
Museos de sorprendente contenido y continente en la ciudad austriaca, capital europea de la cultura, que se aleja de la maldición de haber sido la niña bonita de Hitler.
CARLOS PASCUAL
No es oportunismo político, ni cosa parecida. Al ostentar este año la capitalidad cultural europea, Linz culmina un proceso de medio siglo. Le va mucho en el giro emprendido. Tiene casi todo a favor: una puesta en escena de extraordinaria belleza, con un Danubio zalamero que se curva a sus pies y el telón de fondo de los Alpes, que están a menos de una hora, con una historia estremecedora y una calidad de vida envidiable. Conserva una medida humana, no llegan a 190.000 sus vecinos, pero es la tercera ciudad de Austria (después de Viena y Graz) y es la capital de su región, la Alta Austria.
Sin embargo, parece haber estado olvidada. Peor que eso, castigada, arrastrando un sambenito de ciudad maldita: porque a Hitler no se le cansaba la boca de decir que Linz era su ciudad. Había nacido cerca, y estudiado en Linz hasta los 18 años. Tenía planes colosales para ella; quería inflarla hasta el medio millón de habitantes, construir palacios, un mausoleo para sus padres, puentes, fábricas… En 1938, desde el balcón del Ayuntamiento viejo, proclamó el Anschluss o anexión de Austria con Alemania, un día antes de hacerlo en Viena.
Ese amor fatal quedó registrado sin tapujos en la primera gran exposición de la capitalidad cultural, que terminó en marzo y levantó ampollas. Porque esta ciudad no se ha hundido en la vergüenza. Ha hecho frente al pasado inmediato y al complejo de culpa con una complacencia digna del atormentado escritor Thomas Bernhard (quien se afincó precisamente en esta región y falleció en 1989). Ahora mismo está inscrita en las aceras de Linz otra acción titulada In situ (www.insitu-linz09.at), que narra en cada punto ominoso las atrocidades del régimen nazi. Linz se convirtió en una especie de macabro hub por el que pasaron más de 200.000 judíos camino del exterminio; muchos de ellos hacia el campo de Mauthausen, a 15 kilómetros.
GUÍA
Cómo ir
» Air Berlin (902 32 07 37; www.airberlin.com) vuela a Linz desde 16 ciudades españolas, vía Palma de Mallorca. Ida y vuelta desde Madrid, a partir de 138 euros.
» Ryanair (www.ryanair.es) vuela directo desde Girona; ida y vuelta, desde 63 euros.
Información
» El Año Cultural (www.linz09.at). La Linz09 Card (un día, 15 euros; tres, 25) da derecho a entrar en museos, usar transporte público y obtener descuentos en las actividades Linz09 de pago.
» www.linz.at.
» Turismo de Austria (902 99 94 32; www.austria. info/es).
desde Linz y la caja de zapatos
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In 2009, Linz is the European Capital of Culture and a host within Europe.
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