
Hubo un tiempo, allá por el siglo XVII, en que la manchega ciudad de Almagro era la capital del teatro castellano. Hoy, lo vuelve a ser, enmarcada siempre entre esas tierras de antiguos romances, batallas heroicas, episodios quijotescos y parajes naturales todavía por explorar.
Texto | Fotos: Pedro Madera
Cuentan los estudiosos que Don Quijote reclama a Sancho su atención sobre el delicado sabor de las berenjenas. Y es que estamos en tierras del popular personaje literario, en Almagro, la capital del teatro castellano. Lo fue hace muchos siglos y lo ha vuelto a ser desde hace algunos años. Y es que hubo un tiempo, allá por el siglo XVII, en el que las tierras manchegas convocaban a los grandes y poderosos del país, en el que se celebraban fastuosas fiestas y alegres comedias en una comarca que hoy nos parece alejada de la vida social y cultural. Fue la época en la que los banqueros reales procedentes de Alemania se establecieron en los Campos de Calatrava, concretamente en Almagro, para hacer grandes negocios con las minas de Almadén.
Hay lugares que se saben vender, y éste es uno de ellos. Almagro siempre ha estado en una zona privilegiada, en estas tierras de La Mancha muy amantes de las batallas y de los ejércitos privados, como eran las órdenes militares. Las tierras de Calatrava eran un jardín para los líderes de la Orden, pero fue Carlos I de España y V de Alemania quien dará protagonismo a la zona al llamar a importantes familias flamencas para que colaboren en el desarrollo de la comarca. Así, en el siglo XVI, llegan hasta Almagro los Fugger, que serán los responsables de la explotación de las minas de Almadén para la Corona y traerán con ellos gustos y tradiciones europeas, como la elaboración del encaje de bolillos.
desde España | ocholeguas.com | Por las tierras de Calatrava.
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