Una jaula invisible, de impacto mínimo


aviario_temaiken_hsubdestacadoARQUITECTURA | PROYECTO NACIONAL | AVIARIO

Con arcos metálicos y redes que se funden con el cielo, se construyó el aviario más grande de Sudamérica. Está en el Bioparque Temaikén y alberga 200 especies.

Pablo Raimondi.

praimondi@clarin.com

La naturaleza y el vuelo de las aves se conjugan dentro del Bioparque Temaikén, en Escobar, donde se inauguró el aviario más grande de Sudamérica, bautizado como El Lugar de las Aves.
En un espacio de tres hectáreas, dividido en cuatro grandes sectores, el estudio Hampton-Rivoira, junto al arquitecto Cristian Carnicer, debió generar «recintos de inmersión», para contener a 200 especies de aves de los cinco continentes. «Había que minimizar el impacto de la arquitectura con la generación de recorridos intimistas. El visitante está en contacto con los ejemplares», explica el arquitecto Jorge Hampton.El recorrido del aviario comienza con un umbráculo o pérgola de sombra, dividida internamente en cuatro jaulas. Continúa con el Gran Jaulón, un espacio reciclado, y luego aparece el sector para las aves de América.

El Gran Aviario, una suerte de carpa metálica, bordea un espejo de agua y hace visible con una serie de arcos desde donde pende una gran malla de acero. Allí habitan especies de Africa, Oceanía y Eurasia. El aviario alberga en total 2.500 pájaros distribuidos en un paseo donde la tecnología, el paisajismo y el diseño arquitectónico conviven en armonía. Hampton-Rivoira y Carnicer se quedaron con el proyecto después de un concurso de anteproyectos y croquis preliminares, organizado por la Fundación Temaikén. Y tuvieron que enfrentar varias cuestiones. «Manejamos dos sistemas de decisiones proyectuales, por un lado el de la cubierta, redes y arcos como envolvente. Y además los 4.500 metros de recorrido interno y hábitat natural de las aves, concibiendo esclusas para que no se mezclen especies», asegura Hampton.

desde Una jaula invisible, de impacto mínimo.

Actualización: 25 de noviembre de 2009

Temaiken, a vuelo de pájaro En el bioparque de Escobar se construyó el aviario de mayores dimensiones de América del Sur, que exhibe más de 200 especies y reproduce paisajes de los cinco continentes. El proyecto de arquitectura es de Hampton-Rivoira/Carnicer, y el paisajismo, de Cavanagh-Dominicis

lanacion.com | Arquitectura | Miércoles 25 de noviembre de 2009

Cuando la procesión va por dentro | Escuela de Posgrado UCA


Mirando al sur. El extremo sur del edificio, que también es el de todo el campus, tiene un acceso con marquesina reservado para usos ceremoniales.
Mirando al sur. El extremo sur del edificio, que también es el de todo el campus, tiene un acceso con marquesina reservado para usos ceremoniales.

Arquitectura | Proyecto Nacional | Buenos Aires, Argentina

Para albergar una sede universitaria, un dock en Puerto Madero fue totalmente renovado en su organización interior. El proyecto de Urgell-Penedo-Urgell optimiza la fluidez circulatoria y la transparencia. Se reutilizaron materiales de la estructura original.

por Ariel Hendler.

ahendler@clarin.com

Aunque ya es una postal conocida de Buenos Aires, lo cierto es que el campus de la Pontificia Universidad Católica Argentina –tal su nombre completo– en Puerto Madero, recién ahora está en vías de ver terminadas las obras que le darán su configuración definitiva, gracias a la puesta en valor y refuncionalización del Dock 12, el último que faltaba reciclar, y que desde este año alberga a la Escuela de Posgrado. Es probable que el proyecto para este volumen, a cargo del estudio Urgell-Penedo-Urgell, constituya uno de los reciclajes más audaces de este barrio ribereño, ya que detrás de la fachada de estilo inglés y ladrillo visto, que conservó su imagen incorruptible y severa, se esconde una operación de cirugía mayor que subvierte por completo su lógica compositiva original.

Sin embargo, sería incorrecto decir que del original sólo quedó la cáscara, ya que, en realidad, la obra conservó casi tanto como lo que modificó: sobre todo elementos constructivos, que fueron resignificados y vueltos a usar. Para ubicar a esta obra en su contexto general, hay que recordar que el campus de la UCA abarca los cuatro docks del Dique 2, adjudicados a la institución entre 1991 y 1992, a través de un concurso público de proyecto y precio. Pero, mientras los tres que llevan los números 9, 10 y 11, contando de norte a sur, funcionan a pleno desde hace años, el 12, había quedado retrasado y a la espera de que se definiera su destino. Ahora, a pesar de que todavía falta completar los últimos dos niveles, el tercer piso y el cuarto –que en rigor es un entrepiso–, puede decirse que sin duda la espera valió la pena.

El carácter de esta obra es inseparable de la historia de su concepción. Una década y media atrás, cuando ni siquiera se sabía qué dependencias de la universidad iba a albergar el edificio, resultó urgente encarar una serie de obras comprometidas con la Corporación Antiguo Puerto Madero con el fin de evitar que avanzara su deterioro material, ya bastante crítico. Ese trabajo se debió iniciar sin que el programa arquitectónico estuviera definido, cosa que según los proyectistas, sin embargo, resultó de lo más natural: «En la arquitectura educacional, como en la hospitalaria, es común que se defina un sistema adaptable a lo que más tarde pida el programa», aseguran.

desde Cuando la procesión va por dentro.

La clave

Se reemplazó la disposición original en naves transversales por una organización en sentido longitudinal, con las aulas volcadas contra las fachadas largas y las áreas comunes en el medio.

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