
Reportaje: Diseño
El arquitecto Wang Shu defiende construcciones basadas en la naturaleza y en los materiales vivos
La mayor parte de las imágenes que nos llegan de las ciudades chinas se componen de enormes densidades de edificios. De mastodontes como Shanghai, donde viven la friolera de 33 millones de habitantes (diez veces Madrid) o Pekín. Pero la arquitectura china no se reduce a esas construcciones a gran escala que sólo representan a un país levantado hace cosa de 40 años.
Wang Shu está a sus 46 años entre los cinco mejores arquitectos chinos. La primera vez que China acudió a la Bienal de Venecia, en 2006, Shu fue elegido para construir el pabellón que representó a su país. También ha expuesto su obra en el Centro Pompidou. Estos días ha visitado por primera vez España, invitado por la cátedra de Cerámica de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Y quizás porque los técnicos chinos no se prodigan mucho por el mundo, el salón de actos estaba lleno de alumnos y algún colega. «Los arquitectos importantes no aceptan encargos pequeños porque aún se construyen muchos complejos grandes. Sobran viviendas, pero se sigue edificando para ganar dinero. Eso ha logrado un desarrollo económico muy fructífero, pero un crecimiento urbanístico feroz, y el arquitecto no puede eludir su responsabilidad», apuntó Shu.
desde Cambio a la china · ELPAÍS.com.
El arquitecto chino Wang Shu ofrecerá una conferencia en la Cátedra Cerámica de Madrid
Actualización: 27 de febrero de 2012
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