Ignacio Dahl Rocha reconoce la gran influencia que ha tenido Le Corbusier en su trayectoria profesional. Desde hace varias décadas, el renombrado arquitecto argentino vive y trabaja a caballo entre Lausana y Buenos Aires.
Entrevista.
Inmueble administrativo, Lausana. Obra del estudio Richter – Dahl Rocha. (Richter · Dahl Rocha & Associés) – http://www.swissinfo.ch
Acaba de presentar en Buenos AiresARTquitectura, una exhibición privada sobre su trabajo con la artista suiza Catherine Bolle en el marco de las jornadas de Arquitectura y Construcción Sustentable, que organizó EcoSuiza 2012.
Se trata de una plataforma de cooperación a diez años, impulsada por la embajada de Suizaen Argentina, para fomentar el debate e intercambio entre expertos helvéticos y argentinos sobre la temática de sostenibilidad, cuidado del medio ambiente y nuevas tecnologías.
swissinfo.ch: ¿Le Corbusier ha influido en su carrera como arquitecto?
Ignacio Dahl Rocha: Influyó muchísimo y no solo en mi obra, sino en toda la arquitectura moderna. Él es, de alguna manera, uno de los creadores de la arquitectura moderna, y sin duda influyó también en mi formación.
Nuestro estudio está en Lausana, que está muy cerca de La Chaux-de-Fonds, donde nació Le Corbusier. Y en Vevey, también cerca de donde vivimos, él le construyó en los años veinte una casa a su padres, la Villa Le Lac, que tiene mucho valor. Así que está muy presente siempre.
swissinfo.ch: ¿Cómo describiría la diferencia de estilos arquitectónicos que se aprecian en Suiza?
I.D.R.: La diferencia entre la arquitectura de la Suiza alemana y la francesa existe y es muy perceptible. Creo que Le Corbusier representa un poco a la cultura francesa. En cambio, Max Bill (1908-1994), que es un famoso arquitecto suizo alemán, representa más a la cultura germana, que está más cerca de la Bauhaus.
Lo interesante es que en Suiza están esas dos corrientes, que a su vez encarnan un poco a las dos grandes corrientes de la arquitectura moderna. Le Corbusier está en la tradición Beaux Arts, una tradición muy antigua donde la arquitectura como tal surge de las Bellas Artes. En cambio, la tradición alemana, que se llama Baukunst (el arte de construir), tiene una educación más técnica.
La estatua de Mafalda en San Telmo abre el recorrido del ‘Paseo de la Historieta’. | Efe – ElMundo.es
Liderados por Mafalda, nueve personajes de cómic comenzaron a saltar de las viñetas a las calles porteñas a través de las esculturas del «Paseo de la Historieta«, un proyecto de Buenos Aires para reivindicar el país como un «exportador de humor«, según el dibujante Manuel García Ferré.
A la luz de otras capitales que han cimentado parte de su imagen internacional gracias a sus personajes de cómic, como Bruselas con Tintín, Buenos Aires alimenta este recorrido que tendrá diez esculturas, partiendo de la talla de Mafalda, el personaje de Joaquín Lavado ‘Quino‘, instalada en 2009.
«El éxito de la escultura de Mafalda, colocada en el marco del festejo del bicentenario de la independencia argentina, nos llevó a pensar que tenemos muchos personajes muy reconocidos y que valía la pena hacer un paseo», declaró a Paula Uhalde, coordinadora del Área de Construcción Ciudadana de Buenos Aires.
La escultura de la niña despierta e irreverente creada por Quino, situada en el barrio porteño de San Telmo, es una de las más fotografiadas de la ciudad, lo que llevó a plantear el proyecto entre el emplazamiento de la pequeña y el recientemente creado Museo del Humor, en Puerto Madero.
