza de los museos dedicados a Van Gogh y Klee en Amsterdam y Berna, respectivamente.
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