En una entrevista a la BBC, Richard Rogers criticó al heredero de la corona británica por frenar la construcción de un conjunto de viviendas de lujo, y dijo que la realeza «no puede dictarnos qué es el arte moderno»
LONDRES (dpa). -El arquitecto británico Richard Rogers criticó hoy al príncipe Carlos de Inglaterra, con quien inició una disputa por la reforma de un edificio en Londres, en una entrevista con la BBC.
El heredero al trono abusa de su papel constitucional y se mezcla en procesos políticos, dijo, por lo que pidió que los expertos analicen las atribuciones del príncipe. «Todo aquel que utiliza el poder adquirido por nacimiento rompe con el entendimiento constitucional», afirmó. «Es un precedente peligroso».
La monarquía no tiene derecho a imponer a los ciudadanos sus gustos sobre arte, música o medicina, destacó Rogers, de 75 años.
«¿Vamos a tener a un noble dictándonos el arte moderno? ¿Tendremos a la realeza dictándonos su gusto en música? ¿Tendremos a la realeza dictándonos sus creencias en medicina, moderna o no?», se preguntó el arquitecto.
Y se respondió a sí mismo: «No, porque no son expertos en ninguno de esos campos, pero más importante es que no es constitucional que entren en esas áreas que son políticas, en las que ellos están protegidos y nosotros no».
Los estudios GGMPU – Lucio Morini y MZARCH reciclaron y ampliaron el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa, en el barrio Nueva Córdoba.
Por Graciela Baduel y Ricardo Turano.
Para comprender cabalmente la intervención realizada en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa, en plena capital cordobesa, hay que tener en cuenta que sus instalaciones incluyen al antiguo edificio, proyectado a principios del siglo XX por Johannes Kronfuss, y al edificio del ex Instituto del Profesorado de Educación Física (I.P.E.F.).
El complejo se relaciona también con el Ex Palacio Ferreyra, hoy reciclado para albergar al Museo Superior de Bellas Artes Evita. Así se constituye un polo artístico-cultural que oficia de puerta de entrada al Parque Sarmiento, el gran pulmón de la ciudad, y que representa uno de los mayores atractivos del Barrio Nueva Córdoba, el área que más ha crecido en los últimos años en la capital mediterránea.
Mientras que el Palacio Ferreyra alberga exposiciones permanentes –-colecciones del Caraffa y del acervo provincial– y consta de salas con mínimos servicios de apoyo, el Museo Caraffa dispone de una gran variedad de salas de exposición para muestras transitorias y posee todos los locales necesarios para brindar apoyo técnico y administrativo al complejo museístico: catalogación, clasificación, investigación, restauración, depósitos, biblioteca, armado de muestras, etcétera.
Polémica, audaz, explosiva, inteligente. La ampliación y refuncionalización del Museo de Bellas Artes Emilio Caraffa realizada por el estudio GGMPU y Lucio Morini y la oficina MZARCH en el barrio Nueva Córdoba es todo eso (páginas 14 a 19). Había dos edificios existentes, uno neoclásico, proyectado por Johannes Kronfuss en 1912; el otro, uno racionalista de 1938. Entre ellos, armaron un edificio-conector, un zafarrancho de puentes metálicos y vidrio, con el que lograron un conjunto nuevo, con un lenguaje de absoluta modernidad. Ni mímesis, ni palimpsesto, un contrapunto extremo entre viejo y nuevo; entre tectonicidad y atectonicidad; entre masa y trasparencia.
La refuncionalización parece ser el leitmotiv nacional. No es raro en un país en el que la Casa de Gobierno surgió de la unión de dos edificios nacidos para otro fin. De allí en más, que el Museo Nacional de Bellas Artes funcione en una «casa de bombeo» de Obras Sanitarias, o que el Centro Cultural Recoleta esté en lo que era un asilo, no asombra tanto. Pero eso no evita que explote el interés general con la aparición de edificios culturales construidos desde cero. Hoy, ese interés lo concentra la ampliación del Museo Caraffa que, si bien es una refuncionalización, tiene una parte totalmente nueva: el nexo entre un edificio de la década del 10 y otro de la del 30 (con ampliación en los 60). El desafio para los autores no fue menor. La morfología, ubicación y estilos eran demasiado opuestos. Ni hablar de los problemas funcionales. La solución es impecable en muchos aspectos. El edificio nexo, ahora también de entrada, tiene una fuerte personalidad, vincula bien a las construcciones existentes y genera un paseo interno. La pregunta es si tanta personalidad no es también un pecado de protagonismo. El conector es un edificio en sí mismo, ya no una amalgama de la diversidad.
