Toyo Ito cree que la arquitectura es una labor de equipo - Foto: EPA / EFE
Maribel Izcue
Tokio, Japón (EFE).- El desastre que el 11 de marzo asoló Japón y destruyó 60.000 edificios en menos de una hora resquebrajó el concepto de arquitectura segura y ha llevado a maestros como Toyo Ito o los premios PritzkerKazuyo Sejima y Tadao Ando a sumarse a la reconstrucción.
«Con el terremoto, el concepto de todo lo que hemos venido construyendo en los últimos 50 ó 100 años ha quedado en cero», indicó a Efe el arquitecto Toyo Ito, creador de edificios como la famosa Mediateca de Sendai (2001), cuyo techo se desplomó parcialmente por el seísmo.
Sobrecogido por una tragedia que fue «más allá de lo que imaginábamos», Ito reconoció que la arquitectura moderna falló al no contemplar la posibilidad de un desastre natural de esas dimensiones y considerar seguro un escenario que incluía una central nuclear.
«Ése fue el error», insistió el arquitecto, que se ha agrupado con otros cuatro prestigiosos colegas para presentar propuestas de reconstrucción: Hiroshi Naito, Riken Yamamoto, Kengo Kuma y Kazuyo Sejima, esta última ganadora del premio Pritzker 2010 junto con su compañero en el estudio SANAA, Ryue Nishizawa.
Para Ito, autor también de las Torres Porta Fira de Barcelona, el grupo puede contribuir a la reconstrucción cubriendo los huecos del plan del Gobierno, es decir, pensando en los detalles que hagan más cómoda la vida de los refugiados y residentes de la zona.
Shigeru Ban en 2005 durante el acto de colocación de la primera piedra en el Centro Pompidou-Metz. Wikipedia
El seísmo, según el arquitecto, obligó a reflexionar sobre el significado de arquitectura y su servicio al público, que debe estar por encima del concepto de urbanismo y humanizarla para abarcar «la relación entre la naturaleza y el ser humano, y entre las propias personas».
Ahora, por ejemplo, «es necesario instalar casas temporales para que las personas puedan mantener su privacidad», explicó Ito, que visitó a finales de marzo Sendai, capital de la provincia de Miyagi y una de las ciudades más golpeadas por el desastre, para evaluar el alcance de los daños.
En ayudar a los desplazados por desastres naturales tiene larga experiencia otro de los grandes arquitectos japoneses, el innovador Shigeru Ban, jurado del premio Pritzker entre 2006 y 2009 y creador de edificios como el Museo Pompidou-Metz(Francia).
Además de formar parte de la elite de la arquitectura, Ban trabaja desde hace mas de quince años construyendo refugios temporales para los evacuados: lo ha hecho en países como Haití tras el terremoto del año pasado, Sichuan (China) en 2008, Sumatra en 2004 o Kobe en 1995.
La seña de identidad de sus refugios es que están fabricados con materiales de bajo coste, principalmente cilindros de cartón tratados con poliuretano, que Ban convierte en estructuras sorprendentemente sólidas.
El agujero tiene 30 metros de diámetro y 60 de profundidad / Flick - ABC.es
El gigantesco hoyo se abrió repentinamente en un barrio de la capital del país, apenas unas horas después del paso de la tormenta tropical Agatha. Arrastró a dos personas a las profundidades.
JOSÉ MANUEL NIEVES | MADRID
El gobierno de Guatemala ha colgado en su página de Flickr esta impresionante imagen en la que se aprecia el agujero circular y de sesenta metros de profundidad que se abrió repentinamente en un barrio de la capital del país, apenas unas horas después del paso de la tormenta tropical Agatha.
El agujero, de unos 30 metros de diámetro, se tragó literalmente tres casas y arrastró a las profundidades al menos a dos personas. Una tercera ha desaparecido y los evacuados se cuentan por centenares en la zona.
Los geólogos que han examinado el fenómeno aseguran que su forma circular perfecta sugiere la existencia previa de cuevas subterráneas, pero la causa exacta por la que se formó el agujero sigue siendo un misterio.
«Puedo decir lo que no es -asegura David Monterroso, ingeniero y geofísico de la Agencia Nacional de Guatemala para Desastres Nacionales-. Y no es una falla geológica, y tampoco el producto de un terremoto. Eso es todo lo que sabemos. Para averiguar más tendremos que bajar».
Agujeros como el de la imagen se forman en lugares en los que el subsuelo es rico en calizas, sales y otras rocas solubles y que por lo tanto se disuelven fácilmente en el agua. En este caso, se cree que la tormenta tropical Agatha alimentó una corriente subterránea que fue minando y desestabilizando el terreno hasta que se hundió por completo.
Guatemala, 3 jun (EFE).- Geólogos de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) empezaron hoy a investigar el enorme hoyo de 21,5 metros de diámetro y 31,2 de profundidad que se abrió el pasado sábado en el norte de la capital guatemalteca por las lluvias causadas por la tormenta tropical «Agatha».
El secretario de la Conred, Alejandro Maldonado, junto a un grupo de periodistas visitó hoy el lugar, conocido como Ciudad Nueva, donde los geólogos iniciaron un estudio para conocer la situación del subsuelo y establecer las verdaderas causas de la formación del hoyo.
