
Por Rodrigo Herrera Vegas
Para lanacion.com
Hace unos días fui a tomar un café con el ingeniero argentino Enrique Covas. Me estuvo contando sobre un concepto innovador que viene pensando hace varios años, y que podría ser una solución interesante para mejorar nuestra matriz energética, primordialmente orientada hacia los combustibles fósiles.
La energía eólica , como muchos saben, es una de las energías más «limpias» disponibles en la actualidad, y la Argentina tiene numerosas regiones consideradas dentro de las mejores del mundo. Sin embargo, presenta algunos inconvenientes
El primero es que el viento es discontinuo. Si imaginamos un pueblo alimentado exclusivamente por energía eólica en un lugar caribeño, solamente tendríamos electricidad entre el mediodía y el atardecer cuando soplan los vientos alisios.
Para tener electricidad a la noche se tendría que almacenar la energía de alguna forma . En las instalaciones hogareñas, se utilizan típicamente bancos de baterías de camiones o automóviles aunque a gran escala este sistema es impracticable y contaminante.
Otro inconveniente menos conocido de los molinos eólicos es que la electricidad producida suele ser de mala calidad en términos de frecuencia. La electricidad que consumimos proveniente de la red es de tipo alterna, es decir que cambia su polaridad de positiva a negativa varias veces por segundo. En Argentina lo hace 50 veces, por eso nuestra electricidad se define como 220V 50Hz. Todas las generadoras de electricidad del país que se encuentran en la red interconectada deben no solo producir electricidad a esta frecuencia de 50Hz sino hacerlo en sincronismo.
desde Una sinergia entre la energía hidráulica y eólica – lanacion.com.






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