MOSCÚ, /PRNewswire/ — La Torre Mercury-City de Moscú llega a su punto más alto el 17 de noviembre de 2012 Acaba de completarse la construcción de la nueva Torre Mercury-City, actualmente el edificio más alto de Europa. Gracias a este hito, el titulo de edificio más alto de Europa vuelve de forma destacada a la capital de Rusia.
Con una altura alcanzada de 338,8 metros, Mercury-City vuelve a conseguir la cifra más elevada. The Shard, un icono de cristal con forma de obelisco de 308 metros de altura situado en Londres, diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano, acababa de conseguir el título para la capital inglesa. Anteriormente, los moscovitas se enorgullecieron del edificio más alto en Europa: las torres gemelas de 301,6 metros de altitud Capital-City no solo eran el edificio más alto de Europa, sino que también sirvieron como lugar de vivienda del nivel más alto en Europa. Ahora, este título también ha sido superado. Los apartamentos en la cima de Mercury-City han superado de forma incuestionable este logro, superándolo por 40 metros. Tanto las torres más altas de Europa en Moscú, Capital-City, como el edificio más alto, Mercury-City, han sido diseñadas por la estrella holandesa de la arquitectura Erick van Egeraat. La construcción de Mercury-City comenzó en el año 2008, y estará lista para su ocupación en 2013.
Crystal Island, proyecto de Foster + Partners para Moscú - Imagen: Inhabitat
Moscow’s rapidly growing skyline will soon feature an eye-popping new addition: Crystal Island, which will be the world’s biggest building when completed. Sir Norman Foster’s mountainous 27 million square feet spiraling “city within a building” will cost $4 billion and it is scheduled to be built within next 5 years.
The Crystal Island will be Lord Foster’s second large scale project in the Russian capital, and his third new building design that resembles a volcano (we’re talking about his two mountainous buildings in Astana, Kazakstan). Although many people are calling this design the ‘Christmas Tree’ of Moscow – we can’t help but be reminded of the utopian and also rather volcanic X-Seed 4000 design for Tokyo. Unlike that pipe-dream project, however, Foster has a track record of getting buildings built, so the likelihood is high that we will see this striking structure towering over the Kremlin within 5 years time.
The statistics for the project are absolutely staggering; floor area alone will be four times the size of Pentagon in Washington DC. The incredible 1500 ft. tall multi use structure will feature 900 apartments, 3000 hotel rooms, an international school for 500 students, cinemas, a theater, sports complex and much more. There will also be a 16,500 space underground parking lot for all the visitors. The Crystal Island visitors will be able to enjoy panoramic views of Moscow on the viewing platforms located 980 ft. above ground.
Conceived as a city in microcosm, Crystal Island is an unprecedented, compact and diverse urban quarter. Situated on the Nagatino Peninsula, edged by the Moscow River, it is located only 7.5 km from the Kremlin. Rising from a large public square, the entire development is enclosed within a vast tent-like superstructure, with one of the tallest inhabited buildings in the world at its heart.
Crystal Island is a proposed building project in Moscow, Russia that is currently planned to have around 2,500,000 square metres (27,000,000 square feet) of floor space and a height of 450 metres (1,476 ft) designed by Norman Foster.[1] At these dimensions upon completion it would be the largest structure (in floor space) on earth. The architectural firm behind the design is Foster and Partners.
Con sus 206 metros de alto, llegó a ser el hotel más alto de Europa. :: EFE
REMODELACIÓN | Abrió esta semana
Daniel Utrilla (corresponsal) | Moscú
¿Es venta o castillo?, se preguntaría Don Quijote sin tenerlo del todo claro ante la espigada fachada del hotel Ucrania, una solución intermedia entre fortaleza transilvana y rascacielos de Gotham City.
