El ajedrez fue diseñado por el español Jaime Hayon, estrella de la muestra. se podía jugar.
Terminó el London Design Festival. Un ajedrez gigante en Trafalgar Square fue la principal atracción del año.
Por: Carolina Muzi
Londres hierve a la temperatura exacta del agua para el té. Y esta asociación no es apenas un camino fácil de identificación con el elemento más cálido del imaginario británico. Ayer, última jornada de septiembre, la capital del Reino Unido cerró los quince días de diseño con que argumentó su autoproclamación como Capital Creativa global. Al London Fashion Week, que cumplió sus 25 años, se sumaron 10 días de London Design Festival, una iniciativa que ya tiene 7 temporadas y creció a partir de la feria comercial 100% Design, que ahora cumplió los 15.
Con más de 200 actividades diseminadas por todos sus puntos cardinales (es notable cómo el Este ya se prepara para los Juegos Olímpicos 2012), la ciudad se consagró Capital Creativa. Y tuvo en el ajedrez gigante de Trafalgar Square su cénit de convocatoria en el espacio público: con piezas de finísima porcelana diseñadas por la nueva estrella española Jaime Hayón, el tablero se instaló a los pies del almirante Nelson. Así, la gente pudo presenciar cómo los contrincantes, sentados en unas graciosas poltronas daban las órdenes para mover peones y caballos del tamaño de una persona.
Con esta propuesta, que recrea el simbolismo histórico y cultural británico, el diseñador se remontó a la batalla de 1805, en que las huestes de Nelson derrotaron al imperio francoespañol de Napoleón.
Este fue el enclave que eligió el alcalde Boris Johnson para declarar a Londres como capital creativa, señalando «el rol esencial que cumple el diseño en esta ciudad».
Interior del nuevo Centro Darwin en el Museo de Historia Natural de Londres.
Londres estrena un moderno centro dedicado al evolucionista para 2.500 visitantes diarios – El público podrá interactuar con 200 investigadores
WALTER OPPENHEIMER – Londres
La segunda fase del llamado Centro Darwin, en los locales del Museo de Historia Natural de Londres, abrirá sus puertas desde hoy a 2.500 visitantes diarios que podrán interactuar no sólo con los instrumentos científicos y de comunicación puestos a su disposición, sino con los 200 científicos que tendrá su laboratorio en las nuevas instalaciones y que, si quieren y pueden, podrán dialogar con los visitantes.
El nuevo edificio es una espectacular estructura vertical con forma de capullo de gusano de seda de 60 metros de alto, 12 metros de ancho y paredes de 30 centímetros de grosor capaces de mantener en el interior del edificio una temperatura de 17 grados y una humedad relativa del 45%, consideradas condiciones ideales para el trabajo de los científicos. Diseñado por el despacho escandinavo de arquitectos C.F. Møller, con sede en Åarhus (Dinamarca), el edificio está cubierto por una inmensa urna de vidrio que lo une a las viejas instalaciones victorianas del museo, uno de los más característicos de los varios que se levantan en esa zona de Londres, en el selecto barrio de South Kensington.
La primera fase del Centro Darwin se inauguró en septiembre de 2002 y permitió conservar en alcohol un total de 22 millones de especímenes zoológicos. La segunda fase, adjudicada a C. F. Møller en 2001 tras convocarse un concurso internacional, ha costado 78 millones de libras (88,5 millones de euros), se ha construido en 25 meses y permite mantener 17 millones de ejemplares entomológicos y tres millones de muestras botánicas. Sus 16.000 metros cuadrados se distribuyen en ocho plantas que contienen unos 3,3 kilómetros de aparadores y pueden acomodar a 220 empleados y científicos visitantes.
El llamado Cocoon por su forma como la crisálida de muchos insectos, como el gusano de seda, contiene 40 instalaciones de alta tecnología para que los visitantes puedan interactuar con un mundo científico que hasta ahora trabajaba a espaldas del público. Podrán ver cómo viajan, cómo nombran nuevas especies, cómo preparan especímenes y organizan colecciones y cómo todo ese trabajo puede ser utilizado para estudiar problemas reales como pueden ser la malaria o el cambio climático.
El Centro Darwin de Londres es el último estadio en la evolución de los museos de ciencias naturales. Abierto hoy al público, está lejos de la prehistoria que hasta ayer separaba a científicos, por un lado, encerrados en sus laboratorios, y a un público con acceso restringido a una mínima parte de los fondos de las colecciones, por otro.
