Arquitectura paisajista: puro verde en las sierras cordobesas | Argentina


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Inserto en el imponente paisaje árido se alza este jardín, el marco de una obra de estilo criollo

Ubicado al pie de las sierras cordobesas, este lote de diez hectáreas con pendientes naturales alberga un cuidado parque. Era un monte cerrado y espeso, con vegetación autóctona, aunque con pocos ejemplares de gran porte. Con machete en mano fueron abriendo camino. Así fue que rescataron un añejo algarrobo en el centro de un gran bajo, alrededor del cual comenzaron a limpiar.

El trabajo fue minucioso, marcaron cada arbolito que debía quedarse por su tamaño, su forma y su ubicación, entre ellos: chañares, algarrobos, molles, quebrachos blancos, talas, cocos y espinillos. Alrededor de un viejo tala se construyó la primera casa. Luego vinieron el taller de trabajo, la pileta, la casa de los caseros, el estanque y los corrales.

Las especies que resistían las condiciones del lugar –suelo pobre, fuertes vientos, largos períodos de sequía, crudos inviernos y altas temperaturas estivales– comenzaron a volverse las figuras principales del diseño. Lavandas, bulbines, euriops y teucrium. Plantaron nuevos árboles, como aguaribay, cina cina, orcos, quebrachos y algarrobos, además de un sector con pinos eliotis. En cada roquerío fueron armando los canteros y rocallas de estilo natural.

Diagramaron senderos peatonales, sorteando los desniveles con escalones de durmientes en quebracho. En la primera parte del ingreso plantaron plátanos, luego dejaron un gran vacío para destacar un algarrobo y un quebracho blanco y continuaron el camino con Fagara coco trasplantados del monte preexistente.

desde Arquitectura paisajista: puro verde en las sierras cordobesas | Revista Jardín.

(la nota incluye galería fotográfica)

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Cuando Manhattan era verde | Ciencia | The «Mannahatta» Proyect


Montaje de la isla neoyorquina hace 400 años y en la actualidad. | The "Mannahatta" Proyect
Montaje de la isla neoyorquina hace 400 años y en la actualidad. | The "Mannahatta" Proyect

GEOGRAFÍA | Viaje en el tiempo

  • Montaje de la isla neoyorquina hace 400 años y en la actualidad. | The «Mannahatta» Proyect
  • Un geógrafo reconstruye la historia natural de la ‘Gran Manzana’
  • Revela cómo era hace 400 años, cuando la habitaban los indios Lenape

Carlos Fresneda (Corresponsal)Nueva York

Los castores abrevaban en Times Square. Los osos negros campaban a sus anchas por los altos de Harlem. Y los pumas y los lobos acechaban a los 5.000 indios Lenape que se abrían paso a duras penas en la fronda selvática de Mannahatta, la isla de «muchas colinas».

Así era la Gran Manzana, emparentada en la lejanía con el jardín del Edén, cuando la vislumbró por primera vez Henry Hudson en 1609. Y así la ha reimaginado cuatro siglos después Eric Sanderson, en ese fascinante proyecto que recupera el nombre y el espíritu original de Manhattan, increíblemente reverdecida ante nuestros ojos.

«Como Henry Hudson, vine a Nueva York buscando algo, pero una vez aquí he encontrado algo distinto, algo que no esperaba», confiesa Sanderson, ecologista del paisaje, que ha logrado trazar un puente inaudito entre la jungla de asfalto y el bosque impenetrable de robles y castaños.

Primero fue un libro, ‘Mannahatta’, un canto ecológico y poético, deudor de Henry David Thoreau y Walt Whitman. La idea se desborda ahora en una de las exposiciones imprescindibles del verano, en el Museo de la Ciudad de Nueva York de la Quinta Avenida y la calle 103. Aunque el prodigio visual llega hasta internet, donde cualquier neoyorquino puede ver cómo era la vida en su manzana hace 400 años con un simple click .

«En Mannahatta había 627 especies diferentes de plantas233 variedades de pájaros y una biodiversidad por hectárea superior a la de Yellowstone o Yosemite», asegura Sanderson. «Si hubiera subsistido como tal, la isla sería hoy en día la auténtica joya de los parques naturales».

Los propios indios Lenape, con los incendios controlados y la agricultura incipiente, fueron los primeros en alterar el paisaje con prácticas que hoy se considerarían ‘sostenibles’.

El Bajo Manhattan encajó en el siglo XVII la huella de la civilización, encarnada en los pioneros de Nueva Ámsterdam. Los británicos arrasaron gran parte de la isla y la convirtieron en fortín durante la Guerra de la Independencia. Pero el golpe de gracia llegó en 1811, con la rejilla urbana que convirtió la isla en una lacónica sucesión de calles y avenidas.

A golpe de dinamita, se allanaron gran parte de las 500 colinas. Hasta lo que hoy es Central Park pasó por un meticuloso proceso de reducción topográfica. Con el tiempo llegarían los rascacielos, anclados en la roca granítica.

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El último capricho arquitectónico chino: una ciudad para dar paseos a 60 metros de altura | Pekín – Linked Hybrid por Steven Holl Architects


Linked Hybrid, en Pekín, se inauguró en julio. | Stevenholl.com
Linked Hybrid, en Pekín, se inauguró en julio. | Stevenholl.com
UNA ‘MINIURBE’ FUTURISTA EN LA CAPITAL CHINA
  • Pekin luce un nuevo complejo residencial con 8 torres de 22 plantas unidas por el aire
  • Linked Hybrid y sus pasarelas voladizas son obra del estadounidense Steven Holl
  • La construcción ha sido galardonada con el premio Best Tall Building

LAURA CASO

Madrid.- Los vecinos del Linked Hybrid, una ‘pequeña ciudad’ recientemente inaugurada en Pekín, pueden caminar 60 metros por encima del asfalto. Y no es que tengan alas o poderes sobrenaturales, es que viven en un complejo residencial cuyos edificios se conectan entre sí por pasarelas voladizas. Este original proyecto, inaugurado el pasado mes de julio, fue concebido por el arquitecto estadounidense Steven Holl, ha sido premiado con el galardón Best Tall Building que distingue a las construcciones en altura con mejor diseño en cada uno de los cinco continentes.
[ALBUM DE IMÁGENES]

«Pekín vive un frenesí caótico», afirma Holl en una entrevista en el francés ‘Les Heures’, en la que rechaza el modelo constructivo chino, lleno de «edificios mole junto a autopistas, en los que no hay lugar para espacios públicos ni zonas verdes», señala.

Su ‘híbrido conectado’ pretende cambiar ese rumbo. Además de esta ‘interconexión aérea’, la ‘miniurbe’ es también autosuficiente. 220.000 metros cuadrados acogen 750 apartamentos un parque (con lago incluido), zonas comerciales, cines, guarderías, un colegio y un aparcamiento subterráneo. Además, la construcción cuenta con un hotel, para los turistas que quieran darse una vuelta por esta ciudad del futuro.

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