Las autoridades chinas anunciaron hoy la conclusión, tras siete años de trabajos, de las obras de restauración del Palacio Potala de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet y antigua residencia oficial del Dalai Lama. Para la restauración del complejo arquitectónico, cuyos cimientos de madera corrían grave peligro de derrumbe, se invirtieron 300 millones de yuanes (más de 30 millones y medio de euros), cifra que incluye también reparaciones del palacio de Norbu Longka, residencia de verano del Dalai Lama situada asimismo en Lhasa.
En las obras de reparación de los palacios participaron más de 189.000 trabajadores, encargados de reforzar los cimientos, reparar algunas de las pinturas murales y tratar químicamente las estructuras de madera para luchar contra plagas y otros peligros para la cimentación. Pese a las obras de reparación, el Potala, que en su día fue uno de los edificios más altos del mundo (13 pisos), continuará manteniendo el límite diario de turistas, unos mil cada jornada. El palacio, cuya construcción comenzó en el siglo VII, pasó a ser la residencia de los Dalai Lamas, gobernantes políticos y religiosos del Tíbet, en el siglo XVII.
Las autoridades chinas han anunciado este lunes la conclusión, tras siete años de trabajos, de las obras de restauración del Palacio Potala de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet y antigua residencia oficial del Dalai Lama. Un monumento que se alza a 3700 metros del nivel del mar.
Para la restauración del complejo arquitectónico, cuyos cimientos de madera corrían grave peligro de derrumbe, se invirtieron 300 millones de yuanes (cerca de 44 millones de dólares), cifra que incluye también reparaciones del palacio de Norbu Longka, residencia de verano del Dalai Lama situada asimismo en Lhasa. En las obras de reparación de los palacios participaron más de 189.000 trabajadores, encargados de reforzar los cimientos, reparar algunas de las pinturas murales y tratar químicamente las estructuras de madera para luchar contra plagas y otros peligros para la cimentación.
Pese a las obras de reparación, el Potala, que en su día fue uno de los edificios más altos del mundo (13 pisos), continuará manteniendo el límite diario de turistas, unos mil cada jornada. El Potala, cuya construcción comenzó en el siglo VII, pasó a ser la residencia de los Dalai Lamas, gobernantes políticos y religiosos del Tíbet, en el siglo XVII. Es considerado la culminación de la arquitectura tibetana, con su característica fachada roja y blanca. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, el edificio alberga además un gran número de pinturas y esculturas igualmente consideradas obras maestras en el arte tibetano
Elemento expositivo desmontable. 15.000BF al ganador y 15.000BF al proyecto.
Itinerará por Venezuela en el 2010. Las inscripciones están abiertas ya: www.espacioannafrank.org/concurso. Click en historia – bases – inscripciones
El certamen es organizado y promovido por el Espacio Anna Frank, con el apoyo del Colegio de Arquitectos del Estado Carabobo, La Fundación Bancaribe, la revista Entre Rayas, 800-christy, la Asociación Amigos de la Porteñidad, Universidad Central de Venezuela y Universidad Simón Bolívar.
El Concurso Nacional de Diseño: “Proyecto elemento expositivo desmontable: homenaje al pueblo venezolano, generoso y hospitalario”, es una iniciativa de carácter cultural-educativo y, surge de la voluntad de reconocer las virtudes sociales de los antiguos habitantes de Puerto Cabello.
Arquitectura | Proyecto Internacional | Museo de Ciencias | Wilkinson Eyre
El centenario Museo de Ciencias londinense será intervenido para integrarlo al barrio. Cómo se reformulará su circulación interna.
Graciela Baduel.
gbaduel@clarin.com
Quien haya caminado los grandes museos del mundo – El Louvre, por ejemplo – sabe de interminables desplazamientos por escaleras, pasillos y ascensores en busca de aquellas obras por las que se ha pagado la entrada. La circulación es clave: cómo hacer que el visitante acceda rápidamente a lo que quiere ver, y más aún, cómo seducirlo para que se aventure hasta la última sala del último piso. Algo de eso se plantearon los proyectistas del estudio londinense Wilkinson Eyre, responsables de convertir al centenario Museo de Ciencias británico en un «museo del futuro«. La solución fue calar la estructura con nuevos ascensores en puntos estratégicos, que llevarán directamente a las galerías de los niveles superiores, «olvidadas» por la mayoría de los visitantes.
La remodelación del museo se enmarca en un plan más amplio y ambicioso: posicionar al barrio de South Kensington como destino turístico-cultural, atrayendo particularmente a extranjeros.
Para ello, bajo la dirección del municipio del Royal Borough of Kensington and Chelsea, (los diseñadores) Dixon Jones transformó la calle Exhibition Road, donde se encuentra el edificio, en un corredor semipeatonal, escenario posible de espectáculos al aire libre. Para darle al museo una presencia vital en este recorrido, los proyectistas de Wilkinson Eyre se concentraron en la fachada: idearon una instalación luminosa, construida en vidrio y acero, que rompe las líneas ortogonales y se abre paso a través de las columnas neoclásicas. «The Beacon» (El Faro) es algo así como un corazón a punto de estallar, lleno de energía y nuevas ideas.
Primer Premio: arquitecta Sara Claudia Ciocca (autora) y el equipo de proyecto de los arquitectos Gabriela Cragnolino y Juan Pablo Margenat
El equipo ganador, formado por los arquitectos Sara Claudia Ciocca y Gabriela Cragnolino y Juan Pablo Margenat, propone conectar peatonalmente el área de Catalinas Norte con el río mediante un basamento elevado sobre el espacio verde que los separa, con pasarelas que cruzan la avenida Alem.
Proyectos y nómina completa de premiados. (En el artículo, seguir el enlace)
Como se anticipó el miércoles último, el ganador del Concurso Nacional e Internacional de Ideas para el Sector Urbano del Entorno de Dársena Norte, que propone el contacto de la ciudad con el río mediante la incorporación del polígono Catalinas Norte, la organización del sector Retiro, el completamiento de la autopista Ribereña y la reorganización del puerto, incluyendo áreas de circulación peatonal, espacios públicos y nueva edificación con usos mixtos de hasta 31 metros de altura sobre la franja verde. La nueva normativa determina fisonomía y envolventes de las futuras construcciones que consolidarán el tejido de Catalinas, con una planta baja permeable y un primer piso de usos mixtos que recibirá las pasarelas que cruzan la avenida Alem, similares a las del proyecto original de la década del 60.
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