Frank Lloyd Wright en la terraza del Museo Guggenheim, que no llegó a ver terminado.
El mes pasado finalizó con un interesante anuncio oficial por parte de los Estados Unidos de América: nomina oficialmente ante UNESCO 10 Edificios de Frank Lloyd Wright para ser declarados Patrimonio de la Humanidad (a continuación, enlace al comunicado)
Esta nominación, presentada como «Obras clave de la Arquitectura Moderna por Frank Lloyd Wright» (“Key Works of Modern Architecture by Frank Lloyd Wright”), es la primera efectuada por los Estados Unidos en el campo de la Arquitectura Moderna e incluye los Edificios:
Unity Temple en Oak Park, Illinois.
Frederick C. Robie House en Chicago, Illinois.
Taliesin en Spring Green, Wisconsin.
Hollyhock House en Los Angeles, California.
Fallingwater (Casa de la Cascada) en Mill Run, Pennsylvania.
Herbert and Katherine Jacobs House en Madison, Wisconsin.
Taliesin West en Scottsdale, Arizona.
Solomon R. Guggenheim Museum en New York City.
Price Tower en Bartlesville, Oklahoma.
Marin County Civic Center en San Rafael, California.
Originalmente leí esta noticia:
«… Secretary of the Interior Sally Jewell has nominated 10 Frank Lloyd Wright buildings to be added to the list of UNESCO World Heritage sites. If approved in 2016, the group that includes Fallingwater, Taliesin West, and Unity Temple will be the first modern American architecture to be designated…»
Edgar Kaufmann no dio su brazo a torcer y aquel mismo día avisó al arquitecto de que se presentaría de inmediato en su estudio para ver el desarrollo de su nueva vivienda de vacaciones. Lo que no sabía, es que Frank Lloyd Wright había estado demasiado ocupado con el diseño del nuevo modelo de ciudad Broadacre City, y apenas había dedicado tiempo a su proyecto.
Durante las dos horas que duró el trayecto de Mr. Kaufmann, Wright se puso manos a la obra y esbozó los dibujos de la que posteriormente se consagraría como “la mejor obra de la arquitectura estadounidense de la historia” según el American Institute of Architects (AIA).
“Quiero que viváis con la cascada, no sólo que la miréis sino que se convierta en parte integral de vuestras vidas“, le comentó al cliente que inmediatamente quedó hipnotizado.
Situada en el paraje Mill Run, en Pensilvania, la casa de la cascada (Fallingwater o casa Kaufmann) se construiría en 1937 siguiendo los principios de la arquitectura orgánica preconizada por Wright, arquitectura que da vital importancia a la adaptación e integración de la arquitectura en el entorno donde se ubica.
De este modo el discurrir del agua sobre las rocas, es materializado a partir de distintas plataformas en voladizo que se deslizan sobre el cuerpo central de la vivienda construido con la piedra autóctona del lugar. Lo esencial del entorno queda reflejado en la construcción: lo fluido frente a lo sólido, lo perdurable frente a lo efímero, las ligeras plataformas flotando sobre el núcleo estático en piedra.
Fallingwater, one of Frank Lloyd Wright‘s most widely acclaimed works, was designed for the family of Pittsburgh department store owner Edgar J. Kaufmann.
El 17-S una gala celebrará el cumpleaños de la ‘mejor casa del mundo‘
Su construcción costó 155.000 dólares. Los honorarios de Lloyd Wright, 8.000
Jose F. Leal | Madrid
Fallingwater House. ElMundo.es
Dicen que es la mejor casa jamás diseñada. Surgió de las manos y el ingenio de Frank Lloyd Wright (Oak Park, Illinois, 1867-1959), un arquitecto que superó a todos sus contemporáneos, en 1936, el mismo año que, en Madrid, la aviación golpista bombardeaba la Casa de las Flores, de Secundino Zuazo, icono de la arquitectura residencial española.
La Residencia Kaufmann o Fallingwater House, situada a 80 km al sureste de Pittsburgh (Pensilvania), cumple 75 años, es hoy una casa-museo y para verla hay que pagar 20 dólares y ha recibido más de cuatro millones de visitantes en cuatro décadas.
El próximo 17 de septiembre, una gala organizada por la Fundación Lloyd Wright celebrará – a 400 dólares la entrada – que el paso del tiempo y los desmanes urbanísticos que salpican el planeta, favorecen y agrandan el oficio del arquitecto estadounidense.
