
Más de 1000 artistas de 30 países representados por 64 galerías están reunidos hasta mañana bajo una carpa blanca en el bucólico entorno londinense de Regent´ s Park; en su séptima edición, es barómetro de lo último, fija precios y marca tendencias.
Por Alicia De Arteaga
Enviada especial – Londres, 2009
Frieze ha sido la última feria en ingresar en el club de las grandes ligas donde domina la suiza Art Basel, recupera posiciones la FIAC de París y busca sostenerse en medio del tembladeral de la crisis la madrileña ARCO. Habitué de Frieze, la coleccionista argentina Patricia Pearson de Vergez define la feria londinense como una plataforma edgy , conectada con su tiempo, caja de resonancia de lo último, representada por los Cartier Awards, que consagran los mejores proyectos multidisciplinarios, y por un nuevo formato llamado Frame , dedicado a 29 galerías emergentes con menos de seis años de existencia y un programa regular de exposiciones.
Más de 450 galerías se inscriben por año para estar en la feria. Lo hacen en diciembre del año anterior en la Web; la fecha de cierre es en febrero y el comité de selección, integrado por galerías que participan de la feria, se expide en abril. Bajo una carpa gigante de 21.000 metros cuadrados diseñada por el estudio Caruso St. John abrió sus puertas el jueves y espera recibir hasta mañana más de 60.000 visitantes, en su mayoría curadores, coleccionistas, críticos y galeristas que vienen a Londres a medir el pulso de los precios y el rumbo de las tendencias. Poblado de esculturas, el bucólico entorno de Regent´ s Park reúne durante cuatro días a 164 galerías de todo el mundo, ninguna de la Argentina y varias de Brasil (Casa Triángulo, Fortes-Vilaça, A Gentil Carioca, Luisa Strina, Vermelho), lo que da cuenta del kilometraje de ventaja que nos lleva el país vecino. Además de ser la potencia en carrera para preparar el Mundial de fútbol de 2014 y las Olimpíadas de 2016, Brasil acumula méritos en la escena global del arte contemporáneo, con la influyente Bienal de San Pablo y la fuerza regional de la Bienal del Mercosur, que tiene a Porto Alegre como sede y en esta edición a la argentina Victoria Noorthoorn como cocuradora. Basta con un dato: Marcia Fortes, de la galería paulista Fortes-Vilaça, integra el exclusivo comité de selección de Frieze. En su séptima edición, la feria británica es una vidriera para 1000 artistas de 30 países. No se explica su existencia sin el impulso impresionante que ha sido para Londres la creación de la Tate Modern, considerada de manera unánime la catedral del arte actual desde que abrió sus puertas en el umbral del tercer milenio, en la nave gigantesca de una vieja usina decimonónica reciclada por la dupla de arquitectos suizos Herzog & De Meuron. Visitada por más de 4 millones de personas, la Tate cuenta con la calidad sin fisuras del proyecto curatorial de Nicholas Serota, a la cabeza del ranking de influyentes que establece anualmente Art News, secundado por el español Vicente Todolí, formado en Valencia, Portugal y Estados Unidos, que aporta una mirada distinta, fresca y latina: lo diferente nutre, algo que el imperio conoce desde siempre.
Este año coinciden con Frieze la inauguración de la retrospectiva de John Baldessari en el Turbine Hall de la Tate Modern y una esperada muestra de Anish Kapoor en la Royal Academy. Kapoor (Bombay, 1954) es el artista preferido de los coleccionistas -sir Norman Foster entre ellos- por sus juegos visuales expresados en volúmenes de magnética superficie.
desde Frieze, feria de vanidades – lanacion.com.
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