En la nueva ala del Museo de Historia Natural de Londres, investigadores y visitantes comparten espacio en un edificio ahuevado de hormigón de ocho pisos de altura, concebido como un inmenso capullo que actúa de «larvario» de 17 millones de especímenes de insectos y tres millones de ejemplares de plantas. La instalación de 3.500 metros cuadrados, en la que la temperatura se mantiene a 17 grados y la humedad relativa es del 45 por ciento, coordenadas ideales para la conservación de una de las mayores colecciones de entomología y botánica del mundo, ha permitido sacar de los almacenes gran parte de los fondos del museo y abrirlos al público, al tiempo que éste camina entre unos doscientos científicos en plena actividad.
Apuesta estética
Los investigadores han recibido cursos de comunicación para saber intercalar en su jornada algunos parones para explicar su trabajo a quienes discurren por el camino en espiral que desciende desde la parte superior del capullo (así, con el inglés «cocoon», se ha bautizado al edificio), que tiene una altura de 65 metros. El acceso es gratuito, pero el número de visitas se mantiene dentro de un límite para poder asegurar la interacción que se busca.
Obra del estudio de arquitectura escandinavo C. F. Moler, la estructura ahuevada está dentro de un armazón exterior de acero y vidrio. Todo ello supone una apuesta estética del siglo XXI para un museo tan característico del arte decorativo victoriano del siglo XIX.
En el complejo existe una muro de doce metros de altura en el que se proyectan imágenes del cambio climático, con gráficos interactivos que muestran la desertización de la Tierra. Otro rincón es el Estudio Attenborough, donde las más innovadoras tecnologías ofrecen una experiencia virtual en la exploración de la naturaleza. El propio David Attenborough, gran divulgador de la vida natural, participó ayer, junto con el Príncipe de Gales, en la inauguración de la extensión del museo.
Arquitectura | Proyecto Internacional | Museo de Ciencias | Wilkinson Eyre
El centenario Museo de Ciencias londinense será intervenido para integrarlo al barrio. Cómo se reformulará su circulación interna.
Graciela Baduel.
gbaduel@clarin.com
Quien haya caminado los grandes museos del mundo – El Louvre, por ejemplo – sabe de interminables desplazamientos por escaleras, pasillos y ascensores en busca de aquellas obras por las que se ha pagado la entrada. La circulación es clave: cómo hacer que el visitante acceda rápidamente a lo que quiere ver, y más aún, cómo seducirlo para que se aventure hasta la última sala del último piso. Algo de eso se plantearon los proyectistas del estudio londinense Wilkinson Eyre, responsables de convertir al centenario Museo de Ciencias británico en un «museo del futuro«. La solución fue calar la estructura con nuevos ascensores en puntos estratégicos, que llevarán directamente a las galerías de los niveles superiores, «olvidadas» por la mayoría de los visitantes.
La remodelación del museo se enmarca en un plan más amplio y ambicioso: posicionar al barrio de South Kensington como destino turístico-cultural, atrayendo particularmente a extranjeros.
Para ello, bajo la dirección del municipio del Royal Borough of Kensington and Chelsea, (los diseñadores) Dixon Jones transformó la calle Exhibition Road, donde se encuentra el edificio, en un corredor semipeatonal, escenario posible de espectáculos al aire libre. Para darle al museo una presencia vital en este recorrido, los proyectistas de Wilkinson Eyre se concentraron en la fachada: idearon una instalación luminosa, construida en vidrio y acero, que rompe las líneas ortogonales y se abre paso a través de las columnas neoclásicas. «The Beacon» (El Faro) es algo así como un corazón a punto de estallar, lleno de energía y nuevas ideas.
LONDRES.- El príncipe Carlos de Inglaterra intentó bloquear el polémico proyecto ‘One New Change’, diseñado por el famoso arquitecto francés Jean Nouvel (premio Pritzker en 2008) en las inmediaciones de la catedral londinense de San Pablo, según publica el diario británico ‘The Guardian’.
Así lo revela hoy el diario «The Guardian», según el cual el heredero del trono británico escribió en 2005 una carta a la promotora inmobiliaria «Land Securities» en la que pedía que rechazara el proyecto de Nouvel en beneficio de uno de sus arquitectos favoritos, más tradicionalista.
«Ni siquiera había visto el proyecto (de Nouvel), pero se quejó de que le hubiésemos elegido. No quería a ningún modernista», explicó al periódico Mike Hussey, ex director de la empresa encargada del proyecto.