Mafalda, Isidoro y Largirucho
Mafalda y el pícaro Isidoro Cañones, personaje creado por el argentino Dante Quinterno y ubicado el pasado 20 de julio en la misma calle, abren un recorrido que continuará en las próximas semanas con Largirucho, obra de Manuel García Ferré, dibujante español establecido en Argentina.
«Largirucho es un personaje muy porteño, que se ha hecho querer mucho por su bondad. Estará esculpido de pie mirando hacia el costado, para que si se acerca un chico parezca que está hablando», adelantó García Ferré.
Mi Comentario: Me alegran sobremanera este tipo de intervenciones y homenajes, ya que varios de ellos son los personajes de historieta que acompañaron mi infancia y adolescencia – y que cuando topo con ellos en la red o me comentan algo al respecto (cada vez menos), siempre me hacen sonreir y añorarles. Lástima que el manga y el anime hayan hecho tanto daño a la historieta en tiempos recientes, hay que cultivar estos personajes del dibujo de humor argentino (universal cabe agregar en el caso tan particular de la enfant terrible Mafalda de Quino) tan ricos, con tanta profundidad, tan plenos de Humanidad.
Los atentados del 11-S y el derrumbe de las Torres Gemelas cambiaron la manera de hacer arquitectura y «demostraron la fragilidad del hombre», sostiene el célebre arquitecto suizo Mario Botta.
Mario Botta, arquitecto suizo, en un momento de la entrevista con swissinfo en Buenos Aires. () http://www.swissinfo.ch
«Pensábamos que hacíamos cosas eternas y, sin embargo, en pocos años o en pocas décadas veremos que queda muy poco de nuestra cultura». Entrevista.
Siempre sonriente, con un enorme sentido del humor y mientras garabateaba un dibujo para su entrevistadora, Mario Botta pensó refinadamente cada una de sus respuestas sin desviar la atención de lo que él considera la esencia de la buena arquitectura: la mirada sobre el contexto histórico y ambiental a la hora de pensar una obra.
Nidia Marinaro y Rodolfo Livingston, arquitectos. Foto; Télam
El arquitecto Rodolfo Livingston, incansable en su prédica por impregnar de humanidad su profesión, refirma en un nuevo libro su propuesta de formar arquitectos de familia, intérpretes de anhelos y sentimientos de la gente al construir o reformar sus viviendas.
Se trata de “Casas de barrio”, escrito en colaboración con su joven mujer, colega y socia Nidia Marinaro, cuyo título, según confesión de los autores a Télam, fue una concesión a la elegancia ante el más auténtico pero tosco de «Casas chorizo«.
«Es enorme la cantidad de familias que necesitan un pensamiento acertado, previo a la obra. La mitad de la arquitectura es la familia, y ambas cuestiones tienen una vinculación indisoluble. No están juntas, están integradas», alecciona el texto.
Livingston conecta esa idea con el reciente anuncio del Gobierno de un gran programa de crédito para construir viviendas.
«¿Quién va a asesorar a los que obtengan esos créditos?», indaga. «No puede ser que el arquitecto vaya después como inspector, cuando la obra esté hecha».
Marinaro, «alumna indirecta» de su marido porque se formó en la Universidad del Nordeste de cuya fundación participó Livingston, recuerda una enseñanza del estadounidense Frank Lloyd Wright: «el ladrillo puede valer su peso en oro, según cómo se lo ubique».
Nuevo libro de Rodolfo Livingston y Nidia Marinaro.
Resumen
Este libro resume la vasta experiencia de ambos arquitectos en la transformación de las casas de barrio, conservando el atractivo original de los espacios y de las fachadas.
El humor, que abunda en estas páginas, encierra conceptos profundos, como en el caso de la mujer que se niega a dormir en el cuarto de “la otra”, la tormenta en el campo y el capítulo sobre la “resignificación”, entre otros.
Quienes están por comprar una casa de barrio y los que ya viven en una, encontrarán alternativas jamás pensadas y podrán evitar los errores que suelen cometerse en los proyectos de reforma y en la construcción.
