Centro Cultural y de Rendimiento Chengdu Tianfu Imagen: Architizer – eleconomista.es
Massimiliano y Doriana Fuksas son los ganadores del concurso para diseñar un centro cultural en una provincia china. ¿El resultado? Un enorme complejo moderno de formas sinuosas que se empezará a construir a principios de este año.
Chengdu es la capital de la provincia de Sichuan, la quinta ciudad más poblada de Chinay el lugar elegido para construir el complejo diseñado por los ganadores de un concurso arquitectónico, según información del portal especializado IS – ARQuitectura. Massimiliano y Doriana han creado un edificio inmenso que se convertirá en el Centro Cultural y de Rendimiento Chengdu Tianfu.
Esta construcción estará compuesta por cuatro volúmenes elípticos desarrollados en forma de espiral, haciendo referencia al antiguo símbolo de la ciudad china, un sol con rayos sinuosos, tal y como indica el portal arquinauta.com.
Los cuatro volúmenes que forman el complejo arquitectónico albergarán un centro para las artes escénicas compuesto por dos teatros y una sala de música; un centro cultural con un salón de exposiciones; apartamentos para los artistas y oficinas, en un total de 11.000 metros cuadrados.
El italiano concretó un llamativo proyecto para un edificio de usos múltiples ubicado en el centro histórico de Mainz, Alemania, cubriéndolo con una piel de barras de cerámica.
Para la remodelación de una serie de edificios que ocupan toda una manzana en el casco histórico de Mainz, Alemania, Massimiliano Fuksas hizo gala de todo su oficio.
El arquitecto italiano, que comparte estudio con su mujer, Doriana, se valió del mismo recurso unificador que usó en otras obras recientes: una envolvente que incluye la cubierta, materializada como una suerte de ropaje que cubre al edificio. Y cuelga como una prenda.
El encargo, que Studio Fuksas ganó por concurso en 2003, no era sencillo. El programa, con un presupuesto de 14 millones de euros para 9 mil metros cuadrados, pedía convertir en shopping, oficinas y viviendas una edificación decadente pero muy cercana al mercado histórico y a la catedral de Mainz, una zona turística por excelencia de la ciudad, que mantiene su trazado medieval.
A pesar de que para muchos lo más sensato hubiera sido demoler y comenzar de cero, según cuenta Josephine Minutillo en Architectural Record, la Ciudad exigió que se recuperara una de las fachadas, con valor patrimonial, que había sido destruida durante los bombardeos de 1945, reconstruida rápidamente diez años después y reemplazada con un falso histórico hacia 1980.
A esa tarea se abocó un grupo de conservacionistas, en los años que mediaron entre la resolución del concurso y la adecuación del proyecto. Así, se agregaron ventiluces de piedra en los pisos superiores, una arcada en la entrada del primer piso y un fresco con el escudo de la familia que había sido la primera propietaria del mercado. De este modo, la fachada que enfrenta a la Catedral reproduce las formas de los edificios adyacentes. Aunque esta intervención hubiera puesto de mal humor a muchos arquitectos, Fuksas, acostrumbrado a lidiar con diversidad de proyectos en Europa y Asia (tiene oficinas en Shenzhen, China) aceptó el desafío.
A nivel de la calle, optó por desentenderse del resto de las fachadas, y dejó que fueran ocupadas por las enormes vidrieras del shopping, que se despliega, además de la planta baja, en el subsuelo y parte de la primera planta.
La sorpresa empieza más arriba, con un techo plegado, compuesto por miles de barras de cerámica blanca, que de alguna manera remeda a la arquitectura gótica típica de los pueblos alemanes.
“No le temo al contexto”, declaró Fuksas. “Pero no creo que se pueda construir en el centro de una ciudad sin tener en cuenta lo que está. Intenté encontrar una expresión de un edificio que es contemporáneo pero que de alguna manera está mirando al pasado”.
La intención del arquitecto italiano fue mantener la altura del skyline, y aunque de ninguna manera quería un techo vernáculo, se ajustó a la escala de los edificios circundantes, generando una cubierta plegada, con un ángulo de inclinación similar al del entorno. Como la pantalla roja en el Zenith Concert Hall de Estrasburgo, o la piel de vidrio ondulada en el edificio para la Fiera de Milano, la cubierta es protagonista excluyente en el exterior del Mainz Markthauser.
Interior del edificio Maxxi de Zaha Hadid - Foto: Reuters
ARTE | Camino de la modernidad
El Maxxi, diseñado por la arquitecta Zaha Hadid, un nuevo icono romano
Maximiliano Fuksas será el reponsable del nuevo palacio de congresos
Irene Hdez. Velasco | Roma (Corresponsal)
El Panteón, la Basílica de San Pedro, el Coliseo… Roma cuenta con algunas de los más magníficos ejemplos arquitectónicos del mundo. Sin embargo, y a pesar de albergar 3.000 años de historia, la capital italiana tiene una importante asignatura pendiente: la arquitectura contemporánea. Un vacío al que está poniendo remedio. La vieja Roma, por fin, está abriendo sus puertas a la modernidad.
El último ejemplo es el Maxxi, el primer museo de arte contemporáneo de Roma. Diseñado por la británico/iraní Zaha Hadid, el edificio acaba de ser completado después de 10 años de trabajo y será oficialmente inaugurado como museo en marzo próximo. Pero el Maxxi, una imponente estructura de 29.000 metros cuadrados -en la que destacan el cemento y el cristal-, ya está transformando el perfil de Roma. Y no es el único caso…
Muy cerca del Maxxi se encuentra el Auditorio Parque de la Música, un complejo multifuncional que lleva la firma de Renzo Piano y que está formado por tres salas que, vistas desde fuera, evocan el aspecto de unos escarabajos galácticos.
Pero, sin duda alguna, el más significativo (y polémico) paso que ha dado Roma en materia de arquitectura contemporánea es el Museo del Ara Pacis, diseñado por Richard Meier. Se trata del primer edificio contemporáneo levantado en el centro histórico de Roma desde los tiempos del fascismo.
Ahora que ha descubierto la modernidad, la capital italiana no piensa darle la espalda. De hecho, ya están en marcha los trabajos de lo que será el nuevo centro de congresos de Roma, un edificio diseñado por Maximiliano Fuksas y al que en la capital italiana ya se conoce como «La Nube».
Arquitectura – Proyecto Internacional – Estrasburgo
En Zenith de Estrasburgo, la sala para recitales más grande de Europa, fue diseñada por Massimiliano y Dorina Fuksas con un corazón de hormigón y un envoltorio de tela que define su imagen de faro urbano.
En Ginza, el barrio fashion de Tokio, el estudio Fuksas diseñó para Giorgio Armani un imponente edificio de 12 pisos, síntesis del refinamiento de esa etiqueta italiana y del que caracteriza a la cultura nipon.
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