
El grupo Accor inauguró su tercer emprendimiento en la Capital, que consta de dos hoteles que funcionan independientemente en un edificio sobre la avenida Corrientes.
Por Marina Gambier
LA NACION
En septiembre pasado, luego de dos años en obra, el grupo francés Accor inauguró su tercer emprendimiento en la Capital Federal, esta vez sumando a la oferta hotelera una propuesta arquitectónica singular: dos hoteles en un mismo edificio. Ubicados en el corazón de la Av. Corrientes y retirados de la línea municipal mediante una explanada de acceso que descomprime la circulación peatonal a esa altura, ambas construcciones se desarrollan en dos niveles, con dos subusuelos para cocheras y 12 pisos. Desde la fachada los edificios pueden diferenciarse claramente: mientras Novotel tiene un frente de aluminio laminado negro, el Ibis luce un tratamiento de piedra simil Paris. La premisa de Novotel, la versión 4 estrellas de la cadena (Ibis es la línea económica) es la transparencia y la lectura clara de los espacios, de manera que el usuario no necesite preguntar dónde queda el baño o donde están los ascensores.
Con ese objetivo se diseño una planta baja funcional en cuyo centro se destaca una imponente escalera de vidrio y acero que «cuelga» mediante tensores de una lucarna plana acristalada de 9 m de lado, que trae luz natural al interior y vincula el lobby del hotel con el entrepiso donde se alojan salas para eventos equipadas con la última tecnología. Para darle un toque porteño en ese sector se colocó un gran mural en blanco y negro con motivos tangueros. La recepción del acceso es un largo front desk de corian blanco, y hacia el fono de la sala hay una barra de bar resuelta en forma de herradura transparente y luminosa.



Debe estar conectado para enviar un comentario.