En mi muro de Facebook, se produjo un interesante intercambio de «Me Gusta» y comentarios; en general, recordé que:
«… La primera que llegó a Latinoamérica era del LTAD – en ella aprendimos a usar el ordenador con interface gráfica, y leímos nuestros primeros correos electrónicos. Hoy hace 30 años de su irrupción – que cambió el mundo: ¿recuerdan ese anuncio de «1984», dirigido, nada mas ni nada menos, que por Ridley Scott? …» «… esa Mac fue la primera con ventanas, interface gráfica… tenía 256 K y mi promoción donó la ampliación a 512 K – Gustavo Llavaneras le puso uno plaquita dorada en el lateral, que así lo indicaba. Mucha agua ha corrido desde entonces bajo el puente que cubre estos largos 30 años. …»
Santiago de Compostela es una ciudad pequeña que invita al visitante a perderse por sus calles. De sus 100.000 habitantes cerca de un cuarto son estudiantes universitariosy dotan a la ciudad de una sobrada vitalidad con una destacada actividad nocturna así como una amplia oferta cultural.
Conserva las huellas del arte románico, gótico, barroco, renacentista y neoclásico. Impresiona la belleza de un casco antiguo que cubre la mayor parte de la ciudad. Cuatro plazas son las que dividen el conjunto histórico: Platerías, Quintana, Azabachería y Obradoiro. Sin duda, esta última, es el epicentro de la ciudad y también el final del camino para los peregrinos. Lugar donde se encuentra la fachada de la Catedral, este templo guarda el emblema que ha hecho tan famosa a la ciudad, se trata de las cenizas del Apóstol Santiago. Descubrimiento que la convirtió desde el siglo IX en uno de los santuarios más importantes de toda la cristiandad. En la plaza de Obradoiro se encuentran además, el claustro, el palacio Arzobispal, el hospital de los Reyes Católicos y el palacio de Raxoi. Buscando unos ojos que miren al conjunto de la ciudad, el monte del Pedrosoes el lugar idóneo para quedar embelesado por las vistas que ofrece, el atardecer ilumina al templo con una luz muy particular, dejando unas estampas de una belleza singular.
Nota personal: si bien Santiago de Compostela es el final del camino oficial, lo es para quienes solo siguen el turismo. Aquellos que persiguen la tradición, que recorren la auténtica Vía Estelar, culminan su marcha en el Finisterre, alli donde terminaba el mundo greco-romano, divisando las columnas de Hércules de los antiguos y luego nada más que vastas aguas… la tradición también marca que una vez allí deben quemarse las ropas con las que se hizo el recorrido, en una mezcla de ofrenda y acto ritual de purificación (cuentan aquellos que lo han hecho que no pueden describirlo con palabras, pero lo primero que les viene a la mente es «liberación»). La industria turística ha degradado la llegada al Finisterrae a simple actividad de senderismo, pero es, en esencia, el auténtico final del Camino, aquel punto en el cual ya no pueda avanzarse más, quedando al frente la inmensidad del mar océano …
Hiroshi Teshigahara‘s camera takes us over, under, around, and into buildings and a park designed by Antonio Gaudí (1852 – 1926).
Catalan architect, ceramist, and sculptor. Teshigahara suggests the influence of Romanesque churches and monasteries on Gaudí and the influence of the caves and crags of Montserrat, close to Barcelona. Every line of Gaudí’s seems curved, and no surface is without textures. With little narration, the film takes us through Casa Vicens, projects for the industrialist Güell (including the Crypt of the Colònia Güell and Park Güell), Casa Batlló, Casa Milà, and Barcelona’s landmark, the unfinished Templo de La Sagrada Familia. Written by {jhailey@hotmail.com}
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