El hotel Ucrania de Moscú, levantado entre 1949 y 1957 como uno de los siete rascacielos o ‘tartas de boda’ del estalinismo, acaba de reabrir sus puertas tras someterse a una delicada operación quirúrgica. La colosal y austera ‘posada’ soviética es ahora un imponente hotel de lujo que conserva restos de la estética bolcheviquecomo si fueran valiosas piezas de museo de un pasado faraónico.
Bajo la batuta del grupo hotelero Rezidor, el hotel de origen soviético ha sido ‘corroído’ por el lujo. Su remodelación ha durado tres años, costó 300 millones de dólares y ha sido supervisada con lupa por el departamento de Patrimonio Histórico y Cultural de Moscú, que en 2005 lo declaró monumento histórico y lo privatizó en una subasta pública. Aunque no perderá su nombre original, el hotel se presenta como un eslabón de la cadena Radisson Royal.
El edificio fue comprado por 275 millones de dólares pero la operación incluía una condición: que sus nuevos amos lo sometieran a una cuidadosa reforma que conservara su inconfundible fachada.
Su estampa escarpada y monumental, capaz de desatar los instintos alpinistas de Spiderman o King Kong, no ha cambiado desde que se inauguró en 1957. El mismo año en que la URSS lanzó al espacio el primer satélite artificial (Sputnik), la imponente aguja del hotel Ucrania (73 metros de largo) se elevó sobre la mole de 35 plantas que se despliega como la estela petrificada de un cohete en fase de ignición.
Obra del arquitecto Arkadi Mordvinov, el Ucrania sigue siendo el hotel más alto de Europa con sus 206 metros de altura. La estética soviética está presente en la ‘carcasa’ (con gigantescas molduras y bajorrelieves de espigas y estrellas de cinco puntas), en las esculturas broncíneas de obreros y campesinos, y en los 1.200 cuadros que cuelgan en las habitaciones, la mayoría óleos de paisajes de la primera mitad del siglo XX. También se ha restaurado el fresco circular (10 metros de diámetro) del techo del hall, una joya del realismo socialista que representa una bucólica composición campesina en la Ucrania soviética.
Sin embargo, nada queda del hotel en sí, de aquellas habitaciones pequeñas de muebles rancios y alfombras rojas que caracterizaban al Ucrania. Hoy la habitación presidencial vale 500.000 rublos (unos 13.000 euros), mientras que la más barata no baja de 20.000 (510 euros).
«En la época soviética la comodidad era considerada algo burgués», aclara la guía, una joven rubia cuyo porte espigado no cuadra con el canon musculoso de las esculturas de bronce que representan a fornidas madres y campesinas, hoy apostadas junto a las tiendas de marcas de lujo que se insinúan por todo el hall.
Durante la era comunista, los visitantes que accedían al hall monumental del Ucrania creían haber penetrado en el Kremlin o en la ópera. Sin embargo, la ‘grandeza’ del vestíbulo (que se conserva casi como antaño) era la antesala a un mundo pequeño: una vez instalado en las habitaciones el ciudadano soviético se sentía como en casa, con la cama y el mobiliario espartano comprimidos en pequeños y austeros habitáculos.
La reconstrucción del Ucrania ha seguido una filosofía contraria a la de las ‘komunalkas’ (las viviendas comunales que el poder soviético obtenía troceando los espaciosos palacios aristocráticos para dar cabida a varias familias). Ahora se han tirado tabiques para fusionar los modestos habitáculos, dando lugar a números de amplitud aristocrática.
Sin modificar su superficie total (88.574 metros cuadrados) la remodelación ha reducido el número de habitaciones de más de mil a 505, cada una de ellas dotada con óleos exclusivos.
El legendario hotel Ucrania, uno de los siete rascacielos estalinistas de la capital rusa, acaba de abrir sus puertas después de tres años de cuidadosa restauración para ofrecer a sus clientes un verdadero festín de realismo socialista. El más rebuscado lujo capitalista se da cita con el clásico arte socialista soviético en esta majestuosa torre del llamado estilo «imperio estalinista», de 35 plantas y 206 metros de altura con la aguja, que fue en su día el hotel más alto de Europa.