Los arquitectos tendrán la oportunidad de acceder al conocimiento de la arquitectura cotidiana con inclusión de los clientes, algo por completo ausente en las Facultades de Arquitectura.
Nacido en Tucumánel 12 de octubre de 1926, el arquitecto César Pelli es uno de los máximos referentes mundiales en su disciplina. Esta semana, invitado por LA GACETA, el creador de las famosas Petronas se reencontrará con sus comprovincianos y hablará de su obra
La plaza Independencia. Esa, afirma César Pelli (1926), el tucumano más universal de todos cuantos podamos imaginar, es la imagen que le viene a la cabeza cuando piensa en su ciudad natal. El creador de obras tan diversas como las Petronas (Kuala Lumpur), el Pacific Design Center (California), el World Financial Center, la Carnegie Hall Tower (New York), la torre de YPF en Buenos Aires y la embajada de los Estados Unidos en Tokio (entre otros muchos clásicos de la arquitectura universal del último medio siglo) volverá esta semana sobre sus pasos de infancia, como invitado especial de LA GACETA, en el marco de los festejos por los 100 años de nuestro diario.
Antes de su llegada a Tucumán, apenas de regreso de París, Pelli respondió a un cuestionario colectivo: nueve tucumanos de las más diversas actividades se sumaron a la propuesta de este diario de acercarle otras tantas preguntas al egresado de la Universidad Nacional de Tucumán (1948), hoy titular del estudio Pelli Clarke Pelli (en New Haven, muy cerca de Manhattan), ex decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Yale y acreedor de numerosas distinciones, entre ellas la medalla de Oro del Instituto Americano de Arquitectos, incluida la Medalla de Oro por su trayectoria.
Mañana se le otorgará el doctorado Honoris Causa en la UNC.
Argentina | Agencia Télam
La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) concederá mañana el título de doctor `Honoris Causa» al arquitecto tucumano César Pelli, conocido mundialmente por haber diseñado lastorres Petronas, en Kuala Lumpur, según informaron desde ese ámbito académico.
Las Torres Petronas fotografiadas de noche en Kuala Lumpur, Malasia. Record height: Tallest in the world from 1998 to 2004 – Wikipedia
El acto de distinción será mañana a las 11, ocasión en la que también se presentarán las refacciones efectuadas a la Sala de las Américas, en la Ciudad Universitaria de la UNC, un ícono de la arquitectura cordobesa.
«Pelli, egresado de la Universidad Nacional de Tucumán y que fue decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Yale, es reconocido a nivel internacional como uno de los arquitectos más influyentes de la actualidad, en el campo del diseño y la innovación tecnológica en espacios urbanos», destacan los fundamentos por los que se otorga la distinción.
La visita de César Pelli a Tucumán, organizada por LA GACETA para celebrar nuestro centenario, ha generado furor. Ayer, en media hora se agotaron las 600 invitaciones para la charla que ofrecerá mañana el prestigioso arquitecto en el San Martín.
Paula Zuccotti, investigadora de escenarios futuros en SeymourPowell de Londres, habla sobre los últimos desarrollos en el campo.
Protagonista. Paula Zuccotti utiliza la etnografía para conocer la interacción entre usuarios y productos. Clarín, Arq - Diseño
Paula Zuccotti es diseñadora industrial y egresada de la FADU – UBA. Diez años después de terminar sus estudios, se enorgullece de ser director of futures (directora de futuros) de SeymourPowell, uno de los estudios de diseño más importantes del Reino Unido.
Invitada a Buenos Aires por el CMD para el ciclo de conferencias “Nuevos escenarios para el diseño” que organizó el IMDI, Zuccotti dio su visión de los últimos años en el campo. Su perspectiva está nutrida por la etnografía, un método de investigación que consiste en observar las prácticas de grupos y participar en ellas para contrastar lo que la gente “dice” y lo que “hace”.