El complejo, que puede ser visitado por el público, se construyó con la idea de que el Gobierno pudiera seguir desempeñando sus funciones, especialmente durante el Blitz, el periodo entre septiembre de 1940 y mayo de 1941 en el que los cazas de la Luftwaffe dejaron caer miles de toneladas de bombas sobre Londres.
La carta fue escrita por Patrick Duff al secretario del gabinete, Edward Brigdes, a quien le explica la sorpresa que le causó a Churchill comprobar la precariedad de las instalaciones en las que se reunía el Gobierno británico.
«… La exposición se inaugurará el 27 de agosto, coincidiendo con el 70 aniversario de la fecha en la que este refugio empezó a funcionar: el 27 de agosto de 1939, sólo cinco días antes de que Adolf Hitler invadiera Polonia… «
La marca de gin Bombay Sapphire presentó su nuevo Dusk Bar en Somerset, Londres, diseñado por Tom Dixon y Design Studio Research.
La marca de gin Bombay Sapphire presentó su nuevo Sapphire Dusk Bar, en Somerset House, Londres, diseñado por Tom Dixon y Design Studio Research. Según se informó, dusk refiere al momento especial del día que condensa el equilibrio de los opuestos: el punto de encuentro entre la luz y la oscuridad, el momento perfecto para inaugurar la noche; de ahí el color azul intenso.
Dixon se inspiró en Bombay Sapphire para crear una copa de cocktail martini y luego sumó la idea del bar, con el mismo estilo para banquetas, mesas y hasta lámparas, logrando una experiencia original y sofisticada.
Pero Bombay Sapphire mantiene una intensa relación con el diseño desde hace más de 20 años, convocando a figuras como Marcel Wanders, Karim Rashid y Eva Zeisel para crear sus copas de cocktail martini. También, las instalaciones de Bombay Sapphire en lugares públicos incluyen Voyage, un candelabro Swarovski de 4,5 metros de alto por Yves Béhar y Bombay Sapphire Strech, un sofá de 45 metros creado por Tom Dixon.
Proponen concursar el diseño de una estructura para el icono londinense, para marcar en 2013 el sexagésimo aniversario de la llegada al trono de la reina Isabel II. Será la primera modificación del edificio en 200 años.
LONDRES (EFE). -La Abadía de Westminster, el templo gótico en el que son coronados los monarcas británicos en Londres, tendrá en su exterior una gran corona para marcar en 2013 el sexagésimo aniversario de la llegada al trono de la reina Isabel II.
Esta será la primera estructura que se construirá en la abadía en más de 200 años, según los planes arquitectónicos divulgados hoy.
El reverendo John Hall, Deán de la Abadía de Westminster, calificó el plan de «extremadamente emocionante», pues será «el primer desarrollo de construcción en el lugar en mucho tiempo».
La nueva corona -que sustituirá a la linterna, el área exterior correspondiente al altar donde son coronados los reyes- formará parte de un plan de arreglo de la abadía estimado en unos 23 millones de libras (unos 26,9 millones de euros).
Saba Mozakka, de 28 años, visita el monumento a las víctimas de los atentados de Londres, donde perdió a su madre. (Imagen: Andy Rain / EFE)
Cincuenta y dos personas murieron.
El monumento consiste en cincuenta y dos estelasde acero inoxidable.
Son una por cada víctima mortal.
EFE
Un monumento permanente a las víctimas de los atentados terroristas de Londres del 7 de julio del 2005 se inaugura en el Hyde Park de esta capital. Cincuenta y dos personas murieron y varios centenares resultaron heridas en los atentados suicidas llevados a cabo en tres estaciones de metro y en un autobús.
El monumento consiste en cincuenta y dos estelas de acero inoxidable- una por cada víctima mortal- de 3,5 metros de altura y que forman cuatro grupos: uno por cada ataque terrorista.
Los autores, la firma de arquitectos Carmody Groarke, han llevado a cabo un estrecho proceso de consultas con representantes de las familias de las víctimas, que han podido expresar sus deseos sobre cómo querían que se recordara a sus seres queridos.
Javier Mariscal posa en la exposición sobre su obra en el Design Museum de Londres.
El Design Museum de Londres dedica una retrospectiva al diseñador español
E. FERNÁNDEZ-SANTOS ENVIADA ESPECIAL – Londres
A Javier Mariscalno le gustan los ejercicios de nostalgia, asegura que no son buenos para su delicada autoestima. Por eso, la exposición que desde el próximo miércoles le dedica el Design Museum de Londres (ese edificio de formas cúbicas frente al Támesis donde los colores y los objetos cobran vida como en una idílica guardería) no es un viaje en el tiempo por la enorme obra del padre de Cobi sino una «deconstrucción» del paisaje creativo de uno de los diseñadores fundamentales de la España reciente.
