
Por Rodrigo Herrera Vegas
Para lanacion.com
Previo a la era industrial, la mayor parte de la superficie terrestre estaba cubierta por vegetación. Sin duda, las zonas urbanas han sido las principales responsables del cambio radical sufrido por los paisajes terrestres. En la actualidad, gracias al Google Earth, podemos fácilmente verificar el contraste entre las zonas urbanas y las rurales.
Las ciudades nos han otorgado un nivel de confort inigualable, y nos brindan la posibilidad de vivir prácticamente aislados de la naturaleza. No obstante, el tránsito vehicular y el smog son los principales estorbos, dejando de lado algunos fenómenos extremos, tales como los huracanes y terremotos.
Sin embargo, este comfort tiene un precio, sobre todo a nivel ecológico. Las zonas urbanas son grandes emisoras de gases de efecto invernadero: los colectivos, automóviles y motocicletas utilizan combustibles fósiles para poner en marcha sus motores. En el caso de nuestra capital, se suman las plantas generadoras de electricidad que también funcionan con combustibles fósiles como gas y gasoil. Por otro lado, el agua de lluvia, en vez de poder ser aprovechada para colaborar con la creación y crecimiento de especies vegetales absorbiendo CO2, debe ser adecuadamente drenada al caer sobre superficies como el cemento y asfalto, ocasionando a veces problemas de inundación.
desde Los techos como impulsores de la tecnología verde – lanacion.com.




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