
Pequeño territorio, grandes sorpresas; de los ultramodernos 101 pisos de su torre insignia a los vivos colores de sus templos más antiguos
TAIPEI.- El nombre Taiwan, para muchos, remite inmediatamente a tecnología, a aparatos electrónicos, a una nación factoría, un eficiente y remoto polo industrial. Es difícil separar a Taiwan de las palabras made in grabadas sobre todo tipo de dispositivos, diminutos, sofisticados, enormes, descartables, baratos o impagables.
Cuesta imaginar algo más lejano a ese concepto que el Taroko, uno de los siete parques nacionales en esta isla bautizada por navegantes portugueses como (curiosamente, para los argentinos) Formosa. Son 270.000 hectáreas de prodigiosas montañas atravesadas por el poderoso y erosivo río Liwu, y por caminos que dan prueba de la laboriosidad taiwanesa, con túneles de hasta dos kilómetros.
Durante una gira de una semana alrededor de la isla, el Taroko, sobre la costa este, es el lugar donde nos cruzamos con más turistas occidentales en pleno trekking. Será que si bien se pueden visitar parques nacionales en muchas partes del mundo, no en tantas se ven estos intrigantes templos de techos colorados asomando entre la profunda forestación, ni paradores-spa de renombre internacional.
Pero el Taroko es apenas una de las muchas razones para darle una oportunidad a Formosa, adonde llegan mayormente viajeros de negocios, aunque, en realidad, es una conveniente puerta de entrada para un tour asiático más amplio. Es un país que sorprende a quien espere encontrar poco más que un cúmulo de rascacielos ultramodernos haciendo equilibrio para no caerse al Pacífico. En verdad, aunque la densidad de la población es alta y sólo el 35% de esta montañosa isla es habitable, ni siquiera Taipei es la agobiante capital asiática con la que alguno podría fantasear. Con algo más de dos millones y medio de habitantes, es una ciudad relativamente baja (por el peligro de los terremotos), caminable y nada vertiginosa, salvo para quien se aventure a manejar entre los cientos de miles de scooters que circulan a toda hora por sus calles.
desde Taiwán, isla de tesoros – lanacion.com.
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