
EL CAIRO.-
Hay que admitirlo: la primera impresión que produce El Cairo no es la mejor. Con sus sistemas colapsados, su altísima polución, sus edificios sin terminar, sus calles caóticas y desbordadas, su tránsito incesante, frenético y vertiginoso, y su agobiante densidad poblacional puede abrumar a cualquiera. De hecho, cuesta bastante entrarle porque la capital egipcia encierra todo eso y más: es un pequeño mundo en el que conviven a diario más de 20 millones de personas en una superficie que cada vez queda más chica y que se extiende más hacia el desierto.
Pero una vez que uno se deja seducir por sus costumbres, sus contrastes culturales, su mezcla arquitectónica, la amabilidad de su gente y su riquísima y vastísima historia (¿existe algún lugar en el mundo que tenga tanta tradición como Egipto?), también es difícil desprenderse de ella.
Y 48 horas son pocas, quizá muy pocas, para comprender esta fenomenal madre de ciudades, pero existen algunos puntos imperdibles que sirven al menos para adentrarse un poco en su espíritu y esencia.
desde Egipto, secretos de El Cairo – lanacion.com.
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