La diseñadora divide a esta última década en cuatro etapas. “Del 2001 al 2003, las cuestiones referidas al diseño giraron en torno a la funcionalidad y estética del resultado. La pregunta era ¿cómo es el producto?”, señala. “En esa época, estaban alcanzando el punto de saturación y las marcas buscaban la diferenciación estética”, completa. Fue entonces cuando las empresas buscaron la diferenciación de los productos desde lo funcional, de la mano de la etnografía. “Aplicada al diseño, esta técnica demostró que, a la hora de trabajar, observar es mejor que preguntar. La interacción usuario–producto es imposible de captar en un focus group”, dice.
Según Zuccotti, de 2004 a 2006, el producto pasó a ser el actor principal junto a las acciones de branding. “En esos dos años, el producto era todo. Para las empresas, era el mejor embajador de sus marcas. Anteriormente, concentraban sus esfuerzos en la comunicación de su marca y publicidad”, comparte, mientras aboga por su herramienta más preciada: “La etnografía fue clave para conocer la verdadera relación de los consumidores con los productos”.
AIRCRUISE. Este proyecto experimental trabajó sobre la idea de un hotel en el aire, un nuevo concepto de transporte. Clarín, Arq - Diseño
En la tercera etapa (del 2007 al 2010), según Zuccotti, el producto dejó de ser la estrella y apareció el mundo de la interacción. “Se empezó a hablar de que había otras formas de conectarse con la marca más allá de la comunicación del producto. Aquí comenzó la era de los servicios, toda interacción entre usuario y marca era considerada un momento clave en la relación emocional”, afirma.
Así, el diseño puso el ojo en el vínculo, la interfaz entre el hombre y el objeto. “Las empresas buscaron canales alternativos como medios sociales donde pudieran relacionarse más allá del uso del producto, para crear vínculos más fuertes”, dice y concluye: “Otra vez, el diseño industrial jugó un rol muy importante decodificando y diseñando espacios”.
On Thursday 23rd September Paula Zuccotti, head of research and associate director at global Innovation company Seymourpowell, accepted HOUSE’s invitation to talk at PopUpHOUSE about understanding the role of ethnography and user research in the process of design and innovation.
Paula commented “empowerment is about re-activating someone’s power by sharing skills and motivation. I will be sharing with you my insights and top tips to uncover user needs through ethnographic research. Ethnography is a hugely stimulating process where one learns from other people. Its also fun and tremendously rewarding!”
Con el Teatro Coliseo a pleno, el arquitecto holandés de MVRDV brindó una conferencia donde predominó el público joven. Una lección de arquitectura bajo el lema «What´s next?» aplicado a su pensamiento y obra.
Para Winy Maas, inventar espacio y prever el futuro de la ciudad –y de las ciudades- son, hoy, problemas “clave”, y el arquitecto debe lidiar con ello. Como él mismo señaló “necesitamos más bosques, más terrenos, más espacio… tenemos que pensar qué hacer con la arquitectura para lograrlo”. A la luz de esa premisa, temas como la densidad, la mezcla o el mestizaje funcional y la monumentalidad -recurrentes en la práctica de MVRDV (M por Maas, VR por van Rijs, DV por de Vries) alcanzan nuevas connotaciones que afectan a la operatoria proyectual – el cómo se proyecta en los tiempos de “copiar y pegar” -, al lenguaje arquitectónico, y al diseño, control y carácter de los vacíos.
Durante su visita a Buenos Aires, Winy Maas conversó con ARQ acerca de los temas que hacen a la particular filosofía de MVRDV.
Winy Maas, referente de MVRDV y creador de The Why Factory -una suerte de fábrica de pensamiento sobre la arquitectura- dio su conferencia magistral en un Teatro Coliseo a pleno con una enorme audencia de público joven.
