
Tierra de mezquitas y palacios, Marruecos aloja a un maravilloso escenario natural: el Jardín Majorelle. Uno de los legados del reconocido modisto.
Construida en tierra caliza, Marrakech exhibe las vetas infinitas del rojo, acariciado por los rayos del sol africano. Ubicada en la zona central de Marruecos –y alguna vez su capital–, la ciudad ha sido bendecida con un clima que obra maravillas al servicio de sus jardines. Entre ellos se destaca el deslumbrante Jardín Majorelle, un túnel a una historia riquísima .
Su fundador fue el pintor francés Jacques Majorelle (1886-1962) quien, hechizado por la ciudad, en 1924 adquirió la tierra que hoy aloja al jardín. En 1931 encargó al arquitecto Paul Sinoir un nuevo edificio de estilo cubista, donde trasladó su taller. Finalmente, en 1947 abrió sus puertas al público la mejor obra de Majorelle: un jardín que es una repertorio de especies de cinco continentes, en plena ciudad. En 1980, y tras un periodo de creciente deterioro, Yves Saint Laurent y Pierre Bergé adquirieron la propiedad y encararon una renovación que devolvió al sitio su magia de antaño. El taller se reabrió al público, convertido en un pequeño museo que hoy exhibe una magnífica colección de arte islámico.
desde Conocé el jardín de Yves Saint Laurent | Revista Jardín.
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