Hay quien asegura que el viajero que abandona Coimbra se ve invadido por un sentimiento de melancolía que le incita a regresar a esta milenaria ciudad ubicada a orillas del río Mondego. La importancia de su Universidad, una de las más antiguas de Europa, y su vasto patrimonio cultural ejercen sobre el visitante un poderoso influjo que provoca en él la necesidad de volver a recorrer sus sinuosas calles, donde aún pueden escucharse los nostálgicos fados de los estudiantes.
La ciudad de Coimbra posee una vitalidad propia como resultado de un pasado plagado de hechos relevantes y de los recuerdos de miles de portugueses que, todavía hoy, repartidos por todo el país o más allá de sus fronteras, añoran aquellos años de juventud vividos en ella mientras cursaban sus estudios universitarios. Tiempos de despreocupación, de festejos, de ilusiones y de esperanza, que aún permanecen en cada uno de los rincones de Coimbra y que el viajero que la recorre acaba sintiendo como propios.
La parte alta de la ciudad, rematada por la reconocible silueta de la Torre de la Universidad, representa la vertiente más cultural de Coimbra, donde se respira el juvenil ambiente de la vida académica y se conservan algunas de las construcciones más antiguas, como el Criptopórtico romano, la Catedral Vieja o la Iglesia de San Antonio de los Olivares. Recorrer las empinadas calles de la parte alta es todo un reto para el equilibrio, y las casas y antiguas residencias universitarias parecen ir descolgándose de la cima de la colina en un descenso imposible.
desde Coimbra, siempre melancólica a orillas del río Mondego – Viajar_Gourmet – ABC2 – ABC.es.
Coimbra, cuna de las ciencias y de las letras.
Coimbra es la tercera ciudad más grande de Portugal. Es una antigua ciudad universitaria, famosa por sus calles sinuosas y casas colgantes
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