Visto a la distancia, sus ideas y proyectos pueden parecer un tanto útopicos pero todo se aclara cuando se lo escucha relatar -casi con euforia- cada uno de sus proyectos. Desde un lugar donde no deja duda de que la arquitectura para él está al servicio de la sociedad y que puede mejorarla y cambiarla, Maas replantea en su discurso todos y cada uno de los preconceptos y clichés de la arquitectura contemporánea: «La densidad de la ciudades es buena para las personas», «Los edificios verdes son feos», «Hay que abolir lo retro y el historicismo», «La vivienda social no les interesa a la arquitectos famosos», etc., etc….
AUTOR ENORME. ENTRE SUS OBRAS FIGURAN EL EDIFICIO DEL HOTEL HILTON, EL DE AMERICAN EXPRESS Y EL DEL STANDARD BANK EN PUERTO MADERO. Clarín.com
Entre todos los rasgos que definen a un gran arquitecto, Mario Roberto Alvarez además tuvo la virtud de la longevidad. Falleció ayer, nueve días antes de cumplir 98 años. Con él desaparece una personalidad singular y quizás el arquitecto más importante de la Argentina. Hasta el año pasado, fue elegido por sus colegas como el más prestigioso del país en la encuesta que realiza Diario de Arquitectura.
Sin los contactos que en esa época resultaban imprescindibles para trabajar de arquitecto, el joven Mario recaló en la Municipalidad de Avellaneda después de viajar durante casi un año (gracias a un premio por su desempeño universitario). En Europa tomó contacto con la vanguardia que ya abrazaba en la facultad y se forjó el perfil de arquitecto moderno que tuvo hasta sus últimos días.
El imponente lobby del hotel Hilton en Puerto Madero, Buenos Aires - Wikipedia
Inteligente, agudo, organizado y simpático cuando quería, Alvarez convirtió a su nombre en una marca que simboliza eficiencia y austeridad. Pero Alvarez fue un innovador en muchos sentidos. Cuando empezó su carrera profesional, la modernidad era una virtud poco valorada. El mismo contaba que uno de sus primeros clientes le pidió una casa de estilo. Como no podía convencerlo de hacer otra cosa, el joven arquitecto desarrolló dos proyectos, uno moderno y otro de estilo. Al presentarlos, logró convencer a su cliente.
Mario Roberto Álvarez en 1974 - Wikipedia
Para tener una idea de las condiciones culturales de su época basta con saber que el edificio de la Fundación Eva Perón (hoy Facultad de Ingeniería, en Paseo Colón 850), se terminó de construir en 1955. Alvarez había diseñado su genial Teatro San Martín dos años antes. Mario Roberto solía decir: ”Tengo pocas ideas, pero las respeto”, una sentencia que intentaba ocultar su brillo como proyectista, el mismo que lo llevó a ganar decenas de concursos. En su estudio lo llamaban “Jefe”, sus comentarios eran cortos, respetuosos, precisos. Era un profesional a la antigua, de los que tratan de usted a los colegas.
Tal vez su máxima innovación no se vea en sus obras sino en la organización que creó para hacer arquitectura: una máquina eficiente y enérgica como nunca se vio. Digna de otras latitudes, donde la arquitectura tiene menos de la imprevisibilidad del artista y más programación. Hábil armador de equipos, sacaba lo mejor de cada uno y predicaba con el ejemplo: llegaba primero y se iba último.
Murió ayer, a los 97 años, uno de los máximos referentes de la arquitectura en la Argentina, Mario Roberto Alvarez. Representante influyente del Movimiento Moderno en el país, su extenso trabajo vinculado a los principios del racionalismo lo convirtieron en un ícono de ese movimiento. Entre sus trabajos más destacados se encuentran los edificios del Teatro San Martín, de IBM, la sede social de Somisa y la Torre Le Parc.
