
La urbe manchega es, en realidad, dos ciudades. Una es la baja, moderna y actual. Y otra la alta, donde se ubica su admirable casco antiguo, con ese aire medieval todavía impreso en cada calle, cada iglesia y cada plaza, todas acomodadas a las dificultades geográficas del lugar.
Celia Rivera
Bien podría decirse que Cuenca son dos ciudades. La primera, la monumental, está allá arriba, en la parte alta, ubicada en un espolón largo y escarpado en la confluencia de dos cursos fluviales. El trazado de sus enigmáticas calles es fruto de las dificultades del lugar, pero sigue conservando ese aire medieval y los edificios característicos, tanto civiles como religiosos, que le han dado fama. La segunda Cuenca, la de la ciudad baja, es la zona moderna surgida de los ensanches acometidos a partir del siglo XIX. De momento, nos quedamos con esa urbe alta que bien merece una ruta por esos enclaves que resultan de la perfecta fusión entre ciudad y paisaje.
El recorrido por el casco antiguo de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1996 comenzaría (siempre a pie) por las hermosas plazas y calles que dejan entrever en cada rincón sus muchos lustros de historia. Junto a la catedral, la Plaza Mayor es una parada obligada, con su superficie irregular, simulando casi un trapecio, auténtico nudo de coumnicaciones entre los diversos elementos urbanísticos de la parte antigua. Y es que allí está el Ayuntamiento rococó, construido en la época de Carlos III sobre tres arcos de medio punto.
desde España | ocholeguas.com | Paseando por la Cuenca monumental.
Turismo, Ayuntamiento de Cuenca
Naturaleza a las puertas de Cuenca
El marco que rodea a esta ciudad permite combinar visitas urbanas con escenarios espectaculares.
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