Cuando en 1999 la Xunta de Galicia convocó un concurso internacional para seleccionar al arquitecto que se haría cargo de la construcción de la Ciudad de la Cultura, doce profesionales presentaron sus diseños. La idea de partida, un complejo museístico que abarcaría más de 265.000 metros cuadrados y que convertiría a Galicia en faro de la cultura, se reveló como un reto al que los profesionales más señeros del ámbito arquitectónico no se pudieron resistir. Personalidades internacionales de la talla de Jean Nouvel o Daniel Libeskind y también nacionales —es el caso de César Portela, Ricardo Boffil, Juan Navarro Baldeweg o Manuel Gallego—, participaron en la convocatoria. Finalmente, Peter Eisenman, creador del mítico Memorial del Holocausto de Berlín, fue el elegido por el tribunal. La singularidad conceptual de la construcción que este arquitecto neoyorquino plasmó sobre el papel convenció —y cautivó— al comité de selección.
Tradición y modernidad
El desafío del proyecto Gaiás radicaba en su ubicación, una pequeña colina situada al este de Santiago de Compostela con una superficie aproximada de 70 hectáreas, que da nombre al complejo. La construcción debía sintonizar con este espectacular mirador, por lo que Eisenman tomó como fuente de inspiración las cinco calles medievales que desembocan en la ancestral Plaza del Obradoiro. Al contemplar el resultado final, no cabe duda alguna de que el paso de este emblemático creador por las aulas de la Facultad de Filosofía de Cambridge dejó huella en un proyecto que conjuga, de modo singular, tradición y modernidad. Así, partiendo de la estética deconstructivista que define su estilo, Eisenman moldeó un imponente complejo cuyas particulares ondulaciones son visibles desde numerosos puntos de la ciudad. A la hora de explicar el cometido de su obra, el estadounidense comenta que ha primado el conjunto por encima de todo «buscando generar condiciones en las que el fondo pueda elevarse y la ciudad se deje caer contra él».
Las magnitudes de esta innovadora urbe conllevaron que las obras de construcción se dilatasen diez años en el tiempo. Desde entonces, 100 personas han visitado los siete edificios que componen el macrocomplejo, dentro de un programa de visitas organizado por la Fundación Ciudad de la Cultura. El objetivo de este plan —que sigue activo a día de hoy a través de la página www.cidadedacultura.org/— es aproximar al público a la realidad de una ciudad que muchos sienten lejana. Éste, el sentimiento de desapego, ha sido el principal escollo que el gobierno gallego ha debido salvar durante el último año. Un período en el que la celebración del Año Santo —como el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, explicó a ABC— lejos de ensombrecerlo, ha dado vida al proyecto.
FREDY MASSAD
Una reflexión crítica acerca del monumental proyecto de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela supone integrar dos puntos de partida divergentes: por un lado, la desaforada carrera emprendida por muchas ciudades españolas para proveerse de edificios emblemáticos firmados por arquitectos de renombre en la estela del «efecto Bilbao»; y, por otro, cómo este proyecto supuso la oportunidad clave para materializar un manifiesto conceptual de uno de los mayores y consistentes teóricos de la arquitectura de finales del siglo XX, Peter Eisenman.
Situada en Santiago de Compostela, emblema de la tradición cultural europea y cuya ciudad histórica fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1985, la Ciudad de la Cultura de Galicia se yergue en la cima del monte Gaiás como un hito arquitectónico del nuevo siglo. Mañana martes los Príncipes de Asturias inaugurarán oficialmente este gigantesco complejo, diseñado por el arquitecto estadounidense Peter Eisenman inspirándose en la concha de una vieira peregrina, de 148.000 metros cuadrados, que ha costado 11 años de trabajo y más de 400 millones de euros. Aunque en realidad, solo dos de sus cinco edificios – la Biblioteca de Galicia y el Archivo – comenzarán a funcionar con regularidad. El Museo de Galicia, el Centro de la Música y de las Artes Escénicas y el Centro de Arte Internacional tendrán que esperar.
EL SUEÑO DEL GAIÁS Es difícil saber premonitoriamente si serán precisos esos cincuenta años de andadura para que la sociedad civil toda se sienta orgullosa, en el decir de uno de los miembros del jurado que aprobó el proyecto de Peter Eisenman, Luis Fernández Galiano, de la obra que parcialmente inauguran hoy en el monte Gaiás los Príncipes de Asturias. De atenernos a la primera evidencia ya contrastada por centenares de personas, parece que será mucho antes, a medida que esa misma sociedad contemple en su plena magnificencia artística y arquitectónica el complejo que se erige rivalizando visualmente con la basílica compostelana, ya que cuantos tuvieron esa oportunidad, en todos ellos el criterio es unánime.
El complejo de Peter Eisenman abre este martes, tras más de diez años
Sólo dos de los seis edificios proyectados están terminados
Desde el propio concurso suscitó críticas de técnicos por su grandiosidad
Hasta ahora se han gastado 351 millones; la cifra final alcanzará los 475
Socialistas y nacionalistas intentaron sin éxito redefinir el proyecto
Montse Dopico | Santiago de Compostela
Para algunos, un hito arquitectónico del siglo XXI y una oportunidad para dinamizar Galicia. Para otros, un símbolo del despilfarro y de la concepción de la cultura como espectáculo. La Cidade da Cultura nació rodeada de polémicas. Hoy, más de una década después, abrirán sus puertas dos de los seis edificios que la integrarán: la Biblioteca y el Archivo. El resto tendrá que esperar. El Museo y las oficinas de Servicios Centrales, a la vuelta del verano. El Centro de la Música y las Artes Escénicas, y el Centro de Arte Internacional, lo que haga falta según la disponibilidad presupuestaria.
TRIBUNA | JOSÉ CARLOS BERMEJO BARRERA CATEDRÁTICO DE HISTORIA, UNIVERSIDADE DE SANTIAGO
He tenido el privilegio de recorrer la Ciudad de la Cultura, un auténtico hito en la historia de la arquitectura, pues en ella se ha conseguido superar todo lo que se sabía en el campo de las Bellas Artes. A lo largo de su historia, la humanidad fue construyendo con diferentes tipos de materiales edificios de distintas formas y usos, ya fuese para habitarlos, para albergar fábricas o talleres, o para exhibir el poder, la riqueza y el orgullo de quienes ordenaron construirlos. Todo ello ya no será más que una banalidad.
Tecnólogo, Bloguero.
Community Manager, Fotógrafo 2.0.
Investigador - Docente, Profesor Universitario.
Arquitecto (1987) Máster Gestión de la Innovación (2007)
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5 comentarios en “El faro de Galicia ilumina el mundo – ABC.es (Este mes) inauguran la Ciudad de la Cultura, obra de Peter Eisenman”
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