Trabajador incansable, llevan su firma un centenar de obras, muchas de ellas emblemáticas de la ciudad y del país, que comprenden centros sanitarios, edificios de laboratorios, universidades, colegios, bancos, edificios de departamentos, teatros, radios, inmuebles para oficinas, galerías, hoteles, casas habitación, urbanizaciones, aeropuertos y clubes de deportes.
Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires y cursó arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. En ambas instancias se recibió con medalla de honor. En 1938 recibió la beca Ader, lo que le permitió realizar un viaje a Europa, donde visitó 115 ciudades y numerosas obras. En esa oportunidad, se entrevistó con grandes referentes de la arquitectura mundial. Un año después realizó la primera obra de su autoría: la Corporación Médica de San Martín, elogiada por una revista italiana por su «espíritu de renovación racional». En 1947 constituyó su propio estudio de arquitectura. «La búsqueda de síntesis y simplificación y las varias pruebas para una misma solución, que había aprendido de Virgilio, serán parte de su bagaje profesional posterior», se lee en el sitio oficial de su estudio.
Mario Roberto Alvarez entró en la historia de la arquitectura. Su personalidad, caracterizada por la búsqueda de la excelencia y la pasión por el trabajo, quedó grabada en cada una de sus obras; el compromiso con los postulados del movimiento moderno se ha mantenido desde los centros sanitarios proyectados hace más de 70 años para distintas localidades del norte argentino hasta sus últimos edificios de gran altura de Capital.
Torre Galicia Central - Vista desde el atrio de la Basílica de la Merced. Wikipedia
Obras como el Teatro San Martín, el edificio Somisa en la Diagonal Sur, edificios de vivienda y de oficinas construidos a lo largo de más de cincuenta años en distintas ciudades, desde la ya clásica esquina de la Avenida Mitre en Avellaneda hasta la reciente torre próxima al Monumento a la Bandera en Rosario, dan testimonio de la excelencia, el rigor y la sobriedad que caracterizaban su obra. Un genio de la arquitectura nos dejó.
La obra fue realizada por el arquitecto Pablo Fernando Abbatángelo (hijo del histórico dirigente de Boca Juniors y secretario de la AFA al momento de inaugurarse el monumento) y está coronado por una réplica de la famosa “Tango”, la pelota que se creó para el Mundial de 1978. Un cilindro de granito negro recorre el sólido pedestal, representando el paso del tiempo. Los ángulos de granito gris simbolizan cada cuarto de siglo vivido. Más arriba, tres platos superpuestos (también hechos en granito) evocan a los anillos olímpicos. Al pie, una placa tiene grabado este texto: “Asociación del Fútbol Argentino – Centenario – 1893 – 21 de Febrero – 1993”.
La fecha es la que Alexander Watson Hutton, un deportista y educador escocés, eligió para fundar la Argentine Association Football League, cuyo torneo se iba a convertir en el tercero más antiguo del mundo, detrás de la liga británica y la holandesa. Los equipos de aquella primera asociación eran los más importantes de la época: Quilmes Athletic Club; Caledonian’s; Saint Andrew’s Scots School; English High School (que después, en 1901, se convertiría en el invencible Alumni); Lomas Athletic Club y el Flores.
Está a metros del Teatro Colón pero no recuerda a ningún genio de la música. El monumento homenajea a otro símbolo con tanto arraigo entre los argentinos como un buen mate. Se trata de la pelota de fútbol. Sí, la famosa número 5. Esa que, según Diego Maradona, “no se mancha”, y la misma que, al decir de Daniel Pasarella, en lugares muy altos del planeta, “no dobla”.
Conocido como Monolito del Centenario, fue inaugurado el 16 de febrero de 1993, cinco días antes de que la Asociación del Fútbol Argentino soplara las velitas para celebrar su primer siglo de vida. Y, como corresponde, lo ubicaron rodeado de verde césped: el monumento se mantiene orgulloso en Viamonte, entre Talcahuano y Libertad, en uno de los sectores de la Plaza Lavalle y a menos de cien metros de la sede de la AFA, en Viamonte 1366.
