
La Legislatura porteña aprobó anoche un convenio con la Nación. Quieren hacer allí un polo científico tecnológico.
La Legislatura porteña aprobó anoche un convenio entre Nación y Ciudad que permite poner en marcha la construcción del Polo Científico Tecnológico en las ex Bodegas Giol, en Palermo. En el Ministerio de Ciencia y Tecnología nacional prometen que arrancarán la próxima semana.
La primera etapa, con un plazo de 18 meses, incluye la remodelación de los edificios existentes, que albergarán el Ministerio, la Agencia Nacional de Promoción de la Actividad Científica y Tecnológica y varios institutos de investigación. También prevén hacer habitaciones para estudiantes y profesores que vengan del exterior a tomar o dictar cursos.
El edificio del Conicet, un auditorio, y un museo serán parte de la segunda etapa, anunciada para 2010. Se estima que el tiempo total de ejecución de la obra será de tres años.
desde Prometen que la reforma de las ex Bodegas Giol arranca en una semana.
Para Giol y para IRSA
Este jueves, la Legislatura aprobó el convenio del polo tecnológico y casi le dio el gusto a la megaconstructora para hacer un inmenso shopping.
Por Sergio Kiernan
La Legislatura votó este jueves el convenio urbano con la Nación para que las viejas bodegas Giol y Santa Ana, en Palermo Viejo, pasen a ser un polo científico y tecnológico. El tema no levantó demasiada polvareda porque es un buen uso para los terraplenes abandonados del ferrocarril, sobre Godoy Cruz, y para los viejos edificios. Pero el jueves a la noche hubo un debate previo por una cuestión bastante importante de procedimiento.
Las bodegas Giol y Santa Ana fueron propiedad estatal, productoras masivas de vinos de muy baja calidad que se exportaban en tal volumen que ponían a Argentina en el mapa de los grandes productores mundiales. En los setenta y ochenta, quienes se pidieran un bal de rouge en el mostrador de un cafetín en Francia tenían buena chance de acabar tomando un mendocino de Giol, maltratado y reetiquetado por los franceses. Obviamente, el precio que se pagaba por semejante vino era bajísimo. Giol no fue privatizada sino transformada en una suerte de cooperativa de productores que es un modelo de cómo revolucionar un sector. Mendoza exporta hoy mucho más valor agregado en sus vinos.
Entre otros descartes de la antigua megaempresa están sus oficinas y depósitos al borde del San Martín, el ferrocarril que venía justamente de Cuyo. Los edificios y su playa de cargas fueron abandonados y luego ocupados por una verdadera comunidad de despojados. Después de debatir varios usos, se terminó hablando de crear un polo científico que revitalizara la zona. No es poco, ya que la vitalidad de Palermo Viejo se congela en Godoy Cruz, calle sombría de galpones sin uso, solitaria y abandonada al tránsito rápido.
Nación y Ciudad acuerdan recuperar las ex Bodegas Giol
Actualización: 15 de abril de 2011
Tras el desalojo, arrancó la demolición de las ex bodegas Giol
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