Quienes la han visitado aseguran que se cumple el objetivo del autor, que pretendía que el ruido del agua invadiera toda la casa. También la fusión entre arquitectura y naturaleza, su mayor logro. Wright construyó la residencia de los Kauffman sobre una cascada del Bear Run, un arroyo que recorre los Apalaches en el empobrecido condado de Fayette, algo que, curiosamente, en países como España está terminantemente prohibido.
Antes de desplegar los voladizos de cemento sobre el curso del río, el arquitecto pidió a una empresa de topografía que analizara el terreno, sus rocas, el desnivel, el subsuelo, las plantas y terminó convenciendo a los dueños, cuyas numerosas recomendaciones incorporó al proyecto, como puede observarse en la web de la casa museo.
La casa de la Cascada (en inglés: Fallingwater) es una obra del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright y una de los hitos principales de la arquitectura del siglo XX.
La verticalidad del "corazón" de la casa contrasta con las terrazas y voladizos horizontales. Wikipedia
Casa de la Cascada(Residencia Kaufmann)
(Fallingwater)
Está situada en Bear Run, Pensilvania (Estados Unidos) y fue terminada en 1939. Frank Lloyd Wright (1876-1959) es considerado por algunos autores como el mejor arquitectoestadounidense, y a su vez, la «casa de la cascada» su obra maestra. Llamada «la residencia más famosa que se haya construido», la AIA (American Institute of Architects) la ha juzgado como «el mejor trabajo de un arquitecto estadounidense».
Diseñada entre 1934-1935 y construida durante 1936-1937 en Pennsylvania, Fallingwater fue la casa de campo para Edgar Kaufmann, su esposa Liliane y su hijo Edgar Jr., dueños de unos grandes almacenes en Pittsburgh. Hoy en día Fallingwater es un monumento nacional en Estados Unidos que funciona como museo y pertenece al Western Pennsylvania Conservancy.
The foundation established by Wright himself at Taliesin West in Arizona aims to advance the principles of organic architecture and preserve Wright’s archive.
MADRID.- Frank Lloyd Wright (Wisconsin (EEUU) 1867-1959) pasa por ser, junto a Le Corbusier y Mies van der Rohe, el arquitecto más influyente del mundo y el responsable de algunos de los hitos arquitectónicos más expresivos del siglo XX. El museo Guggenheim de Bilbao le dedica una exposición temporal centrada en su obra, que se podrá visitar del 23 de octubre hasta el 14 de febrero.
Llevan su sello más de 400 edificios, entre los que destaca la Casa de la Cascada, en Pensilvania. Lloyd Wright también es autor del Museo Guggenheim de Nueva York (1959). Pero si en algo se especializó fue en el diseño de residencias. Dejó su huella en decenas de ellas, especialmente en los estados de Illinois y California. Desde la suya propia (1889) y varias más en el área de Oak Park (Chicago) y como socio del estudio de Adler and Sullivan, hasta Taliesin West, en el desierto de Arizona.
En sus 70 años de carrera 291 viviendas. Todas ellas tienen en común espacios amplios e integrados con el medio natural en el que se desarrollan.
Resulta casi improbable encontrar a un solo arquitecto que no mencione a Frank Lloyd Wright como una de las figuras cuya obra ha constituido a lo largo del tiempo una perdurable referencia. Transcurridos cincuenta años desde su fallecimiento, el día 9 de abril de 1959, a sólo seis meses de la apertura del que sería su último edificio, el Museo Solomon R. Guggenheim en Nueva York, la trascendencia de la visión arquitectónica que Wright desarrolló a lo largo de su vida sigue manteniendo su fuerza y carácter de energía precursora.
En el Guggenheim, una vez más, Wright quiso ir adelante, a la búsqueda y afirmación de lo que él denominó una «arquitectura orgánica», un término que aludía a numerosos conceptos pero en la que se sintetizaba una predisposición sensorial e intelectual hacia los elementos e impulsos vitales emanados por la naturaleza y mediante la que se trataba de imbuir a la arquitectura de una trascendencia cuasi espiritual que la hiciera no sólo símbolo sino cauce de vínculo con éstos.
Anecdota: en los viejos tiempos del (cruelmente) desaparecido LTAD, cuando nadie hablaba aun de multimedia e hipermedios, el difunto Gustavo Llavaneras y el Maestro Gonzalo Vélez Jahn hicieron un excelente trabajo en blanco y negro (precisamente en la primera, o una de las primeras Macintosh que llegaron a Venezuela!) aprovechando el potencial del nunca bien ponderado Hypercard.
en fin, ya es historia… pero la admiracion por la obra del genial FLW sigue siendo la misma 😉
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