Hoy comienza la XIII Bienal Internacional de Arquitectura con un sinfín de actividades y muestras. Pero, las estrellas serán los más de 50 arquitectos internacionales que disertarán en el Auditorio Buenos Aires.
En una ciudad donde los edificios son protagonistas silenciosos, no es poco que la Bienal de Arquitectura ocupe un lugar destacado en la agenda cultural de los porteños. Las autoridades del Gobierno de la Ciudad, arquitectos argentinos de renombre y figuras internacionales se hacen eco de esta suerte de “festival de la arquitectura” desde hace más de 26 años . Como sucedió e los últimos tiempos, la Bienal de Arquitectura está organizada por el CAYC y la consultora Pichon Riviere & Diaz Bobillo.
A partir de esta semana, con epicentro en el Centro Cultural Recoleta, y a través de diferentes eventos y exposiciones , la Bienal intentará dar un panorama de la producción arquitectónica actual, nacional e internacional.
Hoy martes, se desarrollará el evento inaugural en el Auditorio Buenos Aires con la presencia de los arquitectos Clorindo Testa y Carlos Sallaberry, el ministro de desarrollo urbano, arquitecto Daniel Chain y el Jefe de Gobierno de la Ciudad, ingeniero Mauricio Macri. Las muestras se concentrarán en el Centro Cultural Recoleta, desde el 8 de octubre y podrán verse hasta el 30 de este mes. Pero también habrá actividades en otros puntos de la ciudad, como la presentación de una instalación en homenaje a la Bienal en el Museo de Arte Moderno (MAMBA), la entrega del Premio Europeo de Arquitectura en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) de Barracas y la presentación de los libros de Laureano Forero y Josep María Botey.
Por su parte, la organización de la Bienal presentará el viernes 14 el “Libro de la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires”, que reúne toda la información sobre los 26 años de historia de este evento.
Nueva vida al espacio público y el fin del reinado de los objetos singulares fueron los grandes temas de la Bienal 2011. Qué se vio y que se dijo en el Centro Cultural Recoleta. Los protagonistas.
Cumplirá 90 años rodeado por un andamio que le quita brillo a su lustre. El Teatro Nacional Cervantes, en la esquina de Córdoba y Libertad, es otra de las joyas de la arquitectura de Buenos Aires que se gestó como el sueño de dos famosos actores españoles, María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. Aclamados por los porteños, pensaron que la Ciudad se merecía un edificio grandilocuente para representar las obras de teatro del idioma castellano.Por estos días avanza lentamente la restauración del edificio.
Fachada del teatro en la esquina de las calles Córdoba y Libertad, en diagonal a la Plaza Lavalle
Por el momento se trabaja en el cambio de cables de escenario y sala; en la licitación para recuperar el frente (ver Los andamios…); y en la construcción de una sala de ensayo, según detallaron a Clarín desde el área de prensa del teatro. Y el 30 de noviembre, con una obra e invitados de la cultura, se festejarán los 90 años de la sala.
El teatro – diseñado por Fernando Aranda y Emilio Repetto – se inauguró en setiembre de 1921 y hasta el rey español Alfonso XIII colaboró en su construcción. Según crónicas de la época, Guerrero y Díaz de Mendoza comprometieron hasta su fortuna para erigir el colosal edificio, cuyos materiales llegaron desde España. Y desde el principio el Cervantes tuvo que esquivar problemas para subsistir.
