
En el extremo sur de Francia se ubica esta región que, por su situación, muchos comparan con un anfiteatro que mira al mar. Posee un largo litoral mediterráneo con playas arenosas que se extienden 180 kilómetros desde la frontera española hasta Camargue. El Languedoc es una tierra con fuerte personalidad y horizontes diversos.
Texto | Fotos: Pedro Madera
Los que disfrutan con las carreteras estrechas y los pueblos escondidos detrás de una curva tienen lugares míticos. El slow drive está de moda. El Languedoc es un lugar perfecto para nuestro propósito, a sus increíbles paisajes suma su ritmo tranquilo de vida. Este sitio hay que conocerlo sin prisas, paladeando cada reflejo del sol en el agua, saboreando cada destello en sus viñedos, degustando cada conversación con los lugareños… Un sitio donde volver es casi obligación.
La región de Languedoc–Rousillon se encuentra situada en el extremo sur de Francia y limita con los Pirineos, Andorra y España por la parte inferior; y con Provenza y los Pirineos Centrales al norte, hasta Auvergne. Por su situación muchos se refieren a esta región como un anfiteatro que mira al mar. Posee un largo litoral mediterráneo con playas arenosas que se extienden 180 kilómetros desde la frontera española hasta Camargue. El Languedoc es una tierra con fuerte personalidad, donde sus horizontes son tan diversos que la región no puede reducirse a un solo destino.
desde Europa | ocholeguas.com | Castillos, viñedos y buena vida en el Languedoc francés.