
El mayor exportador de sillas español patenta una madera tratada para exterior
ANATXU ZABALBEASCOA – Madrid
Se quedaban a medias. El mayor exportador de sillas español veía cómo en la mayoría de los hoteles que amueblaban sus pedidos no salían de los salones. Y querían llegar a las terrazas y a los jardines sin dar la mano al plástico y sin perder su seña de identidad: la madera. Ése era el material que trabajaba Paco Andreu hace más de medio siglo, cuando fundó la empresa y cortaba las sillas a mano y las repartía en un carro. La identificación con la madera les llevó, con los años, a adquirir bosques en Navarra y Bulgaria y serrerías en Estados Unidos.
Las maderas empleadas en mobiliario exterior suelen ser tropicales, como el iroko o la teka, y de crecimiento rápido. Ese crecimiento veloz está causando la sobreexplotación de buena parte de los bosques de la Amazonia y la cuenca del Congo y ha hecho que unos árboles que antes se talaban cuando tenían 20 años se corten ahora con sólo cinco, con la consecuente pérdida de grosor en el tronco. Además, esas maderas deben transportarse desde lugares remotos, y su traslado genera una emisión de CO2 que el empleo de materiales locales evita.
En la fábrica de Andreu World (Premio Nacional de Diseño 2008) querían evitar las prisas y, en lo posible, el CO2. Así, decidieron continuar trabajando con las maderas que conocen, las de crecimiento lento: se empeñaron en llevar el haya y el roble macizo al exterior. ¿Cómo protegerlas de la lluvia y el sol? Jesús Llinares viajó incansablemente por el norte de Italia y los países escandinavos buscando soluciones. El director de la empresa valenciana averiguó que fueron los vikingos quienes comenzaron a tratar térmicamente la madera para proteger sus viviendas. También que el tratamiento térmico se empezó a estudiar a fondo en Alemania, en los años treinta, y que en los noventa la construcción de saunas y pavimentos exteriores de madera hizo avanzar la resistencia de las maderas frondosas a la intemperie. Tras tres años de pesquisas han registrado como marca la madera y el proceso Ecolingus, que permite el uso exterior de maderas como el haya y el roble, tras someterlas a un proceso de secado y de alta presión.
Debe estar conectado para enviar un comentario.