Mariscal (Valencia, 1950) trabaja a contrarreloj con su equipo. El material ha llegado desde su estudio de Barcelona, donde durante los últimos meses se ha trabajado en esta exposición en la que hay más guiño y humor que solemne celebración de sí mismo.
Julia, hija mayor de Mariscal, corta y pega cajas apurada por la falta de tiempo para que todo esté listo para la inauguración de Drawing life, un juego de palabras que da título al recorrido, un nombre propuesto por el propio museo que Mariscal aplaude por sus posibles sentidos. «Yo no sé inglés. Así que me invento mil posibilidades que me gustan, dibujar en vivo, dibujar una vida, dibujando la vida, ser feliz dibujando, atrapar la vida….», explica.
Un paseo por el East End inspirado en un nuevo tipo de turista: el psicogeógrafo
ITZI URRUTIA
Enero de 2000. El viento y la lluvia despellejan las marismas de Hackney, última frontera del East End. Armado de anorak, cámara, termo y mapa, un hombre avanza en la fangosa campiña. Es Iain Sinclair, explorador de la magia que palpita bajo la roña urbana: un psicogeógrafo. Así comienza su libro London orbital, donde narra su expedición a lo largo de la M-25, la autovía que circunvala Londres, y los incógnitos territorios que la rodean. Su misión es la de descifrar y reinterpretar los baldíos en los lindes de la civilización, el cinturón de basura cósmica y ruinas que orbita alrededor de la metrópolis. Frente a la pizpireta urraca que es el turista, el psicogeógrafo es un ave de carroña fascinada por los deshechos, ajena al glamour del arte, al oropel de la Historia con mayúscula. El East End de Londres inspira pesadillas lovecraftianas que germinan en el sótano sellado, la calleja suspendida en otra época; el olvidado Jardín de las Hespérides de una isleta de autovía donde el hombre posiblemente no ha puesto aún el pie. Los aficionados a la psicogeografía descubren así otra narrativa urbana.
» The Dennis Severs House (dennissevershouse.co.uk; 0044 20 72 47 40 13). 18, Folgate Street. Hay visitas los domingos, de 12.00 a 16.00 ( último acceso, a las 15.15). Entrada, 9,50 euros. También hay visitas a la luz de las velas los lunes al anochecer. Para éstas, el horario varía en función de la estación y la reserva es imprescindible. Entrada, 14,15 euros.
» Princelet Street Synagogue and Museum of Inmigration (www.19princeletstreet.org.uk; 0044 20 72 47 53 52). 19, Princelet Street. Visitas sólo para grupos con reserva previa (por lo menos, con un mes de antelación). La sociedad de conservación estipula una cantidad determinada a modo de donación.
» Christ Church of Spitalfields (www.christchurchspitalfields.org; 0044 20 73 77 67 93). Comercial Street. Acepta visitas todos los martes, de 11.00 a 16.00 (también de lunes a viernes, si no hay ceremonias ese día), y domingos, de 13.00 a 16.00.
El diseñador valenciano Javier Mariscal ha recopilado 2.000 objetos en imágenes para una retrospectiva de sus últimos 30 años en el Design Museum de Londres, que inaugurará bajo el título de ‘Drawing Life‘, según informaron fuentes cercanas al artista.
La muestra, que se podrá visitar hasta el 1 de noviembre, estará presidida por un mural en la fachada del museo, realizado para la ocasión por Mariscal para atraer la atención de los visitantes.
Cobi, la mascota que Mariscal creó para los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, aparece en muchos de los objetos que se han reunido para la muestra, que recogerá también múltiples muebles diseñados por el catalán, bocetos, trabajos de ‘branding’, pinturas y esculturas.
Atentos, turistas: Londres tiene la peor comida y es la más sucia; París, lejos la más sobrevalorada y Bruselas la más aburrida. Así las calificaron los 2.400 internautas que contestaron una encuesta de la web TripAdvisor en la que se preguntó la opinión de los viajeros respecto a las ciudades europeas.
Entrando en detalles, la capital británica, además de ser considerada la más sucia de Europa, fue elegida como el lugar donde la gente va peor vestida y la más cara. Mientras tanto, otro de los destinos más famosos del viejo continente tampoco salió bien parado: París es visto, por los ojos de los turistas, como la ciudad menos hospitalaria y la segunda más cara.
Debe estar conectado para enviar un comentario.