El emblemático edificio del arquitecto Arkadi Mordvínov, construido a mediados de la década de 1960 del siglo pasado, fue declarado por el Ayuntamiento en 2005 monumento histórico y privatizado en una subasta pública cuyas condiciones incluían una respetuosa reforma. Los propietarios desembolsaron 275 millones de dólares en la compra del hotel y otros 300 millones en su reforma, que se realizó durante tres años bajo supervisión del departamento de Patrimonio Histórico y Cultural de Moscú.
«Durante esos tres años se realizó una restauración detallada de las fachadas y de los elementos más valiosos del decorado interno y de los interiores que son considerados patrimonio cultural e histórico de Moscú», explica la portavoz del departamento de Reconstrucción Monumental de la capital, Nadezhda Spiridónova.
El Hotel Ucrania, uno de los más bellos ejemplos del clasicismo arquitectónico soviético, reabrió ayer sus puertas después de un proceso de restauración que se ha llevado a cabo bajo supervisión del departamento de Patrimonio Histórico y Cultural de Moscú a lo largo de los tres últimos años, y cuyo presupuesto ha superado los 300 millones de euros. El más rebuscado lujo capitalista se da cita con el clásico arte socialista en esta majestuosa torre de 35 plantas y 206 metros de altura, que fue en su día el hotel más alto de Europa, levantado al estilo de los grandes edificios construidos durante los años 40 y 50 y que ha dado en llamarse ‘gótico estalinista’.
La reforma del Hotel Ucrania, que ahora pasa a formar parte de la cadena hotelera Radisson Royal, incluyó la renovación exterior del edificio, ornamentado con elementos de simbología soviética como estrellas y gavillas de trigo, y también la de los interiores, cuyas paredes están revestidas ahora con gobelinos y mármoles. Se han restauradas las casi 1.200 obras de arte, entre cuadros, estatuas y bajorrelieves, que adornaron sus dependencias, y que son considerados patrimonio cultural e histórico de Moscú. De hecho, la imaginería soviética sigue presidiendo la mayoría de las estancias. Esa era una de las condiciones necesarias para la reforma de este edificio, declarado monumento histórico en 2005: el respeto total a los elementos ya existentes.
EL DATO
300 millones de euros han hecho falta para la restauración del edificio, un proceso que ha sido supervisado por el departamento de Patrimonio Histórico y Cultural de Moscú.
La superficie del edificio del teatro Bolshói será el doble tras su reconstrucción
Cerrado desde junio de 2005 por reformas, demoradas por una sucesión de desinteligencias en el proyecto y recortes presupuestarios, finalmente se anunció hoy la reaperura del Bolshoi para el 2 de octubre de 2011 con una puesta de la ópera Ruslán y Ludmila del compositor ruso Mijaíl Glinka.
El mítico Teatro Bolshói, en obras desde 2005, abrirá de nuevo sus puertas el 2 de octubre de 2011, anunció hoy el jefe de la entidad estatal responsable de la reconstrucción del teatro, Yakov Sarkisov.
«El primer estreno en el edificio principal del renovado teatro será la ópera Ruslán y Ludmila (del compositor ruso Mijaíl Glinka) el 2 de octubre de 2011», dijo Sarkisov, citado por la agencia oficial RIA-Nóvosti.
Agregó que este año se destinarán a las obras de restauración del teatro el doble de medios que en 2008: así, si el año pasado la suma supero los tres millones de rublos (90.000 dólares), ahora alcanzará los 7,8 millones (233.000 dólares).
La superficie del edificio será el doble tras su reconstrucción, al pasar de 40.000 a 80.000 metros cuadrados.
