
A sólo sesenta kilómetros al suroeste de Hanoi, Chua Hong – La Pagoda del Perfume – es un lugar sagrado, en medio de una naturaleza esplendorosa, llena de magia y encanto. Cada año concita a miles de peregrinos budistas que acuden en masa durante los grandes festivales de primavera, entre marzo y abril, y también todos los fines de semana.
Texto | Fotos: Francisco López-Seivane
Casi sin darse cuenta, pasa uno del marasmo de tráfico de Hanoi al océano de campos de arroz que se extiende hasta el horizonte en cualquier dirección. Es un descanso dejar que la vista se pierda sin fin por los inacabables arrozales, verdes y amarillos, salpicados de coloridas figuras humanas, bajo ese pequeño volcán de paja con que se protegen del sol (y de la lluvia) los vietnamitas. Los campos que nos rodean sólo se ven interrumpidos, más bien partidos, por la línea interminable de la carretera.
En la distancia, una larga cordillera de formas caprichosas pone un telón de fondo al paisaje. Al pie de las colinas, un pueblo sofocado por el mar de arroz que lo circunda, aprieta defensivamente sus casas como si temiera ser tragado por los tallos que lamen sus muros. Una nube horizontal, suspendida misteriosamente en el aire, impone el fulgor de su blancura sobre la policromía agostada de los arrozales.
Es como si Sorolla hubiera añadido la magia de su luz a un cuadro de Van Gogh. Me dicen que el pueblo se llama Van Son (‘Nube en la montaña’). Nada que objetar, excepto que al atravesarlo encontramos la carretera completamente cubierta de gavillas de arroz secándose al sol como si fuera un era. Ni que decir tiene que el conductor dejó rodar su vehículo sobre la parva como si tal cosa, recordándome mi infancia en las trillas de Castilla.
desde Asia | ocholeguas.com | La Pagoda del Perfume.
hombreloboTV: Camino hacia la Pagoda del Perfume, en Vietnam
Vietnam (IV): Hanoi, Pagoda del Perfume y Bahía Halong
Hanoi
Un corto vuelo nos hizo atravesar la mitad del país que nos faltaba para llegar a Hanoi. (20 de agosto)
Desde el aeropuerto de Noi Bai ( a 37 kms. de Hanoi) un autobús nos trasladó hasta el centro de la ciudad de Hanoi. Durante el trayecto habíamos visto en la guía, un hotel que teníamos la intuición que sería interesante pernoctar en él.
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