
Con tres significativos yacimientos repartidos estratégicamente al norte, sur y oeste de la provincia además de un importante museo en la capital, Cuenca es el lugar perfecto para conocer los secretos de la España romana y al mismo tiempo explorar sus insólitos paisajes.
Javier Mazorra

Aunque hay restos romanos por toda la península, en pocos lugares se cuenta con una muestra tan completa y variada de monumentos como en esta parte de Castilla-La Mancha. En un radio de algo más de cien kilómetros, se pueden explorar lugares tan fascinantes como Segóbriga, Ercávica o Valeria para luego conocer sus tesoros en el Museo Provincial. Ninguna de ellas fue una gran metrópoli, pero su estado de conservación y sobre todo su emplazamiento las hace únicas. Y lo más increíble es que todavía, salvo a la primera, casi nadie las conoce, lo que permite sentirse pionero y descubridor.
Es importante escoger un buen sitio donde alojarse, equidistante de las tres pero también cercano a la capital. Hay varios candidatos pero resulta difícil competir con la Casita roja de Cabrejas, el lugar perfecto donde encontrar refugio después de haber buceado por nuestra historia remota. A más de mil metros de altura, en mitad de un bosque encantado pero a sólo quince minutos de las Casas Colgadas, este hotelito rural con sus habitaciones verdes, azules o amarillas y nombres de plantas silvestres, es absolutamente delicioso.
desde España | ocholeguas.com | Un paseo por la Cuenca romana.
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