Integrando el imponente paisaje montañoso, el arquitecto Juan Grimm esculpió este impresionante espacio verde.
El contexto
El clima y la topografía definen el tipo de paisaje. En este caso, el lugar cordillerano es quebrado, con relieves, paisaje característico del Sur de nuestro país. Las estaciones son muy marcadas: en primavera y verano hay profusión de flores, en otoño el colorido es impactante, el invierno da paso a la nieve. Sin conocer el Sur de la Argentina, Juan Grimm recibió, primero, las fotos del lugar. Luego, ya en el emplazamiento, quedó sorprendido por el paisaje inspirador de la Patagonia.
Lo que estaba más dañado era el terreno que rodeaba la casa, pero era, también, lo que le daba la dimensión al jardín: «Se veía claramente hasta dónde yo tenía que intervenir y lo único que pensé fue que el jardín tenía que ser la continuación de ese hermoso paisaje hasta unirlo con la casa
La propuesta
La tarea consistía en diseñar el jardín que rodeaba la casa y cierta reforestación precisa en parte del parque que cuenta con más de 200 hectáreas. El jardín propiamente dicho se desarrolló, entonces, con el objetivo de borrar los trazos o «cicatrices» dejados por la construcción.
«Imaginé que el césped iba a ser como un líquido que se derramaba entre los árboles y se acomodaba a lo existente», cuenta el paisajista. La idea central fue ver cuáles eran los colores, las texturas del lugar y cómo se conformaban los espacios respecto del entorno y de los árboles que allí estaban.
Luego se decidió qué planta colocar para relacionarla con el paisaje lejano y natural, en especial por color y textura. Por ejemplo, las Spiraea thunbergii, por su fina textura, se relacionaban muy bien con los ñires de atrás, las juníperos rastreros con los cipreses, y así con todo el resto de las plantas.
desde Arquitectura Paisajista: Expresar la Patagonia | Revista Jardín.
(nota incluye fotogalería)
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