A solo cinco años de la inauguración estuvo a punto de cerrar y ser rematado. Es que el matrimonio de artistas tuvo problemas para afrontar los costos del mantenimiento. Lo salvó el presidente Marcelo T. de Alvear al nacionalizar el teatro y también su deuda. En 1961 un incendio destruyó gran parte de las instalaciones y las obras de reconstrucción demandaron siete años de trabajos . Pero a raíz del incendio el teatro modernizó sus instalaciones, con la construcción de un edificio sobre avenida Córdoba, diseñado por el arquitecto modernista Mario Roberto Alvarez. No todos estuvieron de acuerdo con el edificio anexo: mordaz, Manuel Mujica Láinez lo juzgó con “horror, asombro y melancolía”.
El teatro funciona como un ente autárquico desde el 1° de enero de 1997. En 2007 el Banco de la Nación Argentina le transfirió la propiedad del inmueble a la Secretaria de Cultura de la Nación. Poco tiempo después se colocaron los andamios que rodean la fachada del teatro, pero los trabajos se demoran aún hasta estos días. En setiembre de 2009 la Secretaría de Cultura firmó un acuerdo con el embajador de España en Argentina, Rafael Estrella, para poner en marcha un plan de restauración, refuncionalización y actualización informática del teatro. La obra debería haber comenzado con la llegada de fondos europeos, pero desde el teatro informaron que, respecto a la fachada, se trabaja en la confección de los pliegos de licitación para llevar a cabo la puesta en valor.
El sábado 10 de agosto de 1961, el Teatro Cervantes sufrió un importante incendio que destruyó gran parte de sus instalaciones. Gracias al accionar del telón de seguridad, los daños no fueron totales, pero el Estado debió reemprender la reconstrucción y recuperación del edificio, y aprovechó para incoporar un nuevo anexo. Este edificio, de estilo moderno, fue proyectado por el estudio Mario Roberto Álvarez y Asociados y posee tres subsuelos, planta baja y trece pisos altos. La superficie ganada permitió una nueva sala con un escenario de mayores dimensiones, talleres, salas de ensayo y depósitos. El Cervantes pudo celebrar su reapertura en 1968.
El nuevo edificio se levanta sobre la calle Juana de Ibarbourou, al costado del tradicional. Foto: Gentileza Fundación Instituto Leloir - lanacion.com.ar
¿Cómo se desarrollan los tejidos nerviosos y se adquieren las funciones cerebrales? ¿Qué procesos degenerativos del sistema nervioso causan el Alzheimer y el Parkinson? ¿Cómo se comportan los virus del dengue y del papiloma humano? ¿Cómo reaccionan las plantas a la luz y al estrés? ¿Se pueden controlar y utilizar en la reparación de los tejidos las células madre?
Estas son sólo algunas de las preguntas que inspiran a los científicos que trabajan en el Instituto Leloir, el centro de investigación y formación de recursos humanos que el premio Nobel de Química creó en 1947 gracias al apoyo económico de Jaime Campomar.
Hoy, seis décadas más tarde y ya con un plantel de casi 200 investigadores, entre los cuales figuran algunos de los más destacados del país, los pasillos de la tradicional sede de Parque Centenario están atiborrados de equipos y los laboratorios, superpoblados.
Fue así como nació el Parque Centenario II, un complejo que se levantó gracias al aporte filantrópico de una familia que prefiere no darse a conocer. «Comenzó a construirse alrededor de 2007 y ya está terminado -cuenta Jorge Daniele, director de Relaciones Externas de la Fundación Instituto Leloir (FIL)-. Pero, claro, ahora hay que equiparlo en su totalidad.»
El nuevo edificio, en el que se invirtieron unos tres millones de dólares, se destinará principalmente a albergar instalaciones y equipos que podrán ser utilizados por todos los laboratorios, algo que en inglés se denomina facilities , y agrega unos 3000 m2 a los 6000 existentes.
Su investigación más relevante, y por la cual obtuvo la distinción que le otorgó fama internacional, se centra en los nucleótidos de azúcar, y el rol que cumplen en la fabricación de los hidratos de carbono. Tras su hallazgo se lograron entender de forma acabada los pormenores de la enfermedad congénita galactosemia.
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