Los geólogos han descartado, en principio, que existan cavernas en el interior, aunque aclararon que la presencia de arena volcánica en los alrededores de la abertura no les permitió hoy realizar un estudio completo.
Agujero provocado por las lluvias en Guatemala - Foto: AFP / Google
Según las autoridades, el gigantesco orificio fue el resultado de una carga excesiva de agua en el terreno, originada por las torrenciales lluvias de la tormenta tropical que azotó el pasado fin de semana Guatemala, con el resultado de más de 150 muertos.
Maldonado explicó que los vecinos habían alertado a la Conred en febrero pasado de que se escuchaba retumbar en el sitio y que se habían abierto grietas en casas.
GUATEMALA — Los geólogos advirtieron sobre la probable formación de nuevos agujeros en la capital guatemalteca similares al que se tragó una casa de tres pisos, tras las fuertes lluvias de la tormenta Agatha.
El fenómeno dejó al descubierto la falta de mantenimiento de las redes de drenaje, y podrían ser el anticipo de la formación de cráteres parecidos, dijeron los expertos.
Las autoridades instalaron un radar de penetración de subsuelo (GPR) para realizar un mapeo de las condiciones del cráter, de 30 metros de profundidad y 20 de diámetro.
«Son una especie de radiografías que se estarán realizando en un radio de 80 metros para determinar las condiciones del subsuelo y si está en condiciones apropiadas» para vivir, comentó a la AFP el geólogo de la estatal Coordinadora para la Reducción de Desastres, David Monterroso.
Monterroso, a cargo de las investigaciones, consideró que la erosión pudo generar con el tiempo un vacío en el suelo, lo que se agravó con la cantidad a causa del paso de la tormenta Agatha.
No obstante, el experto tampoco descartó que esa zona de la ciudad esté construida sobre lo que denominó «un sistema kárstico», un terreno constituido por materias solubles en agua, «pero eso lo determinará la investigación que estamos iniciando», aseveró.
Tampoco se deja de lado la teoría de los vecinos, la cual se basa en que los drenajes colapsaron y socavaron la tierra, dijo Monterroso.
Geólogos aseguran que el impresionante hoyo, lejos de ser sólo un fenómeno natural, fue el resultado de algo más peligroso: el pésimo alcantarillado de la ciudad. Advierten de que la tragedia puede volver a repetirse.
ABC.es | MADRID
Hace tan sólo unos días, la impresionante imagen de un agujero circular gigante que se abrió repentinamente y se tragó tres edificios en un barrio de la capital de Guatemala dio la vuelta al mundo. Al menos dos personas fueron arrastradas a las profundidades. Unas horas antes la tormenta tropical Agatha había azotado la zona y los geólogos que examinaron el fenómeno apuntaron la existencia de cuevas subterráneas bajo el terreno, pero la causa exacta de que se abriera la tierra en un círculo perfecto resultaba un misterio. ¿Qué fue exactamente lo que provocó la aparición de este hoyo mortal? El agujero, de sesenta metros de profundidad y treinta de diámetro, fue presentado como un sumidero o dolina, lo que en inglés se denomina «sink hole», una depresión natural en la superficie causada por procesos kársticos. Ocurre en regiones rocosas formadas por caliza y arcilla que han sido devoradas por aguas subterráneas. Sin embargo, algunos geólogos no están de acuerdo con echar la culpa sólo a la Naturaleza. Aseguran que el agujero es otra cosa, «mucho más peligrosa», en la que ha participado la mano del hombre.
«Sí, se parece mucho a un sumidero», explica a Discovery News Sam Bonis, un geólogo que trabaja en la zona y que ya vivió algo semejante en 2007. «Y una ballena se parece mucho a un pez, pero llamarle pez sería muy engañoso». En su lugar, Bonis prefiere el término «piping feature», algo así como «estructura de tubería» para definir el abismo, una etiqueta menos atractiva, pero una distinción importante. Los sumideros se refieren a áreas donde el lecho rocoso es sólido, pero ha sido destrozado por aguas subterráneas, formando un queso suizo geológico cuyos contornos son casi imposibles de predecir.
Vista de cómo quedó la sala de turbinas afectada por el accidente ocurrido este lunes en la mayor central hidroeléctrica de Rusia
Las autoridades dicen que es poco probable que se hallen con vida a más de 60 desaparecidos.- Según cálculos preliminares, los costes de reparación ascenderán a más de 220 millones de euros
RODRIGO FERNÁNDEZ | Moscú
La construcción de la central Sayano-Shúshenskayacomenzó en septiembre de 1968 y su última turbina -la décima- entró en funcionamineto en diciembre de 1985. En su momento, fue considerada la joya de la ingeniería soviética y producía hasta tres veces más energía que la presa estadounidense Hoover, en el cañón de Colorado.
La presa –que afortunamente no resultó dañada– tiene 245 metros de alto, 1.074 de largo y un ancho que va 106 metros en la base a 25. El embalse de la central tiene 11,5 kilómetros cuadrados. La central, que ha quedado con tres turbinas inutilizadas, da trabajo a cerca de medio millar de personas.
Una vista general de la presa Sayano-Shúshenskaya, ubicada cerca del poblado siberiano de Cheryomushki, a unos 3.000 kilómetros de distancia de Moscú– REUTERS
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