Su forma poco convencional y lúdica la convierten en uno de los objetos más reconocibles dentro del catálogo del diseñador Ron Arad
De todos los objetos que abordamos en esta sección, la bookworm debe ser el menos convencional de todos. Por lo menos así parece a simple vista, sobre lo que poco o nada se puede decir acerca de su uso. El hecho de que esta biblioteca («bookworm» se le llama a las personas que pasan mucho tiempo en bibliotecas o leyendo) se parezca más a un garabato que a un mueble es algo de lo que Arad se debe vanagloriar. La realidad es que gran parte de los esfuerzos de este diseñador/arquitecto/artista, nacido en Israel pero formado en Gran Bretaña, están dirigidos a hacer de su multiactividad (adjetivo que podemos inventar para no tener que encasillarlo en un sólo rubro) algo poco convencional.
Materiales, formas de producción, diseños, formas. Ron Arad logró postularse como uno de los hombres más creativos de la actualidad (su posición como director del Departamento de Arquitectura y Diseño del Royal School of Art de Inglaterra es un indicio de ello) a fuerza de tomar lo que ya conocemos para darle nuevas formas y usos.
El caso de la bookworm es paradigmático de esta constante búsqueda de la innovación . Este diseño es el resultado de la experimentación con nuevos materiales. El estudio de nuevas formas de producción masivas le permitieron a Arad presentar una biblioteca absolutamente flexible que se adapta según la voluntad de cada usuario. Está realizada en un material derivado del PVC y tiene la capacidad de sostener hasta 10 kilos.
Al amparo del acuerdo, el Ministerio dirigido por Beatriz Corredor destinará a la región 463,4 millones de euros a través del Plan Estatal de Vivienda y Rehabilitación 2009-2012, lo que permitirá que 50.755 familias gallegas puedan acceder a una vivienda o mejorar la que ya poseen
El Ayuntamiento dice que hará los barrios, con Juegos o sin Juegos.
El área más residencial contará con el 50% de las viviendas protegidas.
Sobre plano hay también un parque de 720.000 metros cuadrados.
M. TOLEDO.
Madrid sigue creciendo. Ahora, por el este. Con la excusa de la candidatura olímpica para los Juegos de 2016, el Ayuntamiento ha planeado un gran desarrollo urbanístico en San Blas, junto al estadio de La Peineta.
El plan, ideado para urbanizar los alrededores de la futura Villa Olímpica, se levantará sobre 5,73 millones de metros cuadrados, una superficie algo más grande que todo el distrito Centro. Los terrenos están limitados al oeste por La Peineta y la M-40, al este por Coslada, al sur por Vicálvaro y al norte por el polígono de Las Mercedes.
En un principio, el Ayuntamiento anunció que el ‘distrito olímpico’ se haría sólo si Madrid se llevaba los Juegos. Sin embargo, han cambiado de opinión. «Este ámbito se podría desarrollar, es viable y beneficioso para la ciudad incluso sin los Juegos», explicó el vicealcalde, Manuel Cobo. «En lo nuclear, se desarrollará», añadió. El proyecto se perfeccionará a lo largo de los próximos cuatro años, con lo que las obras podrían estar ya en marcha en torno a 2013.
La intención de los dirigentes del Atlético es inaugurar su nuevo recinto deportivo con la final del primer torneo continental de clubes. Sería la mejor puesta de gala.
El del Atlético será un estadio referente a nivel mundial
Las obras del nuevo estadio comenzarán en breve. Y su plazo de ejecución será entre 24 y 36 meses, por lo que estará a punto para la final de Champions de 2013.
El estadio, al ser nuevo, cumplirá todas la normativas exigidas por UEFA. Su capacidad será de 73.000 espectadores. El Atlético ganará unos 20 millones más al año que ahora por su explotación: más asientos, más palcos, más zonas comerciales…
La accesibilidad es una de las cosas que más preocupan al Atlético. El nuevo estadio tendrá parada de metro, de tren y 3.000 plazas de aparcamiento.
El estadio aún no tiene nombre, aunque el Atlético ha contactado con varias empresas de Emiratos Árabes. Entre ellas, la de una línea aérea de nueva creación.
El Atlético presentará antes del próximo día 15 el proyecto definitivo del que será su nuevo estadio. Los arquitectos están al habla con responsables de Fomento de Construcciones y Contratas y con técnicos del Ayuntamiento sobre todo ello. Luego tocará hablar de dinero.
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