Vladímir Markin, responsable del Comité de Instrucción de la Fiscalía General de Rusia, acaba de anunciar la apertura de una investigación por «apropiación indebida de fondos» durante los trabajos de rehabilitación del teatro de ópera y ballet Bolshói de Moscú. El desfalco, descubierto por la Cámara Revisora de Cuentas de la Federación de Rusia, podría alcanzar los 500 millones de rublos (11 millones de euros).
Según Markin, la firma Kurortproekt, con la que se firmó el contrato para el remozamiento del teatro en 2003, ha sido pagada tres veces por el mismo concepto, es decir, la realización del proyecto. La suma total abonada por el órgano federal ruso denominado Dirección General de Construcción, Reconstrucción y Restauración, alcanza los 958 millones de rublos (21 millones de euros) de los que 500 no están justificados con las correspondientes facturas.
Liubov Busháyeva, portavoz del Bolshói, sostiene que la dirección del teatro no tiene nada que ver con lo sucedido, ya que, según sus palabras, «es el Ministerio de Cultura el que se encarga directamente de todo lo relativo a la reconstrucción del edificio». Por su parte, fuentes de Kurortproekt aseguran que la empresa se ha limitado «a hacer lo que se le ha ordenado». En el Ministerio de Cultura han declinado dar ningún tipo de explicación.
El Centro de Adiestramiento de Cosmonautas Yuri Gagarin, actualmente dependiente del ministerio de Defensa de Rusia, se convertirá por decisión gubernamental en una institución civil antes de cumplir su cincuentenario el 11 de enero próximo.
En ese centro, creado en 1960 por orden del entonces comandante en jefe de la Fuerza Aérea de la Unión Soviética, mariscal Vladímir Vershinin, recibieron entrenamiento Yuri Gagarin, el pionero de la conquista del espacio, y más de un centenar de rusos y extranjeros que han seguido sus pasos en la exploración del cosmos.
«Se eligió un lugar boscoso y todas las edificaciones eran de una sola planta. Todo esto, para guardar en estricto secreto la naturaleza de las instalaciones», narra a un grupo de periodistas Marina Drigo, oficial de la Fuerza Aérea de Rusia, que hizo de anfitriona en una visita al Centro.
Situado a apenas 25 kilómetros al noroeste de Moscú, en la llamada Ciudad de las Estrellas, hasta fines de los años 80 del siglo pasado la ubicación geográfica del Centro era omitida de toda información oficial.
En la actualidad, las agencias de turismo ofrecen excursiones por la Ciudad de las Estrellas, en las que los visitantes pueden acceder a los hangares donde se encuentran los simuladores que sirven para entrenar a los futuros viajeros espaciales.
MOSCU (EFE).- El arquitecto jefe de Moscú, Alexandr Kuzmin, informó que las autoridades de la capital rusa se oponen a la construcción de un escenario subterráneo en el Teatro del Bolshoi, ya que eso modificaría sustancialmente el aspecto de la plaza en la que se encuentra el mítico edificio. Está previsto que las obras dupliquen la superficie del teatro y que el Bolshoi cuente con tres escenarios, lo que facilitaría los cambios de decorado. «El teatro se construye, pero el gobierno de Moscú se ha distanciado de este proyecto. Pensamos que no es necesario construir un escenario subterráneo. Su construcción podría influir en el aspecto de la plaza del teatro, ya que los conductos de ventilación deberán elevarse a la superficie», precisó Kuzmin.
El racionalismo arquitectónico soviético no pudo llevar a cabo en Moscú todas las obras proyectadas. Aquí (en la página web citada) planos y bocetos de edificios que nunca llegaron a levantarse.
Fuente: Antonio Fraguas Garrido, “Construcciones virtuales. Del plano a la realidad y de la realidad a lo virtual. Las “webs” sobre arquitectura transmiten el estilo y la voluntad rupturista de esta disciplina” ( ya citado, en El Pais Semanal, España, Nº 1